Las 5 Mejores Películas de Robert Carlyle
Robert Carlyle se ganaría su justa fama como actor gracias a una serie de papeles que ejemplificaban al callejero británico, aquel joven perdido, adulto en crisis u hombre promedio enamorado y que lidiaba con los problemas económicos, sociales y románticos del día a día. Su particular físico también le permitió interpretar ciertos personajes dementes y/o villanos, llevándolo incluso a ser un poco encasillado en su legendario papel de Begbie en Trainspotting.
Aunque a la larga lograría despegarse de aquel primer perfil con personajes más serios y dramáticos, desgraciadamente también estas participaciones no serían tan memorables como las de su primera etapa. Aún en activo y con más de 70 créditos en su haber, celebramos a Robert Carlyle con sus mejores películas
5 – 28 Weeks Later (Juan Carlos Fresnadillo, 2007)
POR EL FETT
Robert Carlyle fungiría como la principal víctima y villano de la propagación de la pandemia zombi en esta secuela que, aunque en ningún momento alcanza la sofisticada y terrorífica narrativa de su predecesora, si es capaz de encausar a través de Carlyle un par de sustos tanto visuales como emocionales en la historia de un padre que pasa a ser un infectado y cazador de sus hijas. Fresnadillo utiliza bien el elemento demencial de dicho actor para convertirlo en el corazón y principal motif de la cinta, mientras que en el complemento heroico ahora son las fuerzas armadas (contrario a su anterior, y con un naciente Jeremy Renner como la contraparte bondadosa) las que funcionan como un apoyo a las presas
4 – Angela’s Ashes (Parker, 1999)
Por Jose Roberto Ortega
Basada en las memorias de Frank McCourt, Desde la pobreza extrema, la familia McCourt sobrelleva la situación de un padre alcohólico e incapaz de conseguir o mantener un trabajo y a la depresión de la madre, Angela, quien se ve forzada a mendigar para conseguir ropa y comida. Dentro de este entorno social/familiar negativo y gobernado por la religión Frank crece y aprende lecciones importantes de la vida y del sacrificio de su madre. Como buena historia de irlandeses, se mezcla el sufrimiento con la comedia, lo que Alan Parker entiende y aterriza bien, dotando de cierta alegría, nostalgia y esperanza a una historia sombría (como se establece desde el tono de la fotografía). Dentro de lo más sobresaliente está la partitura de John Williams, así como las actuaciones de Emily Watson y Robert Carlyle
3 – Riff-Raff (Loach, 1991)
POR EL FETT
Quizá la crítica sociopolítica de Loach nunca ha encontrado mayor equilibrio con el cine comercial que con Riff-Raff, la cual incluso explora con un curioso y negro sentido del humor, las situaciones en que se ven envuelto los personajes típicos de su filmografía: la clase baja y oprimida británica. Robert Carlyle se encuentra tan veraz como maravilloso en su papel de ex convicto que, al integrarse de nuevo al mundo laboral, se enamora de una cantante adicta, comenzando así una exploración de este círculo vicioso y tóxico entre la auto destrucción del obrero pobre y el sistema ¿Qué o quién causa al otro? Uno de los más ligeros trabajos de Ken Loach, pero no por eso deja de ser sumamente destacable
2 – The Full Monty (Peter Cattaneo, 1997)
Si consideramos el primer mundo como un sitio lleno de oportunidades para todos, dinero volando por todos lados y siendo dichosos gracias a ello, pues estamos lejos de la realidad. La película muestra como el desempleo es un factor que afecta a especialmente a la clase media quienes dependen de su sueldo para sobrevivir diariamente, al no encontrar un trabajo estable un grupo de amigos deciden hacer un show de striptease para poder pagar sus deudas. Sin embargo estos amigos no son nada agraciados y ni siquiera tienen una muy fina motricidad por lo tanto las situaciones son hilarantes intentando siquiera hacer una pequeña coreografía. A pesar de ser una comedia, resulta muy profunda sobre los problemas que aquejan constantemente a la sociedad.
1 – Trainspotting (Boyle, 1996)
POR EL FETT
Su obra cumbre y que marcó un parteaguas social dentro del cine y la cultura: el del final de la juventud de la generación X. No es de extrañarse entonces que a partir de ese incomodo pero adecuado momento la cinta se haya convertido en foco de culto instantáneo, atención que sigue prosperando hasta nuestros días a 25 años de haberse estrenado. La mayor virtud es la honestidad de su lenguaje y propuesta. Danny Boyle se sitúa en un trozo de esa generación perdida y por mandato del arte les provee de una definición dentro de la cultura y sociedad ¡Así de relevante! Aunque su cuadro argumental se posiciona en un mundo donde esa pérdida de identidad y confusión de status y futuro era complementado por la explosión del mundo de las drogas, las situaciones y la naturalidad de esta proeza logró trascender y trasgredir tanto a la sociedad europea como a la americana, haciéndola un himno atemporal sobre la juventud