Las Mejores Películas de Enrique Lucero

El 9 de octubre de 1920 nace en Chihuahua, México el actor de carácter Enrique Lucero, reconocido primordialmente por su papel de “la muerte” en la cinta Macario, protagonizada por Ignacio López Tarso y el personaje del infame cura de la película “Canoa”.

Enrique Lucero inició su carrera cinematográfica en el país de Argentina, en donde participo en dos cintas, como parte del reparto. Su primera película filmada en México fue “El camino de la vida (1956)

A pesar de su gran capacidad histriónica, Enrique Lucero nunca tuvo la oportunidad de un rol verdaderamente protagónico, sin embargo, su talento lo hacia sobresalir en cada uno de sus trabajos, incluso en el extranjero, donde participó en varias producciones estadounidenses, la mayoría westerns, destacándose en variados papeles. El único reconocimiento le fue ofrecido por parte de PECIME, describiendo a su papel en la cinta “Macario” como la “Muerte más famosa del cine mexicano.

En su filmografía encontramos películas como: “La Rosa Blanca”, “Paraíso escondido”, “Tiburoneos”, “Presagio”, “Canoa”, “Justicia salvaje”, Dos mulas para la hermana Sara” y “Hielo verde”. Enrique Lucero falleció el 9 de mayo de 1989, dejando como legado grandes muestras de su extraordinaria capacidad actoral.

 

 Bonus – Major Dundee (Peckinpah, 1965)

Por El Fett

Un grandilocuente ejercicio bélico – western durante la Guerra de secesión y protagonizado por el arquetipo de héroe rudo y violento en manos de Heston. El gran valor de la aventura es el manejo de sus distintos grupos dentro de una narrativa que sugiere el más puro anti heroísmo como fuente de salvación dentro de un entorno donde el bien y mal son prácticamente desdibujados: la guerra. Aunque Sam Peckinpah pierde el piso en varios momentos entre su caótica producción, la misión de un renegado coronel, que junta a un grupo de parias negros y criminales para salvar a tres niños secuestrados de una banda de malévolos indios mientras atraviesan el peligroso territorio mexicano y burlan al ejército francés, es eso, un pinche desmadre que se disfruta

 

 Bonus – The Wild Bunch (Peckinpah, 1969)

Por El Fett

Un himno a la muerte y una de las ejemplificaciones más claras de la vileza humana, que vio a través de un desarrollo metafórico, un western de mucha soltura, complejidad y belleza audio visual. Sangriento y audaz, bien podría ser catalogado bajo la línea del chilli western, gracias al desarrollo en las sierras del territorio mexicano ambientado en las épocas de conflicto revolucionario. La pandilla salvaje, pilar del subgénero crepuscular, es una angustiosa poesía aventurera y de honor repleta de simbolismos  y pistas que van aproximando al espectador hacía aquel fastuoso y sórdido final, y es que cuando se escucha el corrido de Santa Amalia ya no habrá vuelta atrás: “Mejor prefiero morir mil veces, antes que logres manchar mi honor”.

 

5 – Rosa Blanca (Roberto Gavaldón, 1961)

Por El Fett

Un dato tan curioso como trágico en esta cinta no es solo el destino del personaje que López Tarso interpreta (un símbolo y/o extensión de la opresión capitalista sobre los terratenientes originales, obligados y sacrificados con el objetivo de adquirir sus propiedades), sino también el hecho de que su proyección estuvo prohibida durante ¡11 años! ¿Por qué? Por ser un testimonio sobre la verdadera historia dela “expropiación petrolera”, preludio a la misma de los años 30 y en dónde por cuestiones políticas se prefirió mejor no exhibir las falsedades que dictan los libros de texto y los gobiernos en turno. Enrique Lucero tiene una participación secundaria pero relevante en esta cinta que fue mucho tiempo prohibida por el gobierno mexicano

 

4 – Tiburoneros (Luis Alcoriza, 1963)

Por Edgar del Valle

Protagonizada por Julio Aldama, Dacia González, Tito Junco y Enrique Lucero. Un drama que nos relata las vicisitudes de un pescador de tiburones que es reconocido como el mejor, que vive con su amante, a cuya familia ayuda económicamente y que en un momento dado debe decir si quedarse en el pueblo o regresar a la ciudad en donde vive su familia. La dirección de Alcoriza permite que un melodrama que en manos de otro director se convirtiera en una película costumbrista más, se transforme en el análisis sobre las diferentes perspectivas que se le presentan al individuo para realizarse como ser humano. La cinta lograría premiarse con el mejor guion en el Festival de Mar de Plata, y la prensa mexicana le otorgaría la distinción como mejor película en 1963.

 

3 – Presagio (Luis Alcoriza, 1974)

Por Edgar del Valle

Guion de Gabriel García Márquez y Luis Alcoriza, fotografía de Gabriel Figueroa y con la participación de un elenco multiestelar. Cinta de realismo fantástico que narra como una mujer que atiende un parto, pronostica que algo terrible va a pasa en el pueblo, tras rompérsele una botella donde hace soplar a las parturientas. A partir de este presagio, las calamidades atormentarán a los lugareños y los llevarán a buscar a los culpables de tan terrible situación. A pesar de que a Alcoriza le molestaba que se refirieran a él como un alumno de Buñuel, en esta cinta se ve la influencia de este director en su obra, siendo sin duda uno de sus mejores proyectos cinematográficos. La película se hizo acreedora a 2 Ariel (guion e historia original), además a una mención especial en el Festival de San Sebastián.

 

2 – Canoa (Felipe Cazals, 1976)

Por Edgar del Valle

Basada en hechos reales acontecidos el 14 de septiembre de 1968 (unos días antes de la masacre de Tlatelolco) narra la persecución y linchamiento de unos trabajadores de la Universidad de Puebla, por parte de los pobladores de San Miguel Canoa, incitados por el párroco local (uno de los mejores villanos del cine nacional interpretado por Enrique Lucero), quien los acusa de ser comunistas radicales, que pretenden apoderarse de la localidad. En 1976 El director ganó el Oso de Plata de Berlín del premio especial del jurado y ese mismo año también fue nominado al Ariel de Oro. Este filme ocupa el lugar 14 dentro de la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano, según la opinión de 25 críticos y especialistas del cine en México, publicada por la revista somos en julio de 1994.

 

1 – Macario (Roberto Gavaldón, 1960)

Por El Fett

Macario (poster) - cine mexicano

Nuestra celebración y veneración fílmica hacia la figura que nos define como cultura: la muerte. En la conversión surreal y espiritual de Macario convergen todas las creencias populares y simbologías de nuestra raza, dirigidas con soltura por un Gavaldón que sitúa al ángel de la muerte como un ser tan complejo para el adulto como simplista y didáctico para un niño (Enrique Lucero en su mejor actuación y personaje). La fábula del Día de Muertos, festividad que antes lo ojos del mundo comunica nuestra esencia, es enriquecida por la obra visual más grande del otro héroe fílmico nacional, un Gabriel Figueroa inmerso en la metáfora de la muerte, nuestra eterna cómplice. La libre interpretación rodea a un relato que para algunos pudiera ser trágico, mientras que para otros simplemente representa la redención misma.

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Acerca del autor

Edgar Del Valle    


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