Las 5 Mejores Películas de Peter Stormare
Descubierto por el mismísimo Ingmar Bergman, Peter Stormare es a la fecha uno de los actores de reparto más solicitados y adeptos a personajes excéntricos, villanos, un poco locos y/o de naturaleza europea gracias a su gran talento en la imitación de acentos. Tras trabajar bajo la batuta del legendario director sueco en Fanny y Alexander y consecuentemente en su faceta teatral, Stormare irrumpiría en el cine occidental a mediados de los 90 de la mano de los Hermanos Coen y directores como Spielberg y hasta Lars Von Trier.
Con un poco más de 220 créditos entre cine y televisión, celebremos el aniversario de Peter Stormare con sus Mejores Películas
Bonus – The Big Lebowski (Hermanos Coen, 1998)
POR EL FETT
El clímax de la desfachatez narrativa y encausamiento de improvisación actoral de los Coen. Una parodia social sumamente inteligente y embelesada con secuencias surrealistas que denotaban un divertimento único tanto fuera como dentro de la pantalla. La improvisación y la química entre Bridges, Goodman y Buscemi encarnan el manejo de una serie de elementos narrativos distractores que, como de costumbre en su filmografía (Macguffin’s como la alfombra, el apellido, el rescate, el guía espiritual, el torneo de bolos, etc), solo sirven para llevar al espectador a través de una serie de situaciones oníricas que desembocarán en una conclusión tan ridícula como brillante. Peter Stormare comenzaría su carrera en Hollywood como un nihilista en búsqueda del dinero del Lebowski equivocado
5 – Minority Report (Steven Spielberg, 2002)
POR EL FETT
Basada en el cuento de K. Dick, este complejo dilema de la predicción del crimen sobre el libre albedrío significaría una de los mejores relatos de SF. No solo estamos ante una dirección sobresaliente que mantiene un eficaz tono de suspenso durante más de 2 horas y media y tres giros perfectamente estructurados, sino ante un ejemplo de ambientación física y visual envolvente donde el director mantiene todo su metraje bajo oscuros tintes azules proyectando así la sensación de ahogamiento y del elemento agua presente durante toda la trama. La presencia grotesca de Peter Stormare como un cirujano de ojos muy particular es sencillamente sobresaliente, brillando en cada segundo de su fugaz, pero excelente tiempo en pantalla.
4 – Chocolat (Lasse Hallström, 2000)
POR MRS. PUNISHER
Seguro ustedes recuerdan a la bella Binoche en su papel de Vianne Rocher, la extraña mujer que se apersona junto con una su hija en una pequeña población francesa de recatadas costumbres por 1959. Vianne instala su “chocolatería” en donde además de ofrecer cosas deliciosas, también se da a la tarea hacer una especie de psicoanálisis para recetar el chocolate correcto a sus clientes. Sus pociones más que una receta son un conjuro que nace de civilizaciones milenarias centroamericanas (ya ve que para los gringos del Rio Bravo para abajo, todo es Centroamérica). La belleza de la narrativa puede llegar a ser un distractor en el verdadero mensaje de la historia. Peter Stormare funge como un atípico propietario de un café.
3 – Fargo (Hermanos Coen, 1996)
POR EL FETT
Como la presencia constante de la nieve, los Coen parecen ir improvisando sobre un lienzo blanco lo que en realidad es una actualización remota de su primera cinta, y que aquí ve su evolución narrativa con un thriller detallado y de lógica y desarrollos perfectos, suscritos como de costumbre a una serie de infortunios que de manera única en el género nunca se entrelazan con su protagonista, dejando que esa pureza resuelva por consecuencia un crimen de lo más brutal y estúpido. La consecución circunstancial en este cúmulo criminal de malas ideas tendrá su último eslabón en la siniestra presencia de Peter Stormare, el cual simboliza la maldad pura, vencida por la pureza, casi ingenuidad de la adorable e inolvidable protagonista.
2 – Constantine (Lawrence, 2005)
POR EL MARKOVICH
En una decisión de casting que le dio a Alan Moore una razón más para llorar tras saber que harían una película basada en su personaje de cómics, Keanu interpretó al exorcista, demonólogo y maestro de las artes oscuras John Constantine. Sorpresivamente, este rol se convertiría en uno de los más emblemáticos de Reeves ya que le dio un sello muy particular al oscuro y cínico personaje. Atrapado en medio de la eterna batalla entre el cielo y el infierno, Constantine lidia sin inmutarse con demonios, ángeles, seres sobrenaturales y contra el mismo Lucifer, sin jamás tirar el cigarrillo que trae en la mano. Una cinta que ha ganado culto y cariño, es Peter Stormare el encargado de interpretar a Satanás, personaje que le queda como anillo al dedo
1 – Dancer in the Dark (2000)
POR EL FETT
Al terminar su Dogma 95, esta prominencia fílmica sugirió no solo una total reinvención del melodrama y del convencional relato del “enfermo”, sino también del género musical, al tomar de su dogma ciertos estatutos para encausar la desgarradora odisea de esta emigrante checa, en una espiral de desgracias que no otorgará, fiel a su costumbre, ninguna concesión al espectador que ose admirarla. La comunión de esos frescos números musicales con los tintes crueles de su desgracia desatan así una de las obras más inquietantes, tristes y relevantes de los últimos 24 años. Irónicamente, el mejor papel de Peter Stormare no es el de un villano, sino el del tímido Jeff, el empleado de la fábrica que pretende a la trágica protagonista.