Las 5 Mejores Películas de Maximilian Schell

Maximilian Schell fue un combo artístico completo. De familia actoral – teatral por parte de su madre, y de la poesía y la literatura por parte de su padre, el austriaco sin querer queriendo terminaría no solo graduándose de filosofía e historia del arte tras la Segunda Guerra Mundial, sino convirtiéndose en un histrión de carácter y de una fuerza interpretativa impresionante, alcanzando la fama internacional tras la que sin duda es una de las mejores actuaciones de reparto de la historia, la cual le concedería su único Oscar

Recordamos al fastuoso Maximilian Schell  con sus mejores películas

 

Bonus – The Young Lions (Dmytryk, 1958)

POR EDGAR DEL VALLE

Edward Dmytryk dirige nuevamente una película que se desarrolla durante la segunda guerra mundial que presenta las vivencias de dos oficiales estadounidenses, uno de ellos judío, cuyos destinos se cruzan en un campo de concentración nazi. Cinta protagonizada por Marlon Brando, Montgomery Clift, Dean Martin, Hope Lange, Barbara Rush, May Britt, Maximilian Schell, Dora Doll y Lee Van Cleef.  La película obtuvo tres nominaciones a los premios Oscar y a los premios Bafta, entre otros reconocimientos, confirmando a su director como un hábil narrador dramático dentro de los contextos bélicos, pero también un “General”  a la hora de hacerse cargos de grandes y caros repartos

 

5 – Julia (Zinnemann, 1977)

Por Edgar del Valle

Relato de la profunda amistad que surge entre dos jóvenes mujeres que se verán obligadas a separarse en plena adolescencia, y que se reencuentran en Europa en pleno apogeo del nazismo. Una película que retrata el sentido más profundo de la amistad de manera sutil y sensible, sin caer en el maniqueísmo. Esta película obtuvo críticas encontradas por parte de los expertos, pero a pesar de ello, recibió la nominación y tres premios Oscar (incluido guion adaptado), demostrando que el director consiguió realizar una gran labor con las actrices protagonistas: Jane Fonda y Vanessa Redgrave, sin olvidar también los excelentes trabajos de Jason Robards y Maximilian Schell. Este fue el penúltimo film y último gran éxito de Zinnemann.

 

4 – Cross of Iron (Peckinpah, 1977)

Por El Fett

Ya en un estado muy deteriorado por el alcohol (dicen que se tomaba cuatro botellas diarias durante la producción), Sam Peckinpah traslada su estilo sangriento y crepuscular del western al bélico, dando un resultado irregular en lo que se refiere a la narración de sus personajes y sus propias actuaciones (muy forzadas, desde el hecho de ser americanos tratando de emular soldados alemanes aquejados por el ejército ruso), pero fastuoso en su exposición de violencia realista y gráfica, además de sus excelentes secuencias de acción, que prácticamente abarcan todo el primer acto del film, sin reparar en la presencia de sus personajes. Polémica, muy fallida, pero también muy influyente para las obras del género porvenir

 

3 – The Man in the Glass Booth (Hiller, 1975)

POR EDGAR DEL VALLE

Arthur Hiller en su otra etapa, la de los dramas bélicos (la cual es contrastante con su comedia) Un magnate judío de Nueva York que sufre una grave crisis mental que lo lleva al borde de la locura. Goldman acaba siendo capturado por agentes israelíes y juzgado por crímenes de guerra porque, en realidad, es Adolf Dorff, un coronel de las SS. Una muy efectiva película que reflexiona de modo furibundo sobre la culpa, sobre los remordimientos, sobre la influencia de la barbarie sobre los que la sufren. Mención aparte para la actuación de Maximilian Schell, recibiendo una nominación al premio Oscar por su actuación.

 

2 – The Reluctant Saint (Dmytryk, 1962)

Por El Fett

Una de las biopics religiosas más encantadoras y excelentemente dirigidas que, a pesar de tener su claro maniqueísmo católico, encausa una narrativa elocuente dentro del desarrollo del llamado San José de Cupertino, sacerdote franciscano con el poder de la levitación a través de su estado de éxtasis en la devoción por la oración. Dmytryk construye varios momentos clave en la tragedia y posteriores milagros que escapan de ese efecto del “tragedy porn”, incluso rodeando al relato de un tono cómico que redondea la inocente figura de su Santo, interpretado de manera excelsa por un Maximilian Schell en una actuación metódica que lo convierte prácticamente en la figura católica. Divertida, inocente y con un nivel de cine familiar muy agradable, destaca también la presencia de Ricardo Montalbán

 

1 – Judgment at Nuremberg (Kramer, 1961)

Por El Fett

Una de las más poderosas cintas americanas sobre juicios y dilemas morales en la historia. No solo es espléndida en su narrativa de tres horas, sino que también resalta su valía histórica al relatar con mucha entereza el juicio de los jueces nazis encargados de la limpia étnica durante la Segunda Guerra Mundial. Kramer hace que su duración se diluya en una ágil impresión de tensión dramática constante, también relegando su credibilidad en un impresionante ensamble actoral encabezado por su fetiche Spencer Tracy y un impresionante Maximilian Schell como el abogado defensor, papel que le ganaría su Oscar. Stanley Kramer, un cineasta que no tenía miedo a proyectar temas tabúes y complejos sobre el racismo, la religión, la ciencia y como en este caso, los dilemas judiciales de la época.

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