Las 5 Mejores Películas de Natalie Portman
La psicóloga que quiso ser actriz, con su IQ de 140, título de Harvard, tesis, estudios e investigaciones sobre el comportamiento humano, sin duda tener a Natalie Portman en la pantalla grande ya casi es sinónimo de privilegio.
Nacida un día como hoy en Jerusalén. La carrera artística de Portman comenzaría teniendo como agente a su propia madre, la cual la encausó a tomar clases de danza y de drama desde muy pequeña; aunque la familia rechazó varias ofertas del mundo del modelaje, sería primero el teatro y rápidamente el cine el que le daría su primera oportunidad con tan solo 13 años, en un papel tan polémico como mórbido cuando interpretase a la una peculiar “Lolita” a las órdenes de Luc Besson
Portman, siempre prestando mayor atención a su carrera universitaria, iba alternando varios proyectos fílmicos que la llevarían a crecer como uno de los talentos jóvenes más representativos de la generación Y (o millennial), interpretando a una serie de personajes que incluso han pasado la grado de considerarse dentro de la cultura pop (y no estamos hablando solo de Star Wars).
Cumpliendo hoy 41 años, celebremos a la israelí con sus 5 Mejores Películas
5 – V for Vendetta (McTeigue, 2005) Por Dr. Dark
Con ingeniosas reflexiones y paralelismos con tragedias humanitarias reales, matizada con tramas secundarias desgarradoras y las justas escenas de acción, V for Vendetta es un ya icónico relato sobre la lucha por la libertad y la rebeldía en contra de la opresión. Aunque duela al berrinchudo de Moore, su trascendencia va más allá del factor de entretenimiento: desde el año de su estreno, diversos grupos sociales y activistas han utilizado máscaras de Guy Fawkes en sus actos de protesta. Por su parte, Natalie Portman interpreta aquí a la heroína trágica del relato, haciendo uso de un impresionante adentro británico, y literalmente sacrificando la cabellera con una dosis catártica y de emociones a flor de piel
4 – Jackie (Larraín, 2016)
La representación de Portman como la viuda primera dama es impresionante. La israelí no solo logra equiparar el físico, sino que también hace una representación emocional total encarnándose en la piel y duelo de Jackie Kennedy; su acento, gesticulación y lenguaje corporal hablan de una preparación psicológica intensa que disiparon todas las dudas acerca de su talento y de ese Oscar que muchos cuestionaron injustamente por el surrealista cisne. Irónicamente en aquella premiación del Oscar del 2017, Portman debió ganar frente a una Emma Stone muy sobrevalorada (con la igual de inflada La La Land), sobre todo si tomamos en cuenta que no había una clara favorita entre la quinteta ¡Robo!
3 – Closer (Nichols, 2004)
Un bello y tóxico relato en la historia de 2 parejas infieles pero que bajo la dirección de Nichols y el libreto rico en diálogos de Patrick Marber (adaptados de su misma obra teatral), se convierte en una armoniosa odisea de gritos, lloriqueos, coqueteos, sensualidad e infidelidades por doquier. El director respeta la naturaleza teatral de la película al punto que los sets y la fotografía salen sobrando cuando el desarrollo del film se centre en la interacción con los 4 protagonistas, logrando que la cámara explore y explote sus más íntimos deseos y más desgarradoras discusiones. La virtud del film radica en la naturalidad con la que se plantean dichas situaciones, pero también emana de la sensualidad y el dolor que desborda Portman en cada uno de sus momentos
2 – Léon (Besson, 1994)
Los papás de Portman tuvieron injerencia directa en el guion y en el mismo corte del film al supervisar la compleja relación entre un experimentado asesino a sueldo y una chica de 13 años que funge como su aprendiz y sugerente Lolita (incluso se llegó a quitar un desnudo de Natalie). La realidad es que dicho equilibrio representó una de las más torcidas pero a la vez complejas relaciones en pantalla, tan solo sugiriendo, pero nunca atreviéndose a pasar esa delgada línea que solo otros maestros lograron hacerlo para sobrevivir en el intento (Kubrick, Bergman). Sea como sea, Besson consumó su joya y Natalie irrumpió con su impresionante talento y presencia. Una chiquilla de 13 años bajo la presión de dicha trama y con ese registro dramático, es sencillamente formidable.
1 – Black Swan (Aronofsky, 2010)
Ciertamente el cisne peca de morboso y su giro de tuerca de inverosímil, pero nadie puede negar que su trepidante tratamiento capta todos los sentidos durante tres cuartos de su metraje, en donde no solo Darren logra sumergir al espectador en un juego mental tortuoso y hermosamente exasperante al conjugar sus recursos sexuales (para crear los nexos y retener al espectador) con la forma avasallante de dirigir sus secuencias de baile; sino que también Portman y su obvio tratamiento psicológico sobre el personaje, hacen que el espectador comulgue con la autodestrucción de dicho cisne para su consecuente conversión. Este retrato de “niña rota” de Portman fue tan peligroso como natural, dándole justamente ese Oscar
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