Las 5 Mejores Películas de Mikhail Kalatozov
Mikhail Kalatozov es considerado como uno de los mejores directores soviéticos de la historia, pero el reconocimiento le llegaría relativamente tarde por la oposición de ambos bandos de la Guerra Fría. Por un lado, los continuos regaños y censuras de sus propios compatriotas por no compartir los valores del país limitarían su visión y dejarían rezagado su trabajo dentro de las fronteras rusas sin posibilidad de ser apreciadas en el extranjero. Por el otro, al pertenecer al “bando enemigo”, los estadounidenses y europeos occidentales prohibirían la distribución y difusión de sus obras por cualquier medio con tal de evitar propagar el comunismo en sus territorios. Quien diría que a la larga ambos lados acordarían en darle la validación que siempre debió tener.
Nacido el 28 de diciembre de 1903 en Tifis (actual Georgia), Mikhail Kalatozov estudió la carrera de economía y cambió de profesión muchas veces antes de iniciar su camino como actor y guionista en varias producciones locales (entre ellas una adaptación de Romeo y Julieta). Inspirado por Luis Buñuel y Sergei Eisentein, decidió aventurarse detrás de escenas e incursionó en el documental con un par de proyectos que fueron censurados en su estreno. A pesar de este percance, también le permitieron terminar sus estudios en la Academia de Arte de Leningrado para después empezar a trabajar en Mosfilm (el estudio más conocido y prestigioso de Rusia y uno de los más antiguos), dirigiendo producciones poco memorables que quedarían hermetizadas en territorio soviético sin salida al exterior.
Pero todo cambiaría durante la década de los 50 gracias a la muerte de Stalin, pues la desaparición del dictador daría más libertad al cine del país (considerado el Período del Deshielo) y permitiría a futuro la filmación de las 2 obras que consagrarían a Mikhail Kalatozov a nivel internacional. La primera, una telenovela sobre 2 amantes separados por la guerra, la cual conmovió tanto al Festival de Cannes que lo haría acreedor a la Palma de Oro (la única que ha ganado Rusia hasta la fecha). La segunda, una antología sobre el pueblo cubano que significaría para el país caribeño la mejor película de su historia como nación, que aunque fue muy criticada en su estreno, sería revalorada en décadas posteriores por el público más inesperado: los estadounidenses capitalistas.
Es fácil ver en todas las obras de Mikhail Kalatozov un estilo donde, a pesar del apego a la propaganda comunista típica del país, predomina una especie de aferro al pasado, un evoco a la nostalgia y regresar a tiempos anteriores donde no había que preocuparse por la guerra o una futura revolución, así como una crítica al gobierno y la concientización hacia el esfuerzo y sacrificio del pueblo y del ejército por las causas superiores, ocasionando una lucha de clases entre sus habitantes. Hay que agregar el dinámico montaje y la preciosa fotografía (con el plano holandés como principal recurso para enfatizar las expresiones y emociones de los actores) que fueron características de sus trabajos, casi siempre acompañado de quien fue su segundo al mando por muchos años: el director de fotografía Sergei Urusevsky.
Fallecido el 27 de marzo de 1973 de un paro cardiaco y nombrado como artista nacional de la Unión Soviética, recordémoslo con sus mejores 5 películas.
P.D. Todas las películas vienen adjuntas para no tengan ni una pinche excusa en no verlas. Agradezco a Mosfilm por su contribución a este Top.
Bonus: La Tienda Roja (1969)
La última obra de Mikhail Kalatozov no está a la altura del resto de su filmografía, más que nada porque Leonid Kalashnikov no llena el hueco que dejó Sergei Urusevsky en la fotografía y la historia parece más una repetición de otros proyectos suyos. Sin embargo, retrata con gran acierto la tragedia de la histórica expedición comandada por Umberto Nobile, y lo somete a un examen de conciencia que abarca los hechos que llevaron al desastre y a los implicados en el suceso que a la mayoría les costó la vida. Gran parte de su atractivo yace en el reparto internacional (Peter Finch, Sean Connery, Claudia Cardinale y Nikita Mikhalkov, por mencionar algunos).
Bonus: El Clavo en la Bota (1931)
Intentando generar consciencia hacia el ejército, Mikhail Kalatozov despliega el estrés, la angustia y la adrenalina de un campo de guerra, que establece que toda parte del pueblo, hasta la más pequeña, es fundamental para el éxito de la revolución, incluso un simple zapatero tendrá en sus manos el destino de sus camaradas. Un mediometraje que resalta la importancia de la eficiencia de la industria soviética, que a pesar de esto, fue prohibida en Rusia por considerarla como ostracismo, pues los esfuerzos del pueblo no serán suficientes si el objetivo del gobierno no es cumplido.
5 – Tres Hombres sobre una Balsa (1954)
Atípica comedia que significa una parada temporal dentro de la filmografía de Mikhail Kalatozov, quien prueba que puede cambiar de género y matices y mantenerse fiel a sus principales temáticas. Cada parada en este viaje por el río Volga refleja el conflicto entre los burgueses y la clase trabajadora, sin dejar de lado las risas causadas por las ocurrencias de 3 amigos que buscan reconectar entre ellos por un fin de semana. Una historia de reencuentros, de tono relajado, vacacional y ligero, cuya trama es un poco básica, pero que invita a fortalecer los lazos de amistad.
4 – Sal para Svanetia (1930)
Mikhail Kalatozov sigue el legado de Sergei Eisentein por la composición de imágenes tan hermosa y precisa en el montaje que retrata toda la dureza y belleza posible de los paisajes y las condiciones de vida de las poblaciones rurales aisladas de la Unión Soviética. Plasma el atraso cultural y tecnológico de estas comunidades y la fascinación por esa vida anclada al pasado que atrae a algunas personas. A pesar de que tiene un tono melodramático cerca del final que no termina de convencer, tiene momentos estremecedores y lecciones sobre civismo en cada minuto. Uno de los pocos documentales de la época del cine mudo que sobrevive hasta nuestros días.
3 – La Carta que no se Envió (1960)
Tatyana Samoylova vuelve a hacer equipo con Mikhail Kalatozov en una de las mejores películas de supervivencia. La fotografía de Sergei Urusevsky convierte a la naturaleza en la verdadera protagonista, con la magnificencia y dureza del severo invierno siberiano que infunde la tensión por sobrevivir y provoca cierto desasosiego, pero también indaga y explora las relaciones grupales y cómo éstas influyen en el equipo de geólogos, planteando una pequeña luz para el amor (o tal vez el recuerdo de éste). Por debajo de sus 2 obras más conocidas, pero el sobrecogedor y magnífico final la eleva por sobre otras propuestas similares.
2 – Pasaron las Grullas (1957)
Mikhail Kalatozov desplaza la guerra al fondo para centrarse en la vida sentimental de quienes se quedaron, pero innova en el dinamismo de una cámara que confabula con el amor, la separación, la traición, la compasión y la soledad de la bella y sobrecogedora Tatyana Samoylova. La riqueza del lenguaje visual capta pequeños detalles que avivan y funden los sentimientos y el estado de ánimo en un desenlace tan triste como precioso. Un homenaje a todas las mujeres cuyas vidas fueron afectadas y arruinadas por la guerra, esperando con anhelo el regreso de sus novios y esposos que nunca volverían del campo de batalla.
1 – Soy Cuba (1964)
¿Puede una joya ser considerada propaganda y aun así ser una obra maestra? ¿Puede uno apreciar una obra de arte a pesar de ir en contra de su propia ideología? Mikhail Kalatozov responde a ambas preguntas con la misma palabra: Definitivamente. Más allá de la impresionante proeza técnica, las 4 historias presentadas no temen mostrar la pobreza y el hambre de los habitantes, la negación a los derechos humanos, el abuso de poder y un esquema económico que obligó al pueblo cubano a elegir un camino que ha hecho poco por salvarlo. El vivo retrato de una nación que parece maldecida a pesar de su rica cultura y que ha sufrido desde que Cristóbal Colón tocó tierra en sus playas.