Las Mejores Películas de Ryan Gosling
Un chiquillo problemático que desde que tenía uso de razón quería ser actor. Junto con su hermana ya cantaba y actuaba en algunas y eventos desde los 4 años, pero fue en el primer grado cuando influenciado por “Rambo”, llevó cuchillos a su escuela y se los lanzó a todos sus compañeros en una imitación “no tan acertada”. Este evento llevó a Ryan Gosling a una sanción que sería permanente, pues después de recibir educación en casa, abandonaría los estudios definitivamente a los 16 años, cuatro años después de que consiguiera entrar al club de Mickey Mouse, junto a Christina Aguilera, Britney Spears y Justin Timberlake, por nombrar a algunos.
Ryan Gosling se despegaría de sus compañeros cantantes y bailarines para encausar su destino como actor, por lo que comenzó a hacerse de papeles en variadas series gracias a la bendición y patrocinio de Mickey Mouse (el pequeño Hércules, Escalofríos o ¿Tienes miedo a la oscuridad?, entre otros).
Ryan Gosling debutaría en el cine en el 2000, y tan solo 4 años después llegaría el papel que lo catapultaría a la fama con “The Notebook”, culebrón romántico que lo pondría en el escaparate de todo Hollywood gracias a su atractivo físico y cierto talento para el romance, la comedia y el drama. Si bien Gosling nunca se ha distinguido por contar un registro muy amplio, es notable como a lo largo de 21 años ha participado en algunas de las películas que han definido el curso del nuevo milenio, demostrando más allá de su cuestionable talento, una habilidad por encajar en roles hechos perfectamente a su medida, y en donde se desenvuelve con mucha facilidad, ya sea con antihéroes trágicos y de cara larga en algunos dramas, o bien revelando su vena cómica en algunos productos de alto y bien entretenimieto .
Con sus 30 largometrajes (¡y hasta dos nominaciones al Oscar!), celebremos los 43 años de Ryan Gosling con sus Mejores Películas
Bonus – La La Land (Damien Chazelle, 2016)
Las actuaciones de Ryan Gosling y Emma Stone capturan y cautivan, enamoran y emocionan; los dos actores irradian química haciendo a sus personajes y a su contexto entrañable. Lástima que aquí existe el “pero” en el desperdicio en algunas tangente argumentales, y aunque los propios Gosling y Stone no son muy nutridos en el canto y el baile, Chazelle sale avante en su segundo acto con números que hacen homenaje y remembran a la mejor época del género, adaptando incluso ya vistos (vean “An American in Paris”) a una nueva generación. Un final onírico y el equilibrio de los histriones dentro del tono trágico de su romance hacen de La La Land una propuesta con muy poco edulcorante y más centrada en la realidad
10 – Barbie (Greta Gerwig, 2023)
La película ha sufrido un instantáneo envejecimiento sin dejar de ser un vehículo de buen entretenimiento y con los mejores valores de producción. Esto debido a que Gerwig manifiesta pero no profundiza, dejando que su acto final pierda esa fuerza crítica dentro de los roles sociales preestablecidos, para convertirse en una comedia “screwball” con mensaje moralino. Sin embargo, no cabe duda que tanto Margot como Ryan Gosling regalan unas interpretaciones tan divertidas como complejas, tomando en cuenta que más que interpretar a dos “muñecos”, simbolizaran los extremos de feminismo y del machismo en un “ABC” que su directora hace tan interesante como digerible de comprender. Quizá Barbie no sea una película buena, pero es necesaria
9 – Blade Runner 2049 (Villeneuve, 2017)
Denis Villeneuve sorprende sujetándose del entorno pero trasformando su contexto, incluso intercambiando el noir de su original por un thriller de ciertos elementos fantásticos y recurrentes dentro del género ciencia ficción que si bien calaron profundo en algunas opiniones que lo califican como “decepcionante”, en otras se tornaron como arriesgadas y sobre todo muy bien desarrolladas. Lo que es cierto es que para mal o bien, estos elementos funcionan a la perfección en una investigación intimista que arrastra al espectador a la humanización de la máquina. Con un poco de metraje excesivo, el regreso de Harrison Ford luce gracias a una muy buena interpretación y estructura dentro del personaje de Ryan Gosling. Una muy decente secuela
8 – Lars and the Real Girl (Craig Gillespie, 2007)
Película injustamente olvidada que no solo confirmó a Ryan Gosling como un actor dramático solvente (un año antes tendría a “Half Nelson”), sino que mostró lo que capaz que era un cineasta como Craig Gillespie a nivel de narración y ritmo. La cinta es una tragicomedia psicológicamente profunda que incluso recuerda a los ligeros romances del cine clásico de Hollywood, pero con una gran diferencia, y es que “Lars” está enamorado de una muñeca inflable, situación que sus familiares y su psiquiatra aceptan seguir en la corriente para ayudar a su introspección y como dicta su título, explorar “su realidad”. Un estudio conmovedor y a la misma vez complejo sobre la soledad, el amor y la aceptación
7 – The Ides of March (Clooney, 2011)
Como director, guionista y actor, Clooney consigue denotar su madurez narrativa con un thriller político que se aleja del maniqueísmo para asimilarse a la vieja usanza de un Hollywood más clásico y crítico en cuanto a su faceta más “investigativa” y confrontativa se refiere. Si bien cae en ciertos excesos ceremoniales en cuanto a diálogo y exploración del sistema político (puede llegar a ser tan pretenciosamente realista que se aleja de la empatía humana), es evidente que Clooney centra los atributos de su film en el registro actoral gracias al ensamble de un reparto que efectivamente parecen más políticos que artistas dramáticos. No es su mejor ejercicio como director, pero si uno que raya en la perfección técnica y actoral.
6 – The Place Beyond the Pines (Derek Cianfrance, 2012)
Místico drama que desde su título ya lleva implícito el paseo onírico a presenciar, a través de un cambio generacional y de cómo las acciones en el presente pueden retumbar en el futuro de nuestro linaje. Cianfrance acude a su fetiche Ryan Gosling y como es costumbre, lo posiciona según sus capacidades histriónicas en un papel de reparto anti heroico y con más miradas que diálogos, construyendo un entorno trágico que convierte a su personaje en ese detonante que retumbará en un desarrollo narrativo de mucha inteligencia e interés. Desde la tarea de casting, hasta la concepción de su guion y desembocando en esos parajes contemplativos, el director utiliza a Gosling para hacernos partícipes activos en este cuento de desgracia y expiación.
5 – The Nice Guys (Shane Black, 2016)
Una ambientación setentera colorida, diálogos y situaciones divertidas, trepidantes secuencias de acción, mortales asesinos a sueldo, persecuciones, una trama criminal en torno a la industria del porno y las corporaciones automotrices, una chiquilla encantadora como soporte detectivesco y finalmente una química actoral inimaginable entre Ryan Gosling y Crowe que crean momentos hilarantes, son los elementos para que el noir y el eterno cliché de la pareja policíaca dispar vuelvan a respirar y triunfar. Black ya conocía las bases de la misma gracias a sus guiones de Lethal Weapon, pero nadie esperaba que bajo su dirección una película fuera tan divertida, astuta e interesante, con el valor agregado de volverse más hilarante conforme avanza su metraje.
4 – Half Nelson (Ryan Fleck, 2006)
El tono que imprime el propio director al grabar cámara en mano, y metiéndose literalmente hasta en el organismo de su deformado protagonista, es lo que ayuda en mucha parte a que Gosling logre conectar y manifestar un personaje que incluso momentos parece real, casi de forma documental. Primera nominación al Oscar (y única justa de su carrera), Ryan Gosling interpreta a un profesor adicto a las drogas, y que a la hora de ser desenmascarado por una de sus estudiantes, no tendrá de otra que darse cuenta de su camino de autodestrucción y consecuente ¿redención? Si bien muchos de los momentos “documentales” de Fleck rompen el ritmo de la cinta en varias ocasiones, ahora es la espontaneidad de Gosling la que salva la cinta
3 – First Man (Damien Chazelle, 2018)
First Man es una película sobre el duelo (no sobre el espacio), y de cómo tratar de sobreponerse al mismo tras una misión y acciones simbólicas que terminan por crear una conexión y empatía con el espectador adepto o consciente de esta narrativa. Fallecida Karen Armstrong víctima del cáncer, Chazelle toma este trágico evento y lo transporta a la pantalla para ejercer no solo como factor motivante y determinante de la misión de este hombre, sino también como el irónico nexo entre la desconexión emocional del astronauta para con la sociedad y con su núcleo familiar. Ryan Gosling ofrece una magnífica, silenciosa y dolorosa actuación como Neil Armstrong, coronada por ese gran clímax en la luna que rebela las intenciones verdaderas del relato y su personaje.
2 – Blue Valentine (Derek Cianfrance, 2010)
Hay una película que cada cierto tiempo se posiciona como el referente de la toxicidad relacional. Ya sea por su brutal honestidad y/o por la natural introspección de sus personajes, estas suelen más que encantar, causar una sensación de incomodidad gracias a que suelen ser el reflejo de una realidad que se repite mucho más de los que pensamos en muchas parejas. Blue Valentine básicamente tiene la corona de esa década, siendo acreedora también a la que quizá sea en cuanto a registro dramático, la mejor actuación de un Ryan Gosling que se enfrasca en esta historia de desamor con una también impresionante Williams. La secuencia de la guitarra (y la letra de la canción) y esa triste fotografía azul, quedarán plasmadas en nuestros rotos corazones… por siempre
1 – Drive (Nicolas Winding Refn, 2011)
Desde el factor clave de tener a un protagonista en el papel de un forajido moderno (un errante sin nombre referido como “El Conductor”) asociado con la figura del escorpión (imagen que resalta en su chaqueta y elemento metafórico de la trama), una obra que en un principio se denominó como gansteril no escatima esfuerzos ni elementos para que su impecable libreto exprese la esencia misma del western. El “one hit wonder” de Refn deja implícito que solo hacía falta cambiar el caballo por el auto y el paisaje desértico por una oscura e igual de sombría, ruin y utópica ciudad de la era moderna, retratada a detalle “salvaje” con una serie de primeros y americanos planos. Ryan Gosling excepcional, y no necesita nada más que un rostro para desatar toda la violencia y venganza que necesita el relato