Las Mejores Películas de Budd Boetticher
Budd Boetticher, el rey del western de bajo presupuesto y uno de los directores predilectos de los estudios por sacar producciones de alta utilidad en tres días y con tres pesos.
El legendario, pero poco conocido cineasta tuvo una vida de película, tan trágica como esperanzadora. Al nacer quedó huérfano casi de inmediato, pues su madre moriría en el parto y su padre arrollado por un tren, por lo que sería adoptado por un rico hacendado y comerciante de nombre Oscar Boetticher, que bautizaría al niño igual que él (incluso en sus primeros créditos aparece como tal). Gozando de dinero y de buena posición y estudios, Budd sería una atleta destacado para la Universidad de Ohio, pero su primera pasión, el toreo, lo llevaría a México para implicarse en la tauromaquia. Este camino de manera irónica lo llevaría también al cine, pues sería contratado como técnico para el conocido filme de 1941, Sangre y Arena, y el resto es historia
Para 1944 sería contratado por Columbia para una serie de mediometrajes, cortos y documentales, algunos de ellos de naturaleza bélica para las fuerzas armadas, destacando de inmediato por su rapidez y efectividad en el manejo de producción y presupuestos. Ya como “Budd”, filmaría su primer gran proyecto para 1951, el cual combinaría sus dos más grandes pasiones, sin embargo, sería solo un año después donde el director encontraría su verdadero propósito: el western, género en el que se estacionaría durante años con decenas de producciones de entre las cuáles darían a conocer a la gran estrella del western b, Randolph Scott, formando así una de las parejas legendarias del cine y del género.
El cine de Budd Boetticher se caracteriza por tramas sencillas y de corta duración, donde los tres actos se tornan muy obvios, pero más allá de su simplicidad, Boetticher se distinguió por un manejo de planos excepcional, dotando al western de un gran sentido de aventuras y suspenso en tramas que por lo general desarrollaban una cacería y huidas entre el villano y el héroe, incluso teniendo un muy buen toque para la construcción de antihéroes muy carismáticos y que obedecían al ágil ritmo de su narrativa. Sin duda un director excelente y muy infravalorado.
Sumando un currículo de casi 50 créditos, aquí una lista de sus mejores películas
Bonus como guionista – Two Mules for Sister Sara (Don Siegel, 1970)
POR EDGAR DEL VALLE
Con la participación de Shirley MacLaine, Clint Eastwood y Manolo Fábregas, se trata de un espagueti Western cuya trama se desarrolla en México en los tiempos de la intervención francesa. La cinta relata el encuentro entre un duro mercenario y una monja, teniendo que emprender juntos un accidentado viaje en donde quedará de manifiesto que tienen mucho en común. El filme cumple con las necesidades del género y ofrece un divertimento sin complicaciones y de cierta carga dramática que permite pasar un agradable rato, incluso pareciendo más una aventura western al estilo “Budd Boetticher” que una cinta de Siegel. Así que si, Clint Eastwood tuvo el honor de protagonizar un guion del buen Budd
Bonus – Bullfighter and the Lady (1951)
POR EL FETT
La primera gran producción de Budd Boetticher (“gran” es solo un decir) que no solo se haría cargo del guion y la dirección, sino que también de ser el factor clave de la narrativa al basarse en sus propias experiencias en el toreo en su viaje a México. El director manifiesta su pasión por esta cuestionable práctica en un drama romántica en la que un americano se convertirá en torero para ganarse el amor y la admiración de una chica mexicana. Excelentes secuencias, buena tensión y química entre sus protagonistas y su única nominación al Oscar como mejor guion, si bien dista de al calidad de sus western, queda como un excelente remanente de su talento directivo
5 – Comanche Station (1960)
POR EL FETT
Tres características que se cumplían siempre en sus películas: pocos actores (y poco conocidos), poco dinero y poca duración. Suficiente para que Budd Boetticher y su guionista de cabecera, Burt Kennedy, pusieran a Randolph Scott para que este fuera de un punto A a un punto B, en este caso, cuando el vaquero de la gran presencia y parálisis facial salvara a una damisela de una comuna de comanches, en su objetivo por rescatar a otra mujer, su esposa. La compleja decisión heroica se verá complementada por una odisea que crece en amenazas y peligros cuando tres extraños se les unan. Para tomar nota de como se construye una película muy entretenida, tensa y arraigada en el subgénero crepuscular
4 – Decision at Sundown (1955)
POR EL FETT
Atípico western… ¡qué digo atípico! Uno de las cintas del oeste más ajenas a su contexto y por ende muy arriesgadas dados los asentamientos del género profesados por Ford. Aunque puede que sea uno de los films menores dentro de la asociación entre Budd Boetticher y Randolph Scott, su gran valía radica en el giro de tuerca tan bien desarrollado, y en el cambio de registro de su “héroe” rumbo a su final, recreando así un testimonio del duelo y redención, pero también un interesante análisis al post trauma de los soldados en la Guerra Civil. Aquí no se esperen duelos, acción y balazos, sino una excelente estructura de personaje en un pueblo de muy, muy bajo presupuesto, pero muy buenas secuencias.
3 – Ride Lonesome (1959)
POR EL FETT
Un dato duro que forjó el carácter y férrea personalidad de este héroe perdido de western, fue que luchó y sobrevivió a las dos guerras mundiales; el hermetismo del soldado era notable, pero así también su “macha” presencia, que era suficiente para construir el relato de un mercenario que transportar a un criminal a la cárcel, mientras que el hermano del acusado los persigue. Los pequeños giros de tuerca de Budd Boetticher son un deleite en esta road movie que no necesita trenes, ni persecuciones de mucha espectacularidad, solo diálogos inteligentes, un paisaje y desierto con caballos, y la impresión de una tensión constante en esta persecución de 70 minutos. Aparecen otras dos figuras del género: Lee Van Cleef y James Coburn
2 – The Tall T (1957)
POR EL FETT
Quizá el mayor ejemplo de western serie b. Ni tan rudo como los errantes del espagueti, ni tan frágil como los vaqueros de James Stewart, a través de Randolph Scott se erigió una contraoferta del machismo de Wayne para irónicamente postrarlo como la figura caballerosa pero ajena al sexo femenino. Su determinación por siempre situarle como el renegado “viudo”, “soltero” o “divorciado” vio en The Tall T la recompensa como quizá el mejor desempeño “dramático” del actor, en una atípica combinación entre thriller y western que gira alrededor de un secuestro, y que también le significó a Budd Boetticher la oportunidad de jugar al “Maestro de Suspenso” con excelentes resultados en tan solo 70 minutos (marca de la casa).
1 – 7 Men from Now (1956)
POR EL FETT
El punto clímax de la asociación entre Budd Boetticher y Scott, la historia de un sheriff que cazará a 7 bandidos que provocaron la muerte de su esposa es sencillamente un agasajo narrativo para los amantes del género gracias a dos factores: el primero, la aproximación de Scott al arquetipo del “vengador errante”, más similar al Eastwood o al Bronson de Leone; el segundo, nuevamente la agilidad con la que Boetticher narra su historia en otros 70 minutos de duración y con solo 5 actores entre protagónicos y secundarios, construyendo una apasionante metraje que crece de manera progresiva en suspenso y emociones hasta llegar a su clímax, un clásico e inolvidable duelo a muerte. Este es sin duda uno de los mejores western de la historia y seguramente usted no lo ha visto