Las Mejores Películas de Paco Rabal
Uno de los más grandes y legendarios actores españoles, Francisco “Paco” Rabal no solo puede presumir de un currículo de más de 200 títulos, sino el haber trabajado en producciones y con directores que le dieron una proyección internacional, grabando sus letras de oro al estar bajo el mando de nombres como Luis Buñuel, Carlos Saura, Pedro Almodóvar, William Friedkin, Michelangelo Antonioni, Claude Chabrol, Luchino Visconti y Gillo Pontecorvo, entre otros.
Interesado por la literatura, la poesía y el arte en general desde muy joven, fue a través de su emplearse como electricista en los Estudios Chamartín lo que lo llevó a su primer contacto con el cine para posteriormente aparecer como extra en algunas películas. Con dichas experiencias, Paco Rabal comprendería que su destino estaba en la actuación, incorporándose a una compañía teatral a finales de los 40, labor que mezclará con su constante búsqueda de oportunidades en la pantalla grande.
Para principios de los 50, su oportunidad y carrera fílmica acabarían por borrar su labor teatral, brillando a lado de Luis Buñuel, con quien filmaría tres de sus más grandes clásicos.
Sin duda una gran figura de la actuación hispanohablante, recordemos al gran Paco Rabal con sus mejores películas
Bonus – Átame (Almodóvar, 1989)
POR CAT MOVIE LEE
Bajo la dirección de Pedro Almodóvar, Antonio Banderas le dio vida a Ricky en “Átame”, interpretando a un paciente psiquiátrico que ha sido dado de alta de una institución mental. Con una soledad insoportable, orfandad, irá a por algo que le correspondía desde tiempo atrás, pues comenzará a perseguir a Marina (Victoria Abril), una actriz porno y drogadicta con quien en tiempo pasado, se dio su acostón. De ahí, el “Átame” quedó como un sello característico de Banderas, un jovencísimo malagueño cuyo final es feliz pese a todo el drama almodovariano y sus respectivos giros de guion. Todo un deleite de actuación que hacen de la cinta, algo redondo. Paco Rabal hace un buen y fugaz papel, que sirve más como homenaje a su figura que como algo funcional para la cinta
Bonus – El Evangelio de las Maravillas (Ripstein, 1998)
Liderados por Mama Dorita (Jurado) y Papá Basilio (Francisco Rabal), los habitantes de la Nueva Jerusalén esperan la venida de su Mesías, quien anunciará el fin del mundo que marca el inicio de su redención. En un ambiente saturado de pecaminosa religiosidad y simbología propia de la religión más conocida del planeta (no la más practicada), Arturo Ripstein convierte esta película en el lado B de la iglesia católica: la naturaleza humana de sus santos, la candidez y el fanatismo que apuntala y solapa el abuso psicológico y recíproco de sus miembros. En “El Evangelio de las Maravillas” todos los feligreses saben lo que buscan y son conscientes que en un ambiente saturado de vulnerabilidad cualquiera puede servir de escalón para cristalizar su objetivo.
Bonus – Belle de Jour (Buñuel, 1967)
POR EL FETT
Inquietante e hipnótica obra erótica de Buñuel concebida solo para Deneuve y viceversa. Desde su físico, rostro y mirada, aquella falsa inocencia y compleja personalidad sexual se adaptan perfectamente a las virtudes de la aún muy joven actriz, objeto del deseo, pecado y la perdición del hombre, que traspasó su personaje para adoptar quizá su propia imagen e identidad artística. Los toques surreales que agrega el director son pinceladas maestras que complementan aquella auto cumplida pérdida de la inocencia, renunciando también al status quo de una sociedad francesa que Buñuel – Deneuve se encargan de recalcar como artificial e hipócrita. Aunque Paco Rabal tiene una fugaz participación hacía el final de la cinta, destaca como otro de los símbolos del deseo que despierta aquella ninfa
Bonus – Sorcerer (Friedkin, 1977)
Por EL FETT
No es que sea mala, sino que tiene dos grandes “cargas malditas” en sus hombros; la primera, ser un remake de la muy superior, perfecta y una de las más grandes cintas de suspenso de todos los tiempos (ganadora de Cannes y Berlín): El Salario del Miedo; la segunda, que el diferenciador que en su momento quiso agregar William Friedkin, fueron 30 minutos más de duración que fueron cortados de la edición final por la distribuidora, mismos que al parecer mejoraban el vínculo entre sus protagonistas, haciendo que la tragedia fuera más sensible y empática hacía su final. Como sea, esta película pudiera parecer decente en la ignorancia de no conocer la obra original, pero en comparación si tiene mucho de donde perder
5 – Los santos inocentes (Mario Camus, 1984)
POR EL FETT
Uno de los retratos más crudos y realistas, pero a la vez más satisfactorios en su condición “ficticia” y adaptativa en relación a su cercanía y analogía a la España franquista, y en donde una familia de campesinos prácticamente esclavizada, verá su resiliencia y sacrificio a prueba gracias a las miserables condiciones impuestas por el terrateniendte. Landa y Paco Rabal destacan con un par de actuaciones memorables, y si la audiencia es suscrita a la misma desesperación de aquellos que aguantan el yugo, también se verán recompensados con un final tan necesario como inesperado. Excelente cinta española a cargo de un Mario Camus, al que se le nota de sobra el sentido de venganza en contra de la dictadura
4 – El Eclipse (Antonioni, 1962)
POR EL FETT
El cierre de la llamada “Trilogía de la incomunicación”. Resulta clave ver como Antonioni posiciona a su musa, Monica Vitti, como un símbolo dentro del resquebrajamiento social y del tabú sobre el deseo, pero siempre manteniendo ese arraigo dentro del sufrimiento de la mirada social, y sobre todo de su propio pasado. Una mujer que acaba de terminar con su pareja (Paco Rabal) tras una discusión, se ve inmiscuida rápidamente en otro pasional romance con el que parece la antítesis de su abandonado “arquetipo” de hombre. Un cierre perfecto a la trilogía ideológica del director, este “tira y afloja” de la imposición social es una cinta compleja, muy psicológica y hasta por momentos muy tensa de apreciar.
3 – Goya en Burdeos (Saura, 1999)
POR JOSE ROBERTO ORTEGA
2 – Viridiana (Buñuel, 1961)
POR CAT MOVIE LEE
Basada en la novela del dramaturgo Benito Pérez Galdós, Viridiana fue todo un madrazo mediático, una polémica bella y poco entendida. Características necesarias para hacerse acreedora de la Palma de Oro. La cinta es sin duda, una dura crítica al catolicismo (una constante en su obra) y a la sociedad en su discurso sobre las buenas costumbres. Por decreto del Vaticano, la cinta fue prohibida en países como España e Italia (En México duró poco más de 3 semanas en cartelera). Hubo dos finales (uno ordenado por la censura franquista) pero al final, con todo y su final alternativo, se ordenó su destrucción. Pinal y Paco Rabal como los fetiches actorales del Maestro se encuentran simplemente PERFECTOS
1 – Nazarín (Buñuel, 1959)
POR EL FETT
Quizá su obra más irónica y contradictoria, Nazarín es una fresca reinvención del relato de Jesucristo con ricas variantes a la orden de la faceta más religiosa y alejada de su declarado ateísmo por parte del cineasta español. La presencia de un sacerdote intachable en un lugar de pecado, obligan a que el personaje y hombre de Dios comience una odisea de predicación a la que se le unirán sus apóstoles, dos féminas que simbolizan el conflicto entre el fanatismo y la fe, y que a la postre alimentarán la pasión y el via crucis de aquel hombre en un viaje con muchas connotaciones espirituales y sociales, tan surrealistas como brutalmente palpables. Paco Rabal como el padre Nazario es la perfecta representación de como sustraer al hombre de la divinidad.