Las Mejores Películas de Manolo Fábregas
El 15 de julio nace en España el actor, director y empresario teatral Manuel Sánchez-Navarro, conocido en el ambiente artístico como Manolo Fábregas, reconocido actor de teatro y cine, que participó en filmes icónicos del cine mexicano como: “El mártir del calvario” y “Mecánica Nacional”, entre muchas otras.
Manolo Fábregas llegó a México en 1934, siendo muy joven, empezando una carrera en el teatro de la mano de su madre la también gran actriz Fanny Schiller en la compañía de María teresa Montoya. Después de su paso por en este ámbito, incursionó en la pantalla grande en filmes como “La barraca”, “La noche del sábado” y “La casa de Troya”, “Lagunilla mi barrio”, “Padre contra hijo”
Se le recuerda también como actor, director y productor teatral y se le reconoce como un artista que se empeñó en montar en México los mejores musicales de Broadway y Londres. A nivel internacional Manolo Fábregas participó en cintas como:” Dos mulas para la hermana” protagonizada por Shirley MacLaine y Clint Eastwood.
Este gran actor que adoptó la nacionalidad mexicana falleció a los 74 años 4 de febrero de 1996, debido a un problema cardiaco. Aqu´sus Mejores Películas
Bonus – El mártir del Calvario (Miguel Morayta, 1952)
POR EDGAR DEL VALLE
Una de las más malas y acartonadas películas sobre la vida de Jesús, pero que finalmente se convirtió en una de las favoritas para ser vista en Semana Santa en México (y de manera eterna, pues se sigue televisando en lo que ya se convirtió en una tradición de la televisión mexicana). Con vestuarios de pastorela, el Jesús más robótico que se haya apreciado en el cine, milagros deslucidos y una dirección que queda por debajo de cualquier supervisión del maestro de educación física en la primaria de tus hijos, para mal y bien lo único rescatable es la actuación de Manolo Fábregas en el papel de Judas Iscariote, haciéndose notar
Bonus – Two Mules for Sister Sara (Don Siegel, 1970)
POR EDGAR DEL VALLE
Con la participación de Shirley MacLaine, Clint Eastwood y Manolo Fábregas, se trata de un espagueti Western cuya trama se desarrolla en México en los tiempos de la intervención francesa. La cinta relata el encuentro entre un duro mercenario y una monja, teniendo que emprender juntos un accidentado viaje en donde quedará de manifiesto que tienen mucho en común. El filme cumple con las necesidades del género y ofrece un divertimento sin complicaciones y de cierta carga dramática que permite pasar un agradable rato, incluso pareciendo más una aventura western al estilo “Budd Boetticher” que una cinta de Siegel. Así que si, Clint Eastwood tuvo el honor de protagonizar un guion del buen Budd
5 – Padre contra hijo (Bustillo Oro, 1954)
POR EDGAR DEL VALLE
Culebrón con ciertos toques humorísticos de parte de la manufactura de uno de los directores más versátiles dentro de la época de oro, que podía desde la comedia cantinflesca hasta el cine noir, el thriller y el drama en la cual un hombre (Manolo Fábregas) se enfrenta a su padre, para que lo reconozca como tal y apoye a su madre que se encuentra en la miseria. Una película sin grades prestaciones pero que resulta divertida por las actuaciones de sus protagonistas. Su barata puesta en escena, además de retratar de forma muy cruda la sociedad mexicana, es una prueba del talento directivo – histriónico que manejaba Bustillo Oro con sus actores
4 – Las Señoritas Vivanco (Mauricio de la Serna, 1958)
Por EDGAR DEL VALLE
Película de humor negro que reúne a las dos abuelitas del cine por antonomasia: Sara García y Prudencia Grifell. Ambas notables en su papel de unas hermanas que se dedican a robar, para poder sostener a su sobrina y que consideran que si se confiesan en la iglesia serán perdonadas (excelente crítica a la sociedad mexicana religiosa). Sobresale el hecho de que el guion de la película estuvo a cargo de Juan de la Cabada, Elena Garro, Josefina Vicens, todos ellos estupendos escritores y con la colaboración del propio director. Un clásico del género durante la época de oro del cine mexicano y que a la fecha no es tan conocida ni valorada como debiera. Gran actuación de las abuelas y de Manolo Fábregas como el Inspector
3 – Lagunilla Mi Barrio (Raúl Araiza, 1981)
Por EDGAR DEL VALLE
Comedia romántica con la participación de Manolo Fábregas, Lucha Villa, Héctor Suárez y Leticia Perdigón en los papeles principales. Un anticuario (Fábregas) se ve en la necesidad de irse a vivir al barrio de la Lagunilla, en donde se enamora de una vendedora de tacos (Lucha Villa), Después de pasar por todas las dificultades por las diferencias sociales, logran consumar su matrimonio. Esta mitad comedia, mitad culebrón romántico se ve ensalzado por las actuaciones de la pareja principal, y aunque a veces irregular, su retrato de la idiosincrasia mexicana y sus clases sociales la ha logrado catapultar como una de las imperativas “del barrio” fílmico mexicano en la época incluso donde el cine nacional vivía un bache repleto de ficheras
2 – Del Brazo y por la Calle (Bustillo Oro, 1956)
POR EDGAR DEL VALLE
Con la participación de Marga López y Manolo Fábregas en los papeles de este melodrama, Bustillo Oro, dirige un melodrama que cuenta con todos los elementos del género. Una joven rica deja a su familia para casarse con un pintor fracasado y después de padecer pobrezas y problemas ambos se perdonan sus errores. Sobresale el protagonismo que el director da al aquel entonces Distrito Federal, que se convierte en un actor principal de la película. Se nota la habilidad del director para no caer en excesos melodramáticos y en el cuidado en la dirección de los actores, un vicio en el que caían muchos de sus contemporáneos, como por ejemplo Ismael Rodríguez.
1 – Mecánica Nacional (Alcoriza, 1971)
Por El Fett
Luis Alcoriza tanto como director como guionista, quizá es el que mejor haya dado testimonio de la degradación humana, espiritual e ideológica en la que puede caer la sociedad mexicana. Uno pensaría al ver este divertido caos que estamos ante una proyección surrealista al más puro estilo de Buñuel, sin embargo para bien o para mal la realidad quizá nunca se haya presentado tan desvergonzada, dando por sentado una culpable empatía hacía todos los personajes que desfilan en este aquelarre, este festival de ruido, ficheras, cómicos, alcohol, juventud y cultura nacional. La presencia de Sara García y el destino de aquella matriarca como elemento tan distractor como complejo en su trama, es una pincelada narrativa y maestra