Las 5 Mejores Películas de Theo Angelopoulos

“Ahora más que nunca, el mundo necesita cine. Puede que sea la última forma de resistencia ante el deteriorado mundo en el que vivimos.”

Nacido el 27 de abril de 1935 en Atenas, más que ser un cineasta o un poeta audiovisual como Béla Tarr y Andrei Tarkovsky, Theo Angelopoulos es un historiador que se dedicó a retratar la época de Grecia que casi nadie menciona o conoce: la moderna. Su padre sería secuestrado y asesinado durante la Guerra Civil Griega, evento que influiría en su obra a posteriori. Luego de hacer el servicio militar, trabajó en París por muchos años para pagar sus estudios y ganarse la vida hasta ser expulsado del IDHEC por inconformista. Tras varios proyectos fracasados o inacabados por falta de financiación, finalmente sacaría su primer trabajo en los 70 para beneplácito de la crítica internacional.

El estilo de Theo Angelopoulos se caracteriza por narraciones pausadas y alteración del eje espacio-temporal que giran alrededor de temas como la inmigración, la guerra (en especial la intervención italiana durante la Segunda Guerra Mundial que derivó en la festividad del Día del No), y el regreso al país de origen. En su filmografía sólo hay 2 tipos de tomas: el plano secuencia y la toma fija larga, lo que causa un ritmo lentísimo y contemplativo que implica prestar atención a cada detalle en pantalla, y junto al director de fotografía Giorgos Arvanitis, la compositora Eleni Karaindrou y el guionista Tonino Guerra, funde pasado, presente y futuro en el mismo plano.

También Theo Angelopoulos es adepto a dividir su trabajo en trilogías según la temática y década en turno: Trilogía de la Historia en los 70, Trilogía del Silencio en los 80, Trilogía de las Fronteras en los 90 (a la que pertenece su obra más conocida) y Trilogía de la Grecia moderna en los 2000. No obstante, todos estos elementos también lo han hecho uno de los directores menos accesibles de la historia, incluso para los más experimentados en la materia, razón por la que gran parte de su obra resulta desconocida fuera de los círculos de crítica y difícil de hallar en general.

Ganador de la Palma de Oro, murió atropellado el 24 de enero de 2012 mientras filmaba “El otro mar”, dejando incompleta su Trilogía de la Grecia moderna (sólo sobreviven algunas imágenes de archivo). Con la intención de rememorar lo que fue y pudo ser, recordémoslo con sus mejores películas.

 

Bonus – El Polvo del Tiempo (2008)

POR URIEL SALVADOR

Para unos es un ejercicio pretencioso y la obra más comercial de su carrera (debido a la aparición de Willem Dafoe), para otros es una de las películas más ninguneadas de su década. Si bien es cierto que se siente excesiva al punto que resulta demasiado difícil de seguir por momentos, Theo Angelopoulos sabe lo que hace y propone un reflejo del significado de las relaciones familiares y los traumas generacionales, añadiendo la quietud humanista para 3 generaciones diferentes a través del tiempo. Lo único malo es que nunca sabremos el desenlace, pues a raíz de su repentina muerte, esta historia quedó inconclusa.

 

5 – El Viaje de los Comediantes (1975)

POR URIEL SALVADOR

La obra que lo puso en el mapa, un juego temporal que se mueve en 3 niveles narrativos diferentes donde la acción se demora por casi 4 horas, pero asegura que el paisaje esté cargado de drama, y a partir de atisbos sobre el honor a la patria y la lealtad a los principios, alcanza por momentos una amplitud digna de las tragedias griegas clásicas. Si bien los personajes son más peones que entran y salen de escena, Theo Angelopoulos plasma las secuelas físicas y psicológicas que deja la guerra, tiene una connotación única e inolvidable que provoca una doble melancolía tanto a nativos como a extranjeros.

 

4 – La Mirada de Ulises (1995)

POR EL FETT

La modernización de La Odisea según Theo Angeloupoulos, tomada de la mitología griega para su propia maquinaría fílmica; sin duda uno de los episodios más surreales y hermosos de la historia cinematográfica. El director se encarga de confirmar la confianza de los autores de antaño para desarrollar un viaje íntimo y sensible que, a pesar de estar tan ensimismado en su redención y visión, ofrece al espectador una travesía hipnótica que usará como vehículo a un inconmensurable Harvey Keitel. Este onírico viaje sensorial y vivencial se adapta no solo a la crisis de la etapa adulta, escapando de ese cierto encasillamiento para convertirse en un retrato de amor por la vida, su entorno y cotidianidades. Una joya que se haría del premio del jurado de Cannes

 

3 – Eleni (2004)

POR URIEL SALVADOR

El romance entre 2 futuros amantes condenados por el destino a ser hermanos en realidad no es más que un reflejo concreto y, por lo tanto, microscópico de la gigantesca tragedia sufrida por millones de europeos durante la primera mitad del siglo XX. La belleza de las imágenes es poderosa, Theo Angelopoulos funde un crepúsculo infinito con la música de Eleni Karaindrou para componer un espectáculo deslumbrante y cautivador. Una tragedia moderna que tal vez sea demasiado lenta para la mayoría, pero claudica ante el dolor de un territorio lleno de heridas sin sanar.

 

2 – Paisaje en la Niebla (1988)

POR URIEL SALVADOR

Serena, pero inestable, a veces dubitativa, pero de avance rígido, a veces hermosa y otras fría y distante. Los tonos grisáceos advierten de un futuro poco prometedor para los hermanos protagonistas, logrando un equilibrio entre belleza emotiva a través de la bruma y la crueldad inevitable por parte de los adultos. Repleta de simbolismos, Theo Angelopoulos crea algunas de las escenas evocadoras más inimaginables, que invita a enamorarse de esta introspectiva reflexión sobre la condición humana a pesar de su miseria, que permea en un final intenso y esperanzador.

 

1 – La eternidad y un día (1998)

POR EL FETT

Puede ser una road movie, pero no dentro de un término banalmente terrenal, sino de la introspección de la vida en el último día de la misma. Como “Fresas Salvajes” de Bergman, Theo Angelopoulos crea un viaje onírico dentro de la redención de un viejo escritor, que decide frente a la muerte, hacer una conexión con la vida y el amor. Maravillosa contradicción dentro de un último viaje, donde el escritor tendrá la oportunidad de conectar su legado hacía con un niño albanés en su búsqueda de cruzar la frontera, uniendo sus caminos no solo para encontrar un nuevo sentido a su recorrido, sino también para crear una nueva fábula, un nuevo cuento juntos. Angelopoulos hizo dos o tres cintas destacables, siendo esta una joya entre ellas.

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Acerca del autor

Uriel Salvador     twitter.com/UrielSalvadorGS

Escritor, analista, crítico, gamer, investigador, actor (especializado en doblaje), fotógrafo. Pero ante todo, soy un amante del cine.


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