Las 5 Mejores Películas de Michael Madsen
¿A qué no sabías que Michael Madsen era también poeta? Con varios libros publicados, hasta ganó el premio “Independent Book Publisher’s Firecracker” al mejor libro de poemas del 2001 ¿A qué tampoco sabías que ni quería ser actor? Pues siendo pintor de casas y celador de un hospital , acompañó a un amigo a un casting y, en lugar de que su amigo obtuviera el papel, él lo hizo, comenzando así una carrera repleta de baches, pero con una muy buena racha durante los 90, donde se consagraría de la mano de un joven Quentin Tarantino, formando parte de su club hasta la actualidad.
Aunque no es un actor muy versado, su presencia como antagónico, sicario e hijo de puta, lo han sabido sostener en el colectivo memorial de la generación Y, incluso cuando ahora ya solo se le ve en ejercicios del videohome y serie b, sumando ¡324 títulos en su currículo! Y eso que ni quería ser actor. Recordemos al buen Michael Madsen y sus 67 años con sus mejores 5 películas
5 – Sin City (Robert Rodríguez, 2005)
La antología de cuentos salidos de la mente y viñetas de Frank Miller llegaron a un inmejorable puerto narrativo en manos de Rodriguez y Tarantino, los cuáles crearon un multiverso noir tan onírico como brillante y que gracias a sus carismáticos personajes – arquetipos, se formó una especie de restablecimiento de las bases del género, pero en esta ocasión también moldeada a un tiempo que requería dentro de esta realista caricaturización un reflejo del pesimismo generacional que imperaba en los principios del milenio. Sin duda la apertura con Rourke y el cierre con Willis son inmejorables, en este último teniendo participación Michael Madsen, más como un cameo, pero siempre de excelencia.
4 – Donnie Brasco (Mike Newell, 1997)
Un poco sobrevalorada gracias a que su director fue, es y será un completo inútil. A pesar de esto la historia de un agente del FBI que se hace pasar por un gánster para desenmascarar a una red mafiosa en decadencia tiene el suficiente encanto argumental y actoral como para ser considerada en un TOP 30 del rubro. La introspección psicológica del personaje es tanto su desgracia como valor diferencial; por una parte tenemos un guion que no es convincente dentro de esta acción, pero la labor de Johnny Depp ayuda a que esto salga avante también gracias a las últimas clases que Al Pacino tenía que dar. Michael Madsen realiza un excelente papel como el legendario capo Dominick Napolitano, principal víctima de la inclusión del FBI a su familia mafiosa
3 – Thelma & Louise (Ridley Scott, 1991)
Uno de los mejores road movies en la historia, pero también uno de los grandes iconos del cine feminista gracias su increíblemente bien desarrollado e interpretado espíritu de libertad, un mensaje que se imprime, se respira y con el que se empatiza de principio y a fin gracias principalmente a la magnífica química entre Davis y Sarandon, esta última ejerciendo quizá la combinación perfecta entre sus dos arquetipos antes mencionados: la sensualidad y la guía maternal. Así pues Scott impregna de un suspenso trágico pero de cierta manera inexplicable a todo su film. La participación de Michael Madsen como el socio oculto de una de las prófugas demuestra su talento más allá de su arquetipo de villano. Un muy buen papel para su currículo.
2 – Kill Bill (Quentin Tarantino, 2003 y 2004)
La división de este cuento 100% referencial y de alto entretenimiento (de calidad) va más allá de la adecuación en su duración, pues en realidad son dos películas totalmente distintas tanto en tono como en desarrollo: la primera en el molde cliché de la venganza bajo el bagaje épico de la acción oriental y el cine de samuráis; la segunda en el natural encause del western bajo un tratamiento más dramático y por supuesto, un hilo argumental incluso dentro del subgénero del “superhéroe”. Propositivamente excesiva y construida como un bello homenaje, el papel de Michael Madsen simbolizará la parte western del relato, teniendo mayor injerencia en la segunda parte con una excelente actuación antagónica, tan simple como mortífero
1 – Reservoir Dogs (Quentin Tarantino, 1992)
En lo que muchos creen como su debut oficial, Tarantino instituyó su dialecto a partir de una filosófica charla entre gánsteres, tan natural como explícita, que pareciera por momentos que el gran ensamble actoral se encuentra en permanente improvisación. Así pues su mayor cinta de autor se define gracias a la estructuración de dichas personalidades y no a su conflicto, el cual queda como un genial macguffin implícito en toda la trama que aporta mayor complejidad a lo que en realidad es una historia sobre la camaradería y la traición, sobre la humanización y deshumanización. Perfectamente cohesionada y lógica en todo rubro, sentido y personaje, el Mr. Blonde de Michael Madsen es un villano legendario, y para muestra un momento favorito del cine y de la música