Las 5 Mejores Películas de Samuel L. Jackson
Samuel L. Jackson es tal vez el mejor actor de “catálogo” que ha tenido Hollywood en los últimos 30 años. No cuenta con un gran talento o versatilidad, pero sus fragilidades son solventadas por un impresionante carisma y presencia cómico – dramática que lo convierte en un elemento por lo general solvente y a los órdenes del relato a pesar de siempre interpretar al mismo personaje ¡Claro! Con ciertas excepciones y/o variaciones más interesantes del mismo que veremos aquí. A pesar de esto la carrera de Samuel es de elogiarse, alcanzando el mote ya de leyenda gracias a su mencionado arquetipo y a sus más de 180 créditos dentro del cine y la televisión, siendo uno de los histriones más constantes y con mayores proyectos de las últimas décadas.
Nacido un día como hoy de 1948, Jackson nacería con el don y vocación artística al primero aprender a tocar la trompeta y consecuentemente formar el grupo de teatro de su colegio. Siguiendo con sus estudios de artes dramáticas, sería también un constate activista por los derechos de la raza afroamericana, comulgando con muchas marchas con y en presencia el mismo Martin Luther King.
Su carrera como actor comenzaría ¡En 1973!, pero no sería hasta casi dos décadas después cuando comenzara poco a poco a desfilar y a figurar bajo la dirección de algunos grandes directores que poco a poco irían encaminando su carisma y talento. En 1990 aparecería en un pequeño pero sustancial papel en Goodfellas, y para el siguiente año ya sería un referente de Spike Lee. Se iría abriendo paso entre thrillers y blockbusters: Patriot´s Game, Jurassic Park, The Exorcist III, hasta que en 1994 apareciera de repente en todo su esplendor bajo cierta ficción “pulp”. El resto sería historia
Ligado a la evolución del mismo Tarantino (una especie de simbiosis que han conformado a través de 5 de las 11 cintas del director), y las fórmulas de los grandes blockbusters – saga- (Star Wars, Avengers) y por supuesto al cine noventero en todos sus géneros, Samuel L. Jackson es también y sin ninguna duda uno de los rostros más reconocidos de la cinematografía americana de los últimos 30 años ¿Quién carajos no ha visto una película donde salga el? Estando ahora si que hasta en la sopa, este querido actor ha forjado su fama y poder mediático a base de presencia, carisma y conocimiento en la selección de sus proyectos (algunos muy, muy oportunos)
Celebremos los 73 años de Samuel L. Jackson con sus 5 Mejores Películas
Bonus 1 – Unbreakable y Glass (M. Night Shyamalan, 2000 y 2019)
Ambas cintas muy dispares y forzadamente unidas bajo una trilogía de “súper humanos” creadas a partir de una peculiar y rara aproximación del subgénero por parte de su director, pero aun así funcionales (o al menos entretenidas) gracias en primera y principal instancia a la mera presencia de L. Jackson, que recrea un villano interesante en este replanteamiento logrando incluso surtir la química necesaria y acorde para que Willis pueda lucir (otra vez). Una faceta antagónica en total dominio gracias al continuo abordaje de este tipo de personajes a lo largo de su carrera y que se manifestaría también de manera atractiva en otras cintas del mismo índole como por ejemplo Kingsman, y su pintoresco y divertido antagónico
Bonus 2 – Die Hard: With a Vengeance (John McTiernan, 1995)
La mejor secuela de “Die Hard” se daría no solo con el regreso de McTiernan a la franquicia, sino gracias al agregado de L. Jackson como el compinche preciso para incrementar los niveles mediáticos de Bruce Willis en las primeras llamadas de atención de parte de la audiencia hacía la explotación de la saga. La química es divertidísima, un elemento que se contrapone de manera muy elogiable a la constante tensión impresa por el director y su guion de un solo acto. No le llamaría versatilidad, pero si disposición por parte de L. Jackson, sin duda podemos catalogarlo como uno de los actores de reparto más solventes de los 90, incluso filmando este gustito de acción justo después de Pulp Fiction.
5 – Sphere (Barry Levinson, 1998)
Pocas veces tengo la oportunidad de hablar sobre esta cinta de horror y SF del infravalorado Levinson, y es que aunque podría catalogarla como uno de mis más grandes “gustos culpables”, la realidad es que este extraño thriller submarino – alienígena encausa no solo dos o tres secuencias o hasta clímax trepidantes y repletas de suspenso, sino que en su planteamiento también se da abasto para surtir a Hoffman – Stone – Jackson de una tremenda química que surte la tensión y ese efecto deseado de terror psicológico, base de su trama o “misterio”, y en donde Jackson despliega el personaje más complejo y terrorífico con la chispa que lo caracteriza. Una de esas buenas ideas un poco forzadas en su desarrollo, pero que se sostiene gracias a sus actuaciones.
4 – Jackie Brown (Quentin Tarantino, 1997)
Los primeros esbozos de la máxima pretenciosidad de Tarantino (y que lo llevarían a la quiebra narrativa en cintas como The Hateful Eight), serían solventadas por un reparto que encabezaría el propio L. Jackson en el que hasta la fecha es uno de los pocos reales protagónicos de su carrera, con el mismo peso del personaje de Pam Grier, y en donde lo interesante radica en su naturaleza antagónica. De nuevo, totalmente eficaz y capaz de sostener el en ocasiones aburridísimo guion de Quentin, aquí también se evidencia la comodidad de Jackson cuando se trata de la teatralidad de su director – padrino, un tono que le viene como anillo al dedo gracias a su talento oral y a su carismática desfachatez.
3 – A Time to Kill (Joel Schumacher, 1996)
Uno de esos gratos errores de la “matrix” fílmica, este olvidado y entretenido thriller no solo sorprende por su atemporal temática social, sino también por su trasgresor y crítico tono que, pese a ser “algo” maquillado, funciona en mucha parte gracias a que su director inserta una serie de intensos momentos y elementos raciales para que la convencionalidad se convierta así en algo tan vertiginoso como sustancial. Debido a las incapacidades narrativas de Schumacher, era muy común que este delegara mucha de la responsabilidad en sus actuaciones, una decisión muy acertada y que le dio a L. Jackson una nominación al Globo de Oro, superando en esta instancia al despertar actoral de McCounaghey.
2 – Django Unchained (Quentin Tarantino, 2012)
El verdadero y principal villano fue también el personaje más complejo dentro de esta fábula western de muchos altibajos, pero al final solventada por la química paternalista y extravagante entre DiCaprio y el veterano en cuestión. Un halo de culpabilidad cómica rodea las primeras apariciones de “Stephen”, el amo y señor de Calvin y de aquellas tierras, sin embargo es en el clímax cuando los mejores rasgos dramáticos de Jackson se asoman, demostrando como en pocas ocasiones ese soberbio equilibrio que sabemos puede llegar a darse a cuenta gotas en su carrera. Si bien lo atractivo de su personaje va disminuyendo cuando quitamos a Waltz y a DCaprio de la jugada, sin duda logró hacer de Stephen uno de los más peculiares monstruos de Tarantino
1 – Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994)
Dentro de uno de los mejores guiones, cuentos criminales y ensambles actorales en la historia del cine, el valor agregado es sin duda un aún novato Samuel L. Jackson, tan inmerso como inmenso e cada una de sus escenas y diálogos ¿y por qué no? considerándose a lo largo de este como el elemento con mayor protagonismo, situación que se confirma con su secuencia final y esa catedrática redención final. A través del personaje de Jules, Tarantino va encaminando el tono e intensidad de su relato, jugando entre el dramatismo y el humor negro y forjando junto a su nueva adquisición y fetiche, uno de los antihéroes más emblemáticos y carismáticos, e incluso referente de la cultura pop de los 90.