Las 5 Mejores Películas de Stanley Tucci
Uno de los actores de reparto más constantes de la industria actual, reconocido como un “tal vez te vi” en una gran cantidad de producciones, pero también siempre ignorado por el público. Nacido el 11 de noviembre de 1960, hijo de inmigrantes italianos, participó en los equipos de fútbol y béisbol de su escuela. Sin embargo, su principal interés siempre fue hacer teatro, así que asistió a la SUNY Purchase (donde fue compañero de clase de Ving Rhames). Durante su estancia en Nueva York, dividió su trabajo entre ser camarero por la mañana y actor de Broadway por la tarde. Debutaría con “The Queen and the Rebels” en el teatro, pero tendría su primer papel en “Prizzi’s Honor” tres años después. No obstante, sería hasta el nuevo milenio cuando por fin ganaría el reconocimiento del espectador promedio.
Conocido por sus roles antagónicos, también es capaz de demostrar su lado más sensible y amoroso. Esta variedad le ha permitido moverse entre el teatro, el cine y la televisión de forma orgánica. Distinguido como caballero de la Orden al Mérito de la República Italiana, celebremos el cumpleaños de este gran actor con sus mejores 5 películas.
Bonus – Spotlight (Tom McCarthy, 2015)
POR URIEL SALVADOR
Una de las peores ganadoras del Oscar y una de las cintas más olvidables de dicha entrega, tiene como virtud redentora la decencia de estar bien actuada y tener personajes competentes en sus filas. Uno de los muchos actores involucrados es Tucci como un abogado que representa a víctimas de abuso sexual, otorgando la información requerida para que el caso principal salga a la luz. No tendrá mucho tiempo en pantalla, pero queda claro que Mitchell Garabedian funge como el verdadero héroe de la historia, uno que actúa desde el anonimato. Spotlight al final de cuentas logró darles menciones a muchos actores en sus tops personales, pero no la historia es completamente olvidable.
Bonus televisivo – Conspiracy (Frank Pierson, 2001)
POR URIEL SALVADOR
La mayor valía de esta pequeña cinta televisiva es traspasar las grabaciones conservadas de la Conferencia de Wannsee con meticulosidad, no sólo consiguiendo una recreación fidedigna del evento principal, sino que profundiza en la psicología de los funcionarios nazis durante la Segunda Guerra Mundial, cuyas decisiones desembocarían en uno de los episodios más oscuros de la humanidad. El dúo protagónico conformado por Branagh y Tucci impone el respeto y la autoridad de Reinhard Heydrich y Adolf Eichmann respectivamente, permitiéndole a este último alzarse con el Globo de Oro, el cual quizá sea su galardón mejor apreciado y reconocido.
5 – Lucky Number Slevin (Paul McGuigan, 2006)
POR EL FETT
Lucky Number Slevin es el mote de un caballo de carreras que desencadena una muerte, un misterio, una confusión de personalidades, un choque entre dos clanes mafiosos, y finalmente un giro de tuerca ¡Tremendo! Asesinos seriales, jefes gánsteres, y un atípico relato de cambio de roles muy en la línea de la fórmula “héroe por accidente”, es en realidad uno de los relatos thrillers más frescos de la pasada década con un telaraña narrativa que se teje ágilmente bajo toda lógica argumental, y que después se desenreda de una manera tan sorprendente que es difícil dar cuenta que un “Don Nadie” tuvo el riesgo y las agallas de dirigir un cuento gansteril de esta manera. Tucci interpreta al detective a cargo del caso, fugaz pero importante papel para el giro.
4 – The Devil Wears Prada (David Frankel, 2006)
POR URIEL SALVADOR
Un retrato fiel del mundo laboral (y me refiero a cualquier mundo laboral), desde la entrevista de trabajo a los puestos más altos, con mucha comedia, pero nunca olvidando la crudeza y los sacrificios que implican alcanzar el éxito, mostrando lo que sucede detrás de bambalinas en un entorno tan competitivo como el negocio de la moda. Gran parte de este acercamiento se consigue por Tucci como Nigel, un excéntrico director de arte que balancea la burla hacia Andy por su forma de vestir y su peso con la seriedad de darle la confianza y seguridad para moverse en el trabajo. Este papel sería el que le daría el reconocimiento mundial.
3 – Road to Perdition (Sam Mendes, 2002)
POR EL FETT
Uno de los relatos gansteriles por excelencia y que a poco a poco se ha posicionado como lo que se merece, una pieza ya de culto en el subgénero. Mendes a través de su increíble dirección y ritmo hacen que la más rotunda tragedia se convierta en un vehículo de redención paternal con tonos que incluso alcanzan el más fino cine de aventuras ¿Lo más impresionante? Es que a pesar de la brutalidad de su contexto, Mendes se las ingenia para contar todo como si fuera una fábula apta para chicos y grandes. Tucci funge en un rol antagónico clave e histórico que refuerza el poder que tiene la mafia de la época.
2 – The Lovely Bones (Peter Jackson, 2009)
POR URIEL SALVADOR
La peor película de Peter Jackson podrá ser muchas cosas: pretenciosa, autoindulgente, dramatizada, empalagosa, tergiversada en su mensaje y muy dependiente de los efectos especiales. Pero si hay dos razones por las que termina siendo aguantable, esas son Saoirse Ronan y Stanley Tucci, destacando este último como un inquietante psicópata que, aunque carente de trasfondo y motivaciones, es calculador y amenazante por verse y comportarse como lo que es: una persona normal. George Harvey le dejaría muchas secuelas, pero sería responsable de darle su única nominación al Oscar.
1 – The Terminal (Steven Spielberg, 2004)
POR URIEL SALVADOR
La unión entre la fotografía, la música y el diseño de producción, junto a un buen manejo de cámaras, llena de vida a un aeropuerto que plantea correctamente el problema de la inmigración a través de un personaje perdido y sin patria a la que pueda regresar. Tucci funge como la fuerza antagónica hacia Viktor Navorski, incluso sirviendo como una especie de crítica al estilo de vida americano, más preocupado por su propio bienestar que por los demás. Una obra menor para Spielberg, pero es una película encantadora y confusa sobre la innecesaria inhumanidad de la burocracia y el necesario sistema de apoyo de la humanidad.