Las Mejores Películas de Otto Preminger

El 5 de diciembre de 1905, nace el director de cine estadounidense de origen judeo-austríaco Otto Preminger. Formado en el teatro como ayudante de Max Reinhardt, en 1934 inició su carrera en Broadway y en 1944 en Hollywood.

Su obra, que enfrenta un mundo romántico y decadente a otro objetivo y realista, dio lugar a un cine muy personal e independiente, basado en los planos largos y en una cuidada puesta en escena. Entre sus trabajos cabe mencionar Laura (1944), Cara de ángel (1952), Río sin retorno (1954), Anatomía de un asesinato (1959), Tempestad sobre Washington (1962), El rapto de Bunny Lake (1965) y El factor humano (1979).

Otto Preminger es considerado uno de los primeros directores que quebrantaron la censura en los Estados Unidos, dado que, en 1960, reclutó al guionista Dalton Trumbo, perseguido por el macarthismo (fue uno de los Diez de Hollywood), para escribir el guion de su película Éxodo. Muere el 23 de abril de 1986.

Recordemos a este gran director con 10 de sus películas más significativas:

 

Bonus – Porgy and Bess (1959) 

Dorothy Dandridge interpretada a una mujer con “mala reputación”, que tendrá que luchar contra su pasado por el amor de un hombre que la comprende. Cinta protagonizada por la actriz en compañía de un muy joven Sídney Poitier, que goza de cierta popularidad y rareza debido a la incursión de Otto Preminger dentro del género musical (que no sería la primera, pero si la más grandilocuente). Basada en una ópera de George Gershwin, le permitió a la actriz contender por un premio a los Globos de Oro, regalando una tan sensible como profunda y recia interpretación. La sutileza, parte medular de su narrativa en aquellos días, la distingue como una muy buena curiosidad.

 

Bonus como actor – Stalag 17 (Wilder, 1953)

POR EL FETT

Dos habilidades a resaltar de Billy Wilder en su historia y que comulgan de manera perfecta en esta gran pero olvidada joya y tragicomedia bélica: la primera, la habilidad en crear los primeros esbozos de aquellos carismáticos “anti héroes”, tan empáticos como odiosos y que a través de sus “discrepancias”, eran alimentados psicológicamente por dicha serie de eventos perfectamente cimentados en sus guiones (posiblemente Wilder sea el más gran héroe y rival de los deus ex machina); la segunda, su gran  habilidad y química en la dirección de actores, que aquí suman como curiosidad la presencia de Otto Preminger como el afable, pero aún así cínico y vigilante oficial nazi que custodia a los prisioneros, en donde demostró que además de saber dirigir, el pelón sabía actuar

 

10 – Buenos días Tristeza (1958) 

POR EDGAR DEL VALLE

Cinta en la que David Niven interpreta a un hombre viudo que tiene una amante y una joven hija que por celos, hace todo lo posible por impedir esa relación. Basada en una famosa novela y acompañado en los roles principales por Jean Seberg, Deborah Kerr, la tríada nos brinda una serie de grandes momentos y actuaciones, que salvan una película menor de Otto Preminger. De hecho, su “playboy” se convierte en el mejor elemento de la película, que a pesar de que se debate entre si ser una comedia o un melodrama de tonos trágicos, Niven con su puro carisma la ensalza. Como dato curioso, esta fue la película que hizo que Godard se decidiera por Jean Seberg para una de sus joyas: Sin aliento

 

9 – Advise & Consent (1962) 

POR EDGAR DEL VALLE

Con un reparto de primera, considerando la participación de Walter Pidgeon, Don Murray, Charles Laughton, Henry Fonda, Burgess Meredith y Gene Tierney, la labor de Meredith no pasa por desapercibida, volviendo a mostrar sus grandes registros dramáticos – actorales. Por esta cinta, adaptación del bestseller de 1960 de Allen Drury, que denuncia la corrupción en las altas esferas de la política estadounidense, el actor recibió el premio a mejor actor secundario por la National Board of Review. Un excelente, olvidado y grandilocuente thriller político, que denota a un Otto Preminger en pleno estado de maduración narrativa, controlando un reparto lleno de divos

 

8 – Carmen Jones (1954) 

POR EDGAR DEL VALLE

Carmen Jones, una mujer acostumbrada a manejar a los hombres a su antojo, asedia a Joe, un joven soldado que piensa contraer matrimonio. La cinta les otorgó una nominación a los premios Oscar como mejor actriz, otra nominación a los premios BAFTA y que la cinta fuera nominada a la Palma de Oro en el festival de Cannes, algo histórico tanto a nivel Hollywood como en el plano internacional. Con toques de noir, Otto Preminger intima con un lado de la Segunda Guerra Mundial inexplorado a través de Carmen, una ninfómana, caprichosa y narcisista, sugerida como uno de los peligros sociales causados por el estrés de la Guerra. Una cinta ahora de culto y muy reverenciada, aunque en su momento no gozó de los favores de  mucha de la crítica

 

7 – Daisy Kenyon (1947)

POR EL FETT

Es notable la pasión con la que Crawford interpreta a la empoderada mujer que engalana el título, y es que fue ella misma la que intentó primero comprar los derechos de la novela homónima. Al no tener éxito, suplicó a Otto Preminger que la seleccionara para el rol por encima de Gene Tierney, siendo finalmente la recia Joan la elegida. Es la historia de un triángulo amoroso que guarda dos grandes particularidades narrativas: la primera, el sutil pero aún así importante retrato sobre las nacientes agencias publicitarias de la postguerra; la segunda, el también ligero pero aun así crudo manifestó sobre el estrés post traumático del conflicto, reflejado no solo en el personaje de Fonda, sino en el pesado sentir social con el que Preminger y la propia Crawford empapan al relato.

 

6 – Exodus (1960)

POR EL FETT

Superproducción sobre el nacimiento del estado de Israel. Para Otto Preminger, “Éxodo” era un drama similar a la de la Independencia Norteamericana, en que el Estado de Israel nace a pesar de la oposición de Gran Bretaña y sus aliados árabes. Su título es tan épico como espiritual, haciendo alusión no solo al pasaje bíblico en la odisea de Moisés, sino también al constante nomadismo del pueblo Israelita, romantizando aquí su llegada a través de una bellísima narrativa con toques históricos, románticos y bélicos. Muy infravalorada y con actuaciones de primer nivel, si sus más de tres horas de duración no convencen, entonces lo hará su tema principal, una de las compisiciones más hermosas en la historia a cargo de Ernest Gold.

 

5 – Angel Face (1953)

POR EL FETT

Oscura e inmisericorde, dos adjetivos perfectamente adheridos a la misteriosa trama que envuelve el noir de Preminger, el cual fiel a su estilo, ahonda dentro de la psicología de sus personajes para presentar otra historia donde del crimen será el entero protagonista. A destacar la presencia de Simmons como una de las femme fatales más siniestras que ha arrojado el cine, y que representa de manera adecuada el truco simbólico del título (un diablo vestido de cordero), mientras se van desenmarañando una serie de eventos que representan la degradación mental – emocional de la que tanto gusta Otto Preminger. Así mismo, ese maldito y genial final pasa a los anales fílmicos como uno de esos momentos que nunca, pero nunca ves venir.

 

4 – The Man With the Golden Arm (1955)

POR EDGAR DEL VALLE

Para muchos una obra menor de este director, pero que en su momento tuvo mucho éxito comercial y que le permitió a Sinatra estar nominado a un Oscar como mejor actor. La cinta relata las vicisitudes de un músico que después de tener un accidente que convierte a su esposa en una invalida, se convierte en un adicto a las drogas y al juego, enfrentándose a un circulo vicioso sin salida, a pesar del amor de una mujer. Es una de las primeras películas comerciales en tratar de forma explícita el tema de la drogadicción entre los músicos y el síndrome de abstinencia. La película, que podría entrar en la categoría de lo que se dio en llamar “film noir”. El tema de la película se convirtió en un referente de la música de jazz.

 

3 – The Cardinal (1963)

POR EDGAR DEL VALLE

En esta ocasión Otto Preminger se hace acompañar por un reparto encabezado por Tom Tryon, John Huston, Romy Schneider, para contarnos la historia de un sacerdote en plena ascensión en la jerarquía eclesiástica, la cual ve comprometida por problemas personales y situaciones políticas, como la invasión de Austria en 1938 por parte de los nazis. Una película sobre las implicaciones de la iglesia y su postura ante el ascenso del nazismo y finalmente la guerra, en esta ambiciosa producción se ponen en juego todos esos elementos y el director sale victoriosa merced a un gran dominio de su oficio y a la colaboración magnífica de los actores. La película recibió 6 nominaciones al Oscar, incluyendo mejor director.

 

2 – Anatomy of a Murder (1959)

POR EL FETT

Divertida, tensa, sexy, uno de los mejores dramas judiciales goza de un suspenso de principio a fin gracias a que Otto Preminger respeta la anatomía y no las consecuencias o juicios morales sobre la defensa y el acusado, diferenciándose de todas las de su tipo al permanecer ajeno todo sentido de moralidad alrededor del “supuesto culpable”. Durante casi tres horas de gran entretenimiento, director y actor (Stewart en su perfecto arquetipo) combinan sus talentos para dar a la audiencia una radiografía sobre la construcción total de un casi y su defensa, bajo la única responsiva de ganar y aprovechar todos los huecos y libertades del sistema judicial americano. Como plus, la presencia de Lee Remick provee de sensualidad, duda y tensión.

 

1 – Laura (1944)

POR EDGAR DEL VALLE

Quizá la mejor película dentro de la carrera de Otto Preminger. La historia narra la investigación del asesinato de una seductora mujer en su departamento, por parte de un detective que elabora un retrato mental a partir de las declaraciones de los sospechosos, y que poco a poco cae bajo e hechizo de la personalidad enigmática de la víctima. El misterio, que se centra más en la obsesión del protagonista por conocer el pasado de la víctima que por el mismo crimen, es tomado al pie de la letra por Preminger, el cual alaba con cada plano a una bella y surreal Gene Tierney que va de la ingenuidad a la frialdad enmarañando lo que resulta ser un crimen sin víctima.

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Acerca del autor

Edgar Del Valle    


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