Las Mejores Películas de Eli Wallach
Más de 160 títulos entre cine y televisión y 8 reconocimientos a lo largo de su carrera (incluyendo el BAFTA por su debut en por Baby Doll ) pueden parecer poco para resumir la figura de Eli Wallach, actor de primer nivel que se convirtió en los 60 en un icono de la pantalla grande internacional y en especial del género western, no solo interpretando siempre a personajes bastante peculiares o villanos gracias a su poco agraciada estructura física, sino también protagonizando un par de escenas legendarias para el séptimo arte.
De ascendencia polaca y de tablas teatrales, Eli Wallach recibiría un Oscar honorario en 2010 de manos de su gran amigo y cómplice vaquero Clint Eastwood, esto por una carrera en el cine de un poco más de 80 largometrajes en donde Eli Wallach siempre se desempeñó como un actor secundario de calidad, incluso hasta pocos años antes de su muerte, teniendo pequeñas participaciones en cintas como Mystic River, Ghost Writer y la desgraciada Wall Street 2 de Eastwood, Polanski y Stone respectivamente, esta última su última aparición.
Un día como hoy nace el feo más querido Eli Wallach, y lo recordamos con sus mejores películas
Bonus – Mystic River (Clint Eastwood, 2003)
POR EL FETT
Debió haber ganado el Oscar ese año a mejor película, y es que estamos hablando de uno de los puntos más altos en cuanto al cine thriller se refiere. Oscura, ágil y misteriosa, el tema del abuso es el punto de partida para encausar un complejo estudio de personajes que desemboca también en un sutil pero trágico cuento de gánsteres aderezado con los elementos policíacos aprendidos desde Siegel. Una excelsa narrativa de 3 ejes dentro de un caso que siempre se posa al borde del suspenso y de lo impredecible, y que como el genial narrador que es, se ve ensalzado por una escena final que completa el círculo perfecto que crudamente se establece desde su inicio. Casi de manera ceremonial, Eli Wallach cuenta con un pequeño papel en una especie de homenaje de parte de uno de sus más grandes amigos: Clint
Bonus – How to Steal a Million (William Wyler, 1966)
Dentro de la más débil entre las colaboraciones entre Wyler y Audrey Hepburn, Eli Wallach vino a encontrar su hilo cómico dentro de uno de los personajes secundarios más sustanciosos de la trama. A pesar de su propositiva torpeza, la cinta adquiere tonos cautivadores gracias a su elegante ambientación, la partitura de un semi desconocido John Williams y claro, la presencia de una Hepburn acomodada en otro de esos papeles diseñados solo para ella (como casi todos los de su carrera). Como dato curioso, el papel de Leland originalmente era para George C. Scott, pero Wyler despidió al actor tras llegar tarde en el primer día de filmación, de ahí la excelente participación de Wallach.
5 – The Godfather Part III (Francis Ford Coppola, 1990)
De nuevo ante la más floja de una triada (ahora revitalizada con nuevos comienzo y final), es Wallach uno de las figuras, aciertos y mejores desempeño del film al brillar en el papel del villano Don Altobello, cautivador, enigmático, aparentemente inofensivo y un verdadero hijo de puta que solo quiere acabar de una vez por todas con los Corleone. Esta fue su última gran actuación de verdadera relevancia, la cual fue posible gracias a que Frank Sinatra rechazó el rol tras la poca remuneración económica, una situación irónica, tomando en cuenta que el mismo Eli Wallach rechazó por las mismas circunstancias el papel en From Here to Eternity que fue finalmente a Sinatra.
4 – The Magnificent Seven (John Sturges, 1960)
Treinta años antes Eli Wallach personificaría a uno de los villanos más importantes del género western, un sinónimo de abuso y oportunismo sin perder esa vena de negro humor que caracterizaba tanto su estilo como su físico. Calvera fue la concepción del mal para este remake de Los 7 Samurái, un criminal dictador en un pueblo de la frontera norte de México. Las tablas teatrales y ya algunos reconocimientos dejan ver su maduración en la interacción con sus 7 rivales, ya que Brynner, McQueen, Bronson y Coburn palidecen en cada escena ante él. Como dato curioso, una pandilla de jinetes real fue contratada para interpretar a los villanos de Calvera, tomando a Wallach como uno de los suyos para cabalgar y parrandear después de las filmaciones.
3 – The Misfits (John Huston, 1961)
Uno de esos injustos casos de omisión en los créditos promocionales de la película, la última película de Marilyn Monroe y Clark Gable (y antepenúltima de Clift) eclipsó en su momento por carrera y mediación un soberbio desempeño actoral de un poco agraciado (físicamente hablando), Eli Wallach, que por encima de cumplir con los requisitos de cast en torno al papel, fue sin duda la actuación más emocional, compleja y explosiva de aquel reparto, superando por mucho a Monroe y a Clift y batiéndose en duelo con Gable de dónde Wallach saque mejor partida gracias a la misma estructura de su trágico personaje. Deberían reconsiderar en próximas ediciones revalorar esos créditos en las portadas de este clásico símbolo sobre el fin de una era
2 – Baby Doll (Elia Kazan, 1956)
Película poco nombrada y recordada que en su tiempo significó un foco de polémica debido al fuerte contenido y tensión sexual. Con un guion sólido y una perfecta estructura de su trío protagonista y pasional (los tres con nominación al Oscar), que le permitió debutar como un histrión producto del instituto actoral de Kazan, el relato logra evadir el pudor de aquella época al sugerir algo mucho más complejo alrededor de su “Lolita”, una joven de 17 años que debe conservar su virginidad a pesar de estar casada con un hombre mayor. Kazan asoma el fuego pero no quema, mientras la audiencia entra en este espiral sureño de deseo carnal y de resquebrajamiento de la inocencia. Una de sus películas más infravaloradas
1 – Il buono, il brutto, il cattivo (Sergio Leone, 1966)
La joya del género western, Eli Wallach interpreta además de al personaje más querido y carismático, al vehículo narrativo de un film por demás extraordinario por donde se le recuerde. El clímax en su carrera llegaría rápido al sobresalir sobre Eastwood y Van Cleef como el entrañable “Feo” y sus ya míticas e impulsivas frases, sin embargo quizá el momento más grande de su carrera se dio al correr entre las tumbas de un cementerio bajo la partitura de Ecstasy of Gold de Ennio Morricone. Como dato curioso, Wallach improvisó varias de sus secuencias por órdenes de Leone, como aquella en la que entra a la tienda de pistolas; además, pudo haber fallecido mucho antes del 2014, pues en la escena del salto en el tren casi fue decapitado por la máquina