Las 5 Mejores Películas de Marisa Tomei
Quizá su polémico Oscar haya influenciado para su abrupta llegada a la fama, pero la verdad es que Marisa Tomei a lo largo de los años, ha justificado aquel “posible error” gracias a tan sensibles como complejos papeles, en dramas de alta carga emocional. Así mismo y a pesar de también participar en varios “churros”, Tomei se ha sabido posicionar dentro de la comedia romántica con excelentes resultados.
Provista de una sensual presencia, y de una naturalmente excelsa belleza física, la actriz ha sabido no encasillarse y mantener un equilibrio entre su carrera dramática y su obvio posicionamiento como “sex symbol”, incluso siendo una de las actrices que no teme al desnudo.
Celebremos los 59 años de Marisa Tomei con sus 5 Mejores Películas
5 – Cyrus (Jay Duplass, Mark Duplass, 2010)
Gran y olvidada tragicomedia, que cuenta como un hombre roto y maduro, debe lidiar con el hijo adolescente de una mujer que por fin parece comprenderlo. Aunque Tomei encuentra un papel perfectamente diseñado para su sensibilidad, su personaje se convertirá en el principal punto de encuentro y conflicto entre los dos hombres de su vida: su hijo y su nueva conquista, regalando así una comedia negra tan cruda como divertida sobre la soledad y la hipocresía de las relaciones humanas. De corte independiente, es una lástima que la esta muy disfrutable y natural cinta se haya diluido con el paso del tiempo, teniendo una serie de actuaciones de primer nivel (Hill, C. Reilly y Tomei)
4 – Before the Devil Knows You’re Dead (Sidney Lumet, 2007)
La última joya que nos dejó Lumet. Absorbente y tensa, todo el suspenso se origina de la interacción de dos hermanos que planean robar el propio negocio familiar para salir de sus independientes conflictos financieros; Hoffman y Hawke entregan un desempeño conjunto que sugiere, tal y como lo planeta Lumet, un destino trágico y fatal, proveniente de la misma incapacidad relacional – familiar de ambos, y la cual alcanza también a sus respectivas relaciones, siendo Tomei un pivote narrativo de gran importancia para el destino de relato. Lumet deshumaniza a sus personajes por un bien burocrático, financiero o ideológicamente trágico, y que aquí ve quizá su más (y última) fría lección.
3 – My Cousin Vinny (JonathanLynn, 1992)
Divertidísima comedia criminal que independientemente de haber captado la atención por uno de los pocos papeles de Ralph Macchio y el cuestionable Oscar de una adorable Marisa Tomei, se convirtió en uno de esos clásicos cómicos injustamente olvidados, esto en mucha parte por el relajado y brillante papel de Pesci como un abogado novato y sin muchos estudios que deberá exonerar a su primo de un asesinato que no cometió. Pero detrás de Pesci hay una gran mujer, una Marisa casi debutante que funge como la pareja en esta aventura, y que cada escena hipnotiza al público gracias a su belleza y a un carisma natural que no solo cautivó a la audiencia, sino también a la Academia. Justo o no aquel año, la realidad es que Tomei está fabulosa.
2 – In the Bedroom (Todd Field, 2001)
Olvidada obra maestra. Debut de Todd Field, y si hablamos de justicia, la merecedora a Mejor Película de aquellos Oscar (¿Una Mente Brillante? Qué mierda). Este drama con toques de thriller es una de las más densas y creíbles manifestaciones sobre el duelo parental al perder un hijo de forma fortuita. Las actuaciones de Spacek, Wilkinson y Tomei son devastadoras, proveyendo al relato de una intensa carga emocional, y que otorgan una naturalidad al relato por momentos desgarradora ante la impotencia de aquella pérdida. Esto funge como el hilo conductor del relato, que como bien lo marca su título, va desde la habitación de los dos padres dolidos y gravemente afectados, hasta un sórdido final y clímax que te dejará helado.
1 – The Wrestler (2008)
Una joya del cine contemporáneo, no solo significa la pieza más equilibrada de su director, sino también una de los mejores desempeños actorales de los últimos tiempos, icónica y curiosamente adherido a un protagónico que en la vida real se encontraban tal y como el personaje, errante y en el sendero de la auto destrucción. Mucho se habla del desempeño de Rourke, pero olvidamos la magnífica actuación de Tomei, que sirve como punto de inflexión hacía la soledad de aquel luchador, y que además denota una sensualidad y un dominio dramático tan catártico como el propio protagonista, destacando sobre todo en aquel clímax y escena final. Perfectamente dirigida y actuada, esto es un pedazo de obra maestra.