Las Mejores Películas de Boris Karloff
La enigmática figura de Boris Karloff se concibió y trazó en la vida real como una de esas historias de fantasía, llena de aventuras, viajes, dificultades y problemas familiares, que bien podrían ejemplificar y/o definir la pura esencia del cine. Más allá del monstruo de Frankenstein, personaje que lo inmortalizó dentro de la cultura pop, su labor como artista alcanzó variados registros y acciones que hasta la fecha siguen siendo de mucha injerencia dentro de la industria fílmica de Hollywood.
Nacido un día como hoy de 1887 en Londres, William Henry Pratt fue el menor de nueve hermanos dentro de una familia aristócrata destinada a altos mandos gubernamentales, que entre sus varias acciones y modus vivendi estaba el de convertirse en embajadores como parte del servicio diplomático británico. Su destino estaba trazado, pero él decidió rechazarlo al reprobar deliberadamente un examen para conseguir una plaza en la embajada británica en China, y es que su sueño era solo ser actor, profesión que representaba varios problemas hacía con su familia, pues esta la consideraba un oficio de deshonra y vergüenza.
Henry Pratt tuvo que decidir entonces entre su familia y su sueño, finalmente viajando a Canadá donde de granjero, minero, chofer y jardinero, por fin conoció a un buscador de talentos y productor de teatro, al cual le mintió que él ya venía de una carrera como actor en Londres, y que se encontraba buscando el sueño americano. Contratado a partir de su “cuento de ficción”, Pratt comenzaría su carrera actoral, pero debido a que la misma no era considerada apta para un joven aristócrata, y por respeto a su familia, tomo? el nombre de uno de sus antepasados por el lado materno, e invento? un apellido: Boris Karloff.
Ya no regresaría a casa por más de 20 años, pues desde 1919 comenzaría una carrera fílmica que se consolidaría hasta 1931, con el lanzamiento del clásico “Frankenstein”.
El monstruo aristócrata firmaría un currículo legendario de más de 230 títulos entre el cine y la televisión, siendo incluso uno de los 12 originales miembros fundadores del sindicato de actores (SAG). Recordemos al mítico Boris Karloff con sus Mejores Películas
Bonus – How the Grinch Stole Christmas! (Chuck Jone, 1966)
POR EL FETT
El legendario corto navideño que a la fecha sigue siendo la adaptación más famosa y de culto sobre el personaje del Dr. Seuss, contó de manera casi onírica con la participación de Boris Karloff como el principal narrador (y voz del protagonista), así como el inolvidable y mítico número musical “You’re a Mean One Mr. Grinch” auspiciado por la profunda voz de Thurl Arthur Ravenscroft. La dirección del legendario Chuck Jones imprime ese patentado sarcasmo y humo negro para servir como complemento perfecto no solo a la parodia del consumismo descrita por el autor, sino también a la progresiva emotividad proyectada en cada uno de sus momentos. La labor de Karloff como voz animada se extendió a varios seriales, personajes y hasta comerciales.
Bonus – The Raven (Roger Corman, 1963)
Por Edgar del Valle
Película serie B con un guion de Richard Matheson, en base a una adaptación libre de la obra de Edgar Allan Poe y que reúne por primera vez a Peter Lorre en compañía de Vincent Price, Boris Karloff, y un muy joven Jack Nicholson, una pandilla VIP del maestro de cine B, Roger Corman. La cinta narra la historia de un hombre de un doctor, que en una época (siglo XV) dominada por la magia, el miedo y la superstición, llora por la muerte de su amada esposa y una noche se le presenta un cuervo (Lorre) que al convertirse en ser humano le relata que ha visto a una mujer idéntica a su mujer en el castillo de un mago. Gran duelo actoral de los tres maestros del terror, que convirtió a esta cinta en filme de culto.
Bonus – The Body Snatcher (Wise, 1945)
POR EDGAR DEL VALLE
Cinta clásica de terror de bajo presupuesto dirigida por Robert Wise, teniendo en los roles principales a dos leyendas del género Boris Karloff y Bela Lugosi. Situada en Edimburgo en 1831, un joven estudiante de medicina se contrata como ayudante de un prestigiado médico que utiliza para sus investigaciones cadáveres frescos que son sustraídos ilegalmente por un siniestro cochero. La habilidad del director le permite crear en la cinta una atmósfera malsana, convirtiéndola en una cinta de culto perteneciente a esa gloriosa época de monstruos. Cabe destacar que siendo una de sus primeras películas como director, su incursión como director aquí fue patrocinada por sus primeros patrones: la RKO
5 – The Ghoul (Hayes Hunter, 1933)
POR EL FETT
De entre todos los ejercicios de horror serie b que Boris Karloff llevó a cabo incansablemente entre algunos clásicos del género, quizá este sea su más representativo no por su calidad (de hecho es curiosamente mala), sino por el significado personal en su carrera, pues fue la cinta con la que regresó a su tierra tras 25 años de ausencia, siendo recibido por su familia con orgullo y perdón, como todo un hijo prodigo que ya estaba convertido en una leyenda de Universal. La historia es prácticamente un pastiche de La Momia, donde un egipcio decide ser enterrado con una joya que se supone le dará la vida eterna. Obviamente en un futuro la joya será robada y este “espectro” tendrá que despertar para ir por el ladrón.
4 – The Raven (Lew Landers, 1935)
POR EL FETT
Un mito aquel que dicta que Bela Lugosi y Boris Karloff eran rivales, circo mediático armado por la misma productora para dar mayor promoción a sus títulos de monstruos y/o de serie b estelarizado por y entre ambos. La unión de estas dos monstruosas personalidades dio a lugar a 8 producciones, siendo una de las más destacables esta, una libertina adaptación del cuento de Edgar Allan Poe y que a su vez sirve como homenaje y memorial a lo lúgubre de sus relatos. Con un excelente y sombrío diseño de interiores, tan artesanal como siniestro, el director Lew Landers es capaz de imprimir un halo de constante suspenso a esta comunión entre melodrama y horror, sabiendo encausar de manera onírica la demencia de Lugosi y la monstruosidad de Karloff
3 – The Mummy (Karl Freund, 1932)
POR EL FETT
Tras el éxito de su primer monstruo, Boris Karloff fue requerido para hacerse de otro clásico de Universal, en este caso personificando al sacerdote egipcio Imhotep. Así no solo el actor lograría extender su registro dramático con gran solvencia, sino que también y a diferencia de Lugosi y Chaney, se posicionaría como la figura de horror por excelencia de toda una era (y seamos sinceros, entre estos tres Karloff era mucho mejor actor). Aunque la película noventera sería una calca de este primer clásico, la gran diferencia entre aquella (y otras versiones) y esta, es precisamente la imponente presencia y talento del aristócrata, que logra hacer realidad las pesadillas de toda una época.
2 – Frankenstein (James Whale, 1931)
POR EL FETT
Un dato curioso, Boris Karloff había hecho ya alrededor de 80 producciones antes de llegar a este, su estrellato y más icónico papel. Una de las más grandes películas del género de terror y del cine en general, sorprende que la crítica y la audiencia se hayan rendido ante Karloff no por su presencia monstruosa, sino por los rasgos humanos con los que el actor logra conectar no solo con los personajes dela historia, sino con el público general, ejemplo perfecto de ellos es la escena con la niña a la orilla del lago, donde la soledad, la inocencia y la destrucción de un monstruo fueron retratadas de manera sublime. La cinta daría un éxito inconmensurable a Karloff y dos secuelas, una de ellas incluso más legendaria.
1 – The Bride of Frankenstein (James Whale, 1935)
Por Flaco Cachubi
Con La novia de Frankenstein, el británico James Whale no solo realizó la mejor secuela de la serie fílmica de horror de Universal, sino que además superó con creces el primer episodio, al tiempo que hizo de ésta película su obra más personal. La extraordinaria caracterización de los monstruos titulares, los inolvidables escenarios expresionistas y la partitura de Franz Waxman (siendo una de las primeras cintas sonoras de horror) llevó al fanático del género a un paroxismo pocas veces visto en los inicios del séptimo arte. Todo lo anterior coronado por el histrionismo de Boris Karloff, quien aprovechando la evolución del monstruo, no se limitó a gesticular, proporcionando al personaje una voz cuyas distintas modulaciones le aportaron mayor expresividad.