Las 20 Mejores Películas de Pedro Armendáriz
Pedro, el de mirada de claroscuros, de ojos profundos y sueños lejanos. El hombre que le dio al sombrero una razón para habitar en las cabezas de los mexicanos. Que se llenó de lodo los pies, se lustró las botas negras y trepó a caballo para recorrer pueblos místicos con sabor a maíz, a café tostado y chocolate. Pedro, el hombre de piel canela que trastocó el recato de las diosas del celuloide. Pedro, el hombre que enalteció la masculinidad, que fue descubierto interpretando a Hamlet mientras le recitaba a un turista gringo y desde entonces supo que su vida estaba hecha para actuar.
Pedro, el hombre que con el arrojo y el coraje de los volcanes no pudo soportar la idea del dolor, del sufrir extenuante y prefirió quitarse la vida disparando a su pecho una bala cargada de sus propios demonios, preocupaciones y temores, esos que nadie nunca pudo ver bajo el cielo de su mirada y que sólo él, consigo mismo pudo llevarse a la tumba.
Pedro, no solo un referente de la época de oro, sino de la actuación mexicana a nivel internacional. Recordamos a Pedro Armendáriz con sus 20 Mejores Películas
POR CAT MOVIE LEE
20 – The Conqueror (Dick Powell, 1956)
POR EL FETT
Un film de culto maldito y quizá el caso más lamentable y trágico en la historia de la producción fílmica. Esta cinta producida por Howard Hugues fue culpable de que el 41% del equipo, cast y/o crew, adquiriera un cáncer en alguna zona gracias al alto grado de radiación en el desierto donde 13 semanas antes se habían llevado pruebas nucleares. Esta ignorancia y negligencia llevó a Wayne, Hayward y a Pedro Armendáriz a contraer cáncer, siendo la resolución del mexicano la más conocida al quitarse la vida con un disparo en el pecho al enterarse que lo suyo era terminal. La película es mala (solo sobresalen las actuaciones, el vestuario y coreografías), pero ha pasado la historia por razones desgraciadas.
19 – Los Hermanos del Hierro (Ismael Rodríguez, 1961)
POR EL FETT
El western mexicano es salvaje, es revolucionario, es musical, en ranchero, es Antonio Aguilar luchando contra su hermano por el amor de la joven Jacinta, una hermandad que fue forjada a raíz de la violencia, de un silbido y del asesinato de su padre, y posteriormente alimentada por la sed de venganza de su madre, la enseñanza de un pistolero y la conducta sanguinaria desatada por el menor de los Hierro. Un western complejo, sádico y romántico, que puede equipararse sin problema a las piezas europeas o estadounidenses y que en su innovación hacia con la idiosincrasia mexicana, trasgrede a la figura de la madre para situarla como villana, haciendo que esta ágil y desembocada cacería termine en una previsible pero genial y metafórica tragedia.
19 – La Cucaracha (Ismael Rodríguez, 1959)
POR EL FETT
Una de las historias revolucionarias más recordadas del cine nacional, quizá no por su decente calidad, sino por la fuerte presencia femenina en una historia de pasión y venganza liderada por María Félix y Dolores del Río, y en donde el director Ismael Rodríguez pone de relieve el eterno conflicto entre mexicano contra mexicano, no solo poniendo a luchar bandos contrarios, sino bandos también amigos por ambiciones y diferencias socioculturales. Un reparto de primera, complementado con la presencia de “El Indio” como el sanguinario villista “Zeta” (clara referencia al General Rodolfo Fierro), Antonio Aguilar, y por supuesto, Pedro Armendáriz.
17 – Maclovia (Emilio Fernández, 1948)
POR EL FETT
Aunque es una de las cintas “flojas” en la filmografía de Fernández, ciertamente este culebrón pueblerino que emprende un trágico y pasional triángulo amoroso, no solo permitió a la “Doña” María Félix hacer uno de sus papeles dramáticos más creíbles, sino que consolidó la imagen de Columba Domínguez. Como la contraparte de la “Doña”, Columba pagaría con creces la confianza de su director al abordar un antagónico complejo que también serviría a la actriz para años después poder ejercer este otro tipo de papeles fuera de la mujer “pueblerina” y abnegada en la que la encasillaría su director y amante. Por supuesto, para equilibrar a estas dos fieras sería necesaria la presencia de Pedro Armendáriz.
16 – From Russia With Love (Terence Young, 1963)
POR EL CINE ACTUARIO
No solamente tiene una fotografía brillante y con un diseño de producción exquisito (propio de un director tan estilista como Young), sino que se combinan todos los elementos clásicos para generar quizás una de las entregas de mayor solidez de la saga. Desde un Connery en su “prime”, una hermosa Daniela Bianchi interpretando a una de las chicas bond más icónicas, así como los villanos de Shaw y Lotte. Otro aspecto para destacar es que hasta la fecha es de las pocas cintas de Bond que combinan la comedia con la acción de una forma audaz, y que a pesar de que por momento se siente exagerada logra poder cautivar al público. Añada la inclusión entrañable de Pedro Armendáriz, la cual sería la última de su carrera.
15 – 3 Godfathers (John Ford, 1948)
POR EL FETT
Ford mencionó sobre Pedro Armendáriz, que era “uno de los actores más impresionantes que él había dirigido”. El mismo año, 1948, Ford echó mano de dos funciones del mexicano (la otra sería Fort Apache), destacando aquí su interpretación protagónica a lado de John Wayne, y de cierta manera, llevando la batuta en el equilibrio cínico – cómico dentro del relato de tres forajidos medio hijos de puta, que tendrán que rescatar a un bebé y ponerlo a salvo. Existe un anécdota, que el mismo Pedro Armendáriz reclamó a Ford por el vestuario asignado, diciéndole al director que esos trapos no los utilizaría un forajido mexicano, y teniendo libertad no solo en cuanto a la ropa, sino a muchos de sus momentos y diálogos, siendo la mayoría improvisados
14 – Fort Apache (John Ford, 1948)
POR EL FETT
La fortaleza de este fuerte recae en un John Ford, que con el simple accionar de su dedo, construye una épica western que combina con gran maestría y equilibro cuanto de los elementos “fordianos” que el mismo instituyó dentro del género en su primer clímax americano: el romance, el conflicto vaquero – indio con una impresión de tensión sobresaliente, y esos toques de comedia natural que al director le eran atractivos posicionar a lo largo de la historia, para aligerar temas complejos y que incluso lucen hoy más tabúes que nunca. Así pues, no solo Henry Fonda y John Wayne, construyen un vínculo dentro de este lugar asediado por los indios, sino también un excelente y bien logrado Sgt. Beaufort, interpretado por Pedro Armendáriz
13 – Flor silvestre (Emilio Fernández, 1943)
POR EL FETT
Cinta mexicano muy olvidada y compleja, que combina el tono de melodrama dramático con una crítica a las clases sociales pre y post revolucionarias, así como también un discurso bélico de lo más tétrico e interesante sobre aquellos que no dejaron de luchar tras la Revolución mexicana. Cuando el hijo de un rico hacendado se case con una campesina y este se una a los revolucionarios, “El Indio” tomará este suceso para desplegar una historia de amor y tragedia que englobara 8 años, desde el principio hasta el final del conflicto bélico y civil, poniendo no solo a ciertos remanentes militares como los antagonistas, sino también a la opresión de los acaudalados. Excelente cinta con un poderío dramático excelso
12 – Distinto Amanecer (Julio Bracho, 1943)
POR EDGAR DEL VALLE
Esta cinta esta considerara como un clásico del cine mexicano en la época dorada del mismo, por la combinación de una excelente factura técnica, buenas actuaciones y su ambientación en locaciones reales, algo que no se acostumbraba en la época. Película de cine negro, dirigida por julio Bracho y con las actuaciones de Andrea Palma y Pedro Armendáriz, se aleja de los estereotipos rurales que estaban en boga, para convertir a la ciudad en uno de los personajes principales de la obra. Uno de los primeros film noir en México, la cinta relata el reencuentro de un sindicalista, -que busca unos documentos que le permitirán demostrar la corrupción de un Líder corrupto y asesino- con una mujer de la cual ha estado enamorado.
11 – Las abandonadas (Emilio Fernández, 1945)
POR CAT MOVIE LEE
Bajo una trama que recuerda a los flimes gangsteriles de la época en los Estados Unidos, Emilio crea un conglomerado de ideas que confluyen en esta cinta donde Dolores, interpreta a Margarita, una mujer que es abandonada con todo y su hijo y cuyas circunstancias la obligan a ingresar al mundo de la prostitución. Ahí conocerá a un hombre que la sacará de esa tragedia para sumirla en otra, ya que se trata de un miembro de la banda del automóvil gris, una panda de ladrones.La cinta gastó más de un millón de dólares, y buena parte de ello debido al vestuario de Dolores. El estreno casi se ve mermado por un permiso de la entonces Secretaría de la Defensa Nacional, que había puesto el grito en el cielo porque la historia comenzaba con la leyenda: “En el turbulento México de 1914”
10 – El rebozo de Soledad (Roberto Gavaldón, 1952)
POR CAT MOVIE LEE
En este precioso relato lleno de costumbres curanderas que pelean con la ciencia de la medicina, se aviva un triángulo amoroso entre Pedro Armendáriz, Inda y de Córdova, que sin ánimos de spoilear, no acaba muy bien. Aquí la magia radica en la preciosa lente de Gabriel Figueroa, quien bajo las órdenes de un enorme Gavaldón, refleja esa discordancia tan enorme que se vivía a mediados del siglo pasado, donde mientras la Ciudad de México emergía con un despertar trepidante, los pueblos se quedaban con un atraso monumental con niños que morían de hambre, de sarampión o de leche contaminada. Un tanto moralina, sin embargo es precisamente eso lo que se rompe con la tela de un rebozo que hace de hilo conductor durante un relato que sigue pareciendo vigente.
9 – Bugambilia (Emilio Fernández, 1945)
POR CAT MOVIE LEE
Una fastuosa cinta con trajes diseñados por el modisto Hollywoodense Royer, mismo que creó los más elegantes trajes para Dolores en la cinta de Las abandonadas. Los vestidos solo son la cereza en el pastel de una historia de amor imposible con sede en Guanajuato y donde los suspiros entre la pareja formada por Amalia (Dolores) y Ricardo (Pedro Armendáriz) no pudieron ocultar en la vida real lo que estaba sucediendo. El director de la cinta, Emilio “El Indio” Fernández ya estaba más que del chongo con Lolita, la tensión que había entre ambos era insoportable, pero los negocios eran negocios. Finalmente, tras concluir las grabaciones, Dolores juró nunca más volver a grabar para él, y así lo hizo
8 – La Malquerida (Emilio Fernández, 1949)
POR EL CINE ACTUARIO
Una de las cualidades de Emilio Fernández era esa habilidad que tenía para ser concreto en cada una de sus escenas. A diferencia de la obra de 1939, esta adaptación no deja cosas al aire por un exceso de grandilocuencia, sino que es precisa en cada desarrollo de los sucesos que giran alrededor de la historia, apoyándose en una fotografía exquisita. Pero quizás lo más destacable y que hizo a esta cinta icónica fueron las actuaciones de Dolores del Rio y Pedro Armendáriz. A pesar de sus casi más de 60 años sigue siendo una historia tan vigente principalmente porque las motivaciones de sus personajes apela a los sentimientos más pasionales y porque su forma de pensar sigue siendo parte del folclor (para bien y para mal) de la idiosincrasia mexicana
7 – Rosauro Castro (Roberto Gavaldón, 1950)
POR FLACO CACHUBI
Tomando como punto de partida el asesinato de un candidato a la presidencia municipal y la correspondiente investigación por parte de un abogado, Gavaldón retrata a la perfección el cacicazgo predominante en el México post revolucionario. Pedro Armendariz es el cacique pueblerino quien, alejado de la figura idealizada en los melodramas rancheros, impone su poder absoluto a punta de pistola poniendo a su antojo a gobernantes pusilánimes para cometer impunemente toda clase de tropelías y atropellos. Nuevamente con un argumento de José Revueltas, Gavaldón pone el dedo en la llaga exponiendo una problemática real contrapuesta al discurso alemanista del México sin corrupción
6 – María Candelaria (Emilio Fernández, 1944)
POR EL FETT
La cruz de “El Indio” era pesada. De él no solo dependía el “cine mexicano”, sino el colectivo artístico que forjó con Dolores del Rio, Pedro Armendáriz y Gabriel Figueroa, los cuáles lograron captar las tragedias más notorias y románticas de nuestro cine, historia y evolución social, situándose por lo general en cuadros amorosos que terminarán con el desmembramiento de una o varias de sus partes; en este caso concreto, de una india de Xochimilco víctima de la degradación, encasillamiento y linchamiento de su comunidad. La ganadora de Cannes causó polémica debido al estatuto del comportamiento salvaje de los pueblos mexicanos, pero nada que no pueda ser perdonado gracias a la gran presencia de la inmensa Dolores, la Candelaria.
5 – El Tejedor de Milagros (Francisco del Villar, 1962)
POR CAT MOVIE LEE
En ‘Cristo de nuevo crucificado’ del griego Nikos Kazantzakis, la posibilidad de que, si Cristo volviese a nacer, volvería a morir a manos del hombre, es una realidad atroz y burlesca que supera la ficción. En ‘El tejedor de milagros’, pasa algo similar. En pleno 24, el fanatismo, la avaricia, la ignorancia y la casualidad se apoderan de un pueblo al cual van a dar Arnulfo y su mujer (a punto de dar a luz) Jacinta. En esta Navidad mexicana, no hay nieve ni papá Noel, pero sí el nacimiento de un niño pobre en un establo ¿le suena? Haga el favor de contemplar esta joya surrealista de nuestro cine y de la infamia humana, protagonizada por los maduros y enormes Pedro Armendáriz y Columba Domínguez. La fotografía es de Gabriel Figueroa ¿algo más?
4 – La Noche avanza (Roberto Gavaldón, 1952)
POR FLACO CACHUBI
Pedro Armendáriz instalado en un papel sui generis en su carrera fílmica interpreta a un jugador de pelota vasca soberbio, arrogante e insensible en extremo, capaz de hacer lo que sea para disfrutar las mieles de la fama. Empeñado en gozar de lujos que no puede darse con sus ingresos, se involucra en una apuesta con la mafia. Film noir situado en una urbe capitalina oscura en donde se respira la incertidumbre y el fatalismo oculto tras el glamour de los grandes escenarios como el Frontón México. Gavaldón fiel a su costumbre pone al descubierto la ciudad que muchos se niegan a ver pero que irremediablemente existe.
3 – El Bruto (Luis Buñuel, 1953)
POR CAT MOVIE LEE
Una de sus joyas menos valoradas va de la mano de las magníficas actuaciones de su reparto: una espectacular femme fatale Katy Jurado, Pedro Armendáriz y Andrés Soler, un tremendo triángulo amoroso. Pedro es un bruto con unos brazos y una espalda de lanchero acapulqueño que para qué le cuento, que hace babear a la esposa del su jefe, un viejillo rico y criminal. Dicen que Buñuel visitó los rastros de los barrios más pobres en la Ciudad de México, habló con carniceros e incluso estuvo días enteros en distintas carnicerías. Incluso, se llevó a Agustín Jiménez, fotógrafo, para hacer distintas tomas que le dieran ideas para algunos planos. En palabras del propio Buñuel, ésta la cinta que más le entusiasmo hacer. Porque en la simpleza de su relato, la maravilla se asoma de inmediato.
2 – La Perla (Emilio Fernández, 1947)
POR EL FETT
“La perla nos hará libres”, simbolismo de poder y deshumanización que a la orden de “El Indio” y la portentosa visión de Figueroa (mejor Fotografía en los Globos de Oro y Festival de Venecia) logran una puesta en escena bellísima y grandilocuente, donde la música surte en comunión con su narrativa y estética, un efecto solemne. La perla, un tesoro encontrado en el fondo del mar, es la oportunidad para salir de la miseria, pero al mismo tiempo un vehículo maldito para la ignorante y pobre pareja de pescadores magistralmente interpretados por Pedro Armendáriz y María Elena Marqués. Valiéndose de un tono western, Emilio encausa una desventura y trágica cacería humana embelesada por el poder surreal emergido de aquella exótica joya.
1 – Enamorada (Emilio Fernández, 1946)
POR EL FETT
El cuento de amor mexicano por excelencia, la doña y el macho, la malagueña y el revolucionario, la soldadera y su general; Fernández se deshace de su pesada cruz de muerte y angustia y cae bajo el hechizo de la mirada de la gran diva María Félix y el de un talento histriónico adelantado a su tiempo: recio, natural, espontáneo, romántico ¡Divo! Como la hembra nacional por antonomasia, ella representa la fuerza y lucha desde las adelitas revolucionarias hasta nuestra madre santa y rige no solo la química con Pedro Armendáriz, sino también el estilo directivo de “El Indio” que ha cambiado, ha mejorado, se ha trastornado, se ha enamorado. Frente a la guerra, la humanización llega por parte del corazón en forma de un silbido, una dura cachetada o un amoroso mariachi.