Las Mejores Películas de Herbert Ross

Importante director que prolongó su buena y selectiva obra desde la década de los 70 hasta un par de éxitos en los 90. Herbert Ross comenzaría su carrera como actor de teatro y después como coreógrafo en variados musicales dentro de Broadway y el cine, donde a partir de su asociación con Barbra Streisand, al encargarse de dirigir los números y coreografías de “Funny Girl”, encontraría su verdadera vocación en el banquillo, debutando en 1969.

Ross dirigiría 24 producciones, destacando en la década de los 70 como uno de los mejores símbolos del drama. Aunque su constancia y calidad disminuiría con los 80, a Ross le alcanzaría para sacarse de la manga uno de los clásicos musicales ochenteros como “Footlose”, y uno de los mejores culebrones de aquella década, Magnolias de Acero.

Efectivo en el drama, la comedia y su respetiva combinación, su obra se distinguiría por estructurar personajes femeninos fuertes, complejos y emocionales, así como también la impresión de tragedia como hilo conductor de la redención.

Recordemos a un muy buen director con sus Mejores Películas

 

Bonus – Footloose (1984)

POR EL FETT

La película es en realidad mala (y tiene otras mejores actuaciones), pero por algún par de razones la historia de un joven que tras una tragedia personal llegaba a un pequeño pueblo donde las leyes prohibían el baile, se convirtió en uno de esos hitos ochenteros por excelencia: la primera, su fabuloso soundtrack, que terminó por ser mucho mejor que la propia película y llegando a su posicionar su tema como el verdadero clásico; la segunda, la presencia de un muy joven Kevin Bacon en la película que le daría la fama, gracias a la combinación entre bailongo, chisa y rebeldía de su personaje que se ajustaba perfectamente a su carita de “niño tierno pero cabrón”. Repleta de clichés, sus debilidades sin duda eran bien justificadas gracias al saltarín y musical Kevin

 

Bonus – California Suite (1978)

POR EDGAR DEL VALLE

Comedia dramática con un guion de Neil Simon y la dirección de Herbert Ross, típica de los años 70, y en donde se reúne a un gran número de personajes para dar vida a los asistentes a un hotel en California, que viven diferentes aventuras, situaciones y desamores. Otra película en la que, rodeada de estupendos actores, Ross logra imprimir un buen equilibrio de tragicomedia, dando espacio y estructura a todos sus actores (resaltando Smith, Alda y Caine). El ejercicio coral es de agradecerse, pues Ross tiene la capacidad de manejar la comedia en algunas situaciones (parejas), para luego incursionar en el drama en otras. A pesar de ciertas inconsistencias, dicho híbrido narrativo la convierte en una cinta destacable.

 

Bonus – The Sunshine Boys (1975)

POR EDGAR DEL VALLE

Ahora al mando de la buena pareja entre George Burns y Walter Matthau (y nuevamente con guion de Neil Simon), Ross nos ofrece una buena comedia muy adepta a las personalidades de sus dos actores. La cinta narra la historia del reencuentro de dos ancianos actores de vodevil que trabajaron mucho tiempo juntos, pero que se separaron por diferencia irreconciliables y que los llevaron al odio mutuo, al grado de no dirigirse la palabra, pero a los que se les ofrece realizar una última actuación juntos. Por esta cinta Matthau fue nominado a mejor actor tanto en los premios Oscar como en los premios BAFTA. Un muy fino humor, que también se adapta al homenaje de Ross a su primer amor: el teatro

 

5 – Steel Magnolias (1989)

POR CLEMENTINE

Un tierno drama el cual narra la historia de seis amigas en una pequeña comunidad de Louisiana mostrándonos sus tristezas, amores y desamores. Las veteranas, Shirley MacLaine, Olympia Dukakis y Sally Field, ofrecen el poderío dramático y emocional del relato, resaltando por supuesto la más adelantada en talento, MacLaine, que funge como una especie de “roca” o guía narrativa y/o emocional no solo para una debutante Julia Roberts, sino para todo su reparto. Ross logra así uno de los mayores y mejores melodramas ochenteros, hoy de culto, y en donde demuestra esa gran calidad narrativa – dramática que lo llevó a sobresalir en los principios de los 70 (y que a pesar de su tono trágico, conlleva cierto humor, muy sutil, muy fino, para equilibrar su intensidad).

 

4 – The Turning Point (Herbert Ross, 1977) 

POR EDGAR DEL VALLE

Película en la que Anne Bancroft comparte créditos con Shirley MacLaine, en una historia que explora el mundo de las relaciones de amistad, competencia, envidias, celos, riñas y confidencias de dos bailarinas de Ballet. La película recibió 11 nominaciones al premio Oscar, incluyendo una para Bancroft, pero inexplicablemente no se le otorgó ningún premio, siendo junto al Color Púrpura de Steven Spielberg, las que ostentan el récord de mayores perdedoras dentro de la ceremonia. Las actuaciones son sencillamente sobresalientes, en lo que también es un enfrentamiento entre la fama y la maternidad. Ross lograría así su película mejor ponderada por la Academia y los círculos de crítica gringos, pero humillada dentro de las ceremonias.

 

3 – The Goodbye Girl (1977)

POR EDGAR DEL VALLE

Basada en guion de Neil Simon, bajo la dirección de Herbert Ross y en compañía de la estupenda actriz Marsha Mason, Richard Dreyfuss nos brinda una actuación sobria en esta comedia romántica. Destaca sobremanera la arrolladora actuación de Dreyfuss en su papel de Oliver Garfield, un actor de mediana calidad que por una serie de circunstancias se ve obligado a compartir un departamento con una madre soltera. Considerada como una comedia pura al estilo del Hollywood de los años treinta, Ross encausó a Dreyfuss hacía los mayores premios y logros de su carrera, entre ellas el Oscar a mejor actor, mismo que ayudó a ambos consolidar su éxito dentro de los finales de los 70.

 

2 – Goodbye Mr Chips (1969)

POR EL FETT

Uno de los films más emotivos y funcionales en cuanto a la comunicación de valores se refiere, dejando de lado la moraleja “aleccionadora” en que muchas cintas de esta índole caen de manera propositiva o accidentada (véase La Sociedad de la poetas muertos). En mucha parte esto fue gracias a un O´Toole en la cumbre de su carrera (de nuevo ese Oscar se le fue inexplicablemente de las manos), logrando con su “maestro” uno de los símbolos más cautivadores de la esperanza de paz y lucha frente a la inevitable Primera Guerra Mundial. Tanto la cinta (un excelente debut de Herbert Ross), como el papel de O´Toole se irán transformando en elementos de gran influencia para todos los relatos escolares por venir.

 

1 – Play It Again, Sam (1972)

POR EL FETT

Hay mucho Allen aquí (guion y adaptación de la representación teatral creada por él mismo), sin embargo también hay mucho Ross. Un complemento perfecto entre guionista y director, el dinamismo y la experiencia teatral – fílmica de Herbert, permitió a Woody desplegar su arquetipo neurótico de manera más creíble, divertida y hasta relajada, en lo que representa ser una de las mejores comedias paródicas y homenajes al cine. Allen interpreta a un cinéfilo obsesionado con “Casablanca” y que sufre la constante alucinación de que Humphrey Bogart le da consejos para ligar mujeres, pero su poca confianza hace que cada cita romántica sea un fracaso. Una cinta extraordinaria e hilarante

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Acerca del autor

Edgar Del Valle    


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