Las 5 Mejores Películas de William Holden
Uno de los monarcas actorales de la década de los 50, William Holden no solo se instituyó como una de las imágenes con mayor éxito y reconocimiento de Hollywood, sino también como uno de los iconos sexuales por excelencia de la época dorada.
Su paso al cine fue instantáneo cuando su familia se mudase a Pasadena, comenzando a los 20 años como un reo sin crédito, y tan solo esperando un año más para lograr su primer rol protagónico en Golden Boy (1939), con la cual se ganó el respeto y los contratos de la industria. Asentando las bases antes de la guerra, Holden participó en varios dramas, westerns y comedias, ganado adeptos y tablas al compartir escenas con Bogart, Glenn Ford y Betty Hutton, entre otros.
Su llegada a la cima se daría en 1950, década que establecería tanto una racha de éxitos que lo llevarían a ser uno de los mejores actores de su generación, como varios embates y baches fílmicos (era muy normal en él escoger papeles menores en producciones que dejaban mucho que desear, sobre todo hacía los 60 y 70) y personales, dejando ver su gran afición al alcohol incluso en varios rodajes.
Aficionado y protector de la vida salvaje (tenía un reserva y safari en África), durante los 60 y 70 y un par de resurrecciones fílmicas, Holden pasó la mayoría de su vida en una inestabilidad personal y laboral que junto a su vicio le acarrearían una terrible muerte en 1981, al borracho caer y golpearse la cabeza en su mesa, desangrándose en el piso de su cocina.
Recordamos al gran actor estadounidense, nacido un día como hoy, con sus 5 mejores películas.
Bonus – Sabrina (Billy Wilder, 1954)
Una de las comedias románticas más elegantemente actuadas y dirigidas, pero también injustamente olvidadas, Wilder se encuentra en completo dominio de su entorno y con la agilidad narrativa que lo caracteriza, para que el triple duelo actoral delante de la pantalla tome el mando en una de las químicas más deliciosas y divertidas de la época de oro. Aunque nadie compite con la presencia de una enorme Audrey Hepburn en todo su esplendor, es en encontronazo entre Bogart y Holden, donde este último se impone no solo por su mayor rango de versatilidad, sino también en porte y dominio dramático, estableciendo aquí tal vez el momento en el que Holden se empezaría a despegar de Bogart con un mucho mayor talento.
5 – The Bridge on the River Kwai (David Lean, 1957)
Una de las epopeyas bélicas más influyentes e intensamente dramáticas de la historia, a pesar de que Guinness aprovecharía su gran papel para consagrarse, es William Holden el que funge no solo como el segundo al mando en el protagonismo de este relato, sino también con gran solvencia como el contrapeso anti heroico emanado de la obsesión ideológica de Sir Alec, en una guerra más psicológica que física, tal y como le encantaba plantear su campo de batalla al gran maestro David Lean. Resulta mítica la última secuencia del film, donde todas las piezas, incluidas Holden, son posicionados de manera exacta para encausar uno de los momentos de mayor suspenso en la historia del cine.
4 – Stalag 17 (Billy Wilder, 1953)
Billy Wilder nombró a Holden como “el actor ideal para cualquier película”, una aseveración que el propio actor confirmaría a lo largo de su carrera con creces, denotando un talento histriónico adelantado a su tiempo y con un gran registro cómico – dramático que le permitía alcanzar cualquier papel, comulgado también a su cierto grado de desfachatez personal, pero siempre ensalzado en un porte y presencia genuina. En otro drama bélico un tanto olvidado como lo es Stalag, Holden ganaría su único Oscar gracias al encausamiento de todos los mencionados matices y/o personalidades, al engendrar a otro anti héroe, el cínico Sargento traidor de las barricadas de prisioneros. Aprovechen la cuarentena para descubrir esta joyita un tanto enterrada.
3 – Network (Sidney Lumet, 1976)
Su segunda resurrección y último gran papel, resulta impresionante el dominio y la madurez dramática de un William Holden ya entrado en años y en un rol con el mismo nivel histriónico que un Brando en The Godfather, pero con otro muy distinto enfoque. La impresión se da quizá gracias a la suma de todos sus demás papeles, siempre jugando en la delgada línea del heroísmo y la falta de ética, y que aquí desembocan en una especie de testamento o expiación al ser prácticamente el eje y soporte de uno de los despliegues actorales y en conjunto más excelsos en la historia (Dunaway, Finch, Duvall, entre otros), en una historia que precisamente engloba todo el anti heroísmo, oportunismo y falta de humanidad de los medios masivos. Su rol resulta sencillamente entrañable.
2 – The Wild Bunch (Sam Peckinpah, 1969)
Un himno a la muerte y una de las ejemplificaciones más claras de la vileza humana, que vio a través de un desarrollo metafórico, un western de mucha soltura, complejidad y belleza audio visual. El sangriento y audaz film bien podría ser catalogado bajo la etiqueta del chili western, gracias a su desarrollo en las sierras del terrirotiro mexicano durante las épocas de la revolución. Ahí, como el líder de la llamada “pandilla salvaje”, Holden vería su primera resurrección actoral a cargo de un papel sumamente complejo y con una de las mejores estructuras dentro del rubro, de nuevo en esa línea del antihoerismo y con una secuencia final de antología, gran clímax de una angustiosa poesía aventurera y de honor repleta de simbolismos y mucha violencia.
1 – Sunset Blvd. (Billy Wilder, 1950)
Su primer lugar como “mejor actuación” de su carrera quizá responda a una sensación más nostálgica de mi parte (pues sin duda alguna las anteriores 4 mencionadas denotan una mayor maduración y talento como histrión), sin embargo creo también que no podría haber sido de otra manera, pues es aquí donde William Holden desplegaría por primera vez su porte de leyenda (y de icono sexual). A la orden de su padrino Wilder y asumiéndose desde el principio de su estrellato como ese ente astuto y cínico, es impresionante como Holden no solo soporta, sino nutre el monstruoso desempeño de Swanson, en una química destructiva y narrativa que prácticamente ensalzarían a este relato como uno de los mayores símbolos fílmicos de Hollywood y de la historia.