Las Mejores Películas de Shirley MacLaine
Más de 60 años de carrera, con 79 créditos entre el cine y la televisión, más de 50 reconocimientos a nivel internacional, actriz, cantante, bailarina, escritora y activista, sin duda Shirley MacLaine es una de las estrellas más influyentes, adorables y talentosas que ha dado Hollywood y el cine en la historia.
Su natural belleza y prodigioso talento le permitieron desde su primer film, bajo las órdenes de Alfred Hitchcock, poder despegar como una de las referentes fílmicas en los años porvenir. Dueña de la comedia sofisticada y de un alto y natural registro dramático, MacLaine se desenvolvió en cualquier género y bajo todo estilo directivo, en especial haciendo una tríada de ensueño con Jack Lemmon y Billy Wilder.
Activa hasta el día de hoy, MacLaine es uno de las figuras femeninas de mayor empoderamiento, fuerza, carácter y ternura del séptimo arte. Una combinación perfecta. Celebramos a la leyenda viviente con sus 10 Mejores Películas
10 – The Secret Life of Walter Mitty (Ben Stiller, 2013)
POR EL FETT
Aunque Stiller abusa de ciertos elementos previamente desarrollados en otros lenguajes artísticos (musical y publicitario para ser más exactos) para delimitar y desarrollar no solo su trama, sino también a sus personajes, es innegable tanto su frescura argumental como la capacidad de crear momentos emotivos, lo cual crea un inmediato nexo con el cinéfilo ávido por volver a soñar. De aquí parte este teatro onírico, musical y bellamente “Stillizado”, el cual solo crea minuto a minuto sensaciones visuales y musicales que de manera casual conmueven a la audiencia. Uno de los últimos y destacables papeles de MacLaine como la madre del protagonista, demostrando que aún conserva su talento y naturalidad
9 – The Turning Point (Herbert Ross, 1977)
POR EDGAR DEL VALLE
Película en la que Anne Bancroft comparte créditos con Shirley MacLaine, en una historia que explora el mundo de las relaciones de amistad, competencia, envidias, celos, riñas y confidencias de dos bailarinas de Ballet. La película recibió 11 nominaciones al premio Oscar, incluyendo una para Bancroft, pero inexplicablemente no se le otorgó ningún premio, siendo junto al Color Púrpura de Steven Spielberg, las que ostentan el record de mayores perdedoras dentro de la ceremonia. Las actuaciones son sencillamente sobresalientes, en lo que también es un enfrentamiento entre la fama y la maternidad, pero también un retrato muy personal para MacLaine, dado su naturaleza como bailarina, y el haber renunciado a ese primer sueño
8 – Two Mules fo Sister Sara (Siegel, 1970)
POR EDGAR DEL VALLE
Película dirigida por Don Siegal y con la participación de Shirley MacLaine, Clint Eastwood y Manolo Fábregas. Se trata de un espagueti Western, cuya trama se desarrolla en México en los tiempos de la intervención francesa, en donde se da el encuentro entre un duro mercenario y una monja, teniendo que emprender juntos un accidentado viaje en donde quedará de manifiesto que tienen mucho en común. Nuevamente Shirley MacLaine realiza una actuación lo suficientemente buena para que la cinta sea divertida y cumpla con las necesidades del género, entregando no solo un equilibrio, sino también aminorando la cierta carga dramática del espagueti proveniente de Europa en cuestión a su visión americana
7 – Being There (1979)
POR EDGAR DEL VALLE
Esta fue la penúltima película en la que participó el actor británico Peter Sellers antes de su muerte en 1980. En la cinta, el actor da vida a Chance, un hombre que toda su vida se la ha pasado cuidando el jardín de una mansión y viendo la televisión, al cuál le cambia la vida al morir su patrón y verse desempleado. A pesar de ser un hombre analfabeto e ingenuo, o quizás por eso, es capaz de convertirse en toda una personalidad. La actuación de Sellers es capaz de dar credibilidad a un personaje que en muchos sentidos pareciese increíble. Hashby aquí logra su más icónica cinta, repleta de humor negro y una (burla) crítica hacía el sistema político y la sociedad americana. Chance de Sellers es legendario
6 – Sweet Charity (Fosse, 1969)
POR EDGAR DEL VALLE
Película estadounidense, opera prima del coreógrafo y director de cine Bob Fosse, en la que participa Shirley MacLaine, acompañada por Ricardo Montalbán, Sammy Davis Jr., Chita Rivera, Stubby Kaye, Barbara Bouchet y John McMartin. Musical que permite a MacLaine, mostrar no sólo su capacidad actoral, sino además sus habilidades en el canto y el baile mediante la historia de Charity, una azafata de music hall que sueña con vivir un romance a la antigua usanza, pero que le entrega su corazón al hombre equivocado, una y otra vez. Por su actuación, la actriz recibió una nominación a los Globos de Oro como mejor actriz en una comedia musical, siempre con ese estilo coqueto que la hacía muchas veces más atractiva que le mera presencia física.
5 – Steel Magnolias (Ross, 1989)
POR CLEMENTINE
Un dato curioso es que quizá la mayor influencia y calca de su estilo histriónico esté impreso en la de su aprendiz: Julia Roberts, que aquí gozaría de un importante papel gracias en mucha parte a la intercesión de MacLaine (y a pesar del maltrato del director hacía con la joven actriz). Un tierno drama el cual narra la historia de seis amigas en una pequeña comunidad de Louisiana mostrándonos sus tristezas, amores y desamores. Las veteranas, Shirley MacLaine, Olympia Dukakis y Sally Field, ofrecen el poderío dramático y emocional del relato, resaltando por supuesto la más adelantada en talento, MacLaine, que funge como una especie de “roca” o guía narrativa y/o emocional no solo para Roberts, sino para todo su reparto
4 – The Children’s Hour (William Wyler, 1961)
POR EL FETT
Una cinta sumamente arriesgada para su tiempo, de un argumento que en aquella década pudiera sonar incluso a tabú y en donde las actrices debieron abandonar su faceta romántica y tragicómica para meterse de lleno dentro de un registro dramático exigente para abordar la historia de dos maestras acusadas de lesbianismo por una vengativa estudiante. Un remake y una cinta menor en la carrera de Wyler, que al mismo tiempo resalta como una de sus mayores joyas dramáticas, en mucha parte gracias al empeño y la química de Hepburn junto con MacLaine. Está levemente relacionado incluso con la trama de The Hunt de Vinterberg, con la encontrarán varias similitudes. Una notoria curiosidad.
3 – Irma la Douce (Wilder, 1963)
POR EDGAR DEL VALLE
Película estadunidense de 1963, dirigida por el gran Billy Wilder, que vuelve a reunir a Shirley MacLaine con Jack Lemmon, quienes habían trabajado con anterioridad en la película “El apartamento”. Se trata de una divertida comedia romántica, que trata sobre el amor entre un gendarme y una prostituta y todos los enredos que se dan en torno a su relación sentimental, teniendo como marco la ciudad de París. La actriz se encuentra en una de sus mejores actorales y una muestra de ello es este maravilloso personaje que elabora de manera inmejorable de la mano de Wilder y con el acompañamiento de un estupendo Lemmon. Por este trabajo ganó un globo de oro y el premio Donatello como mejor actriz extranjera y una nominación a los premios BAFTA.
2 – Terms of Endearment (L. Brooks, 1983)
POR EL FETT
En el rubro dramático MacLaine da la mejor actuación de su vida, siendo el sol de esta constelación histriónica y construyendo todo el relato precisamente desde la percepción maternal de su personaje (la primera secuencia nos deja bien en claro ese amor y obsesión en esta entrañable historia materno filial); todos(as) se tienen pues que acoplar a ella, marcando el tono de la química y el ritmo que encausa su inolvidable personaje. Si bien es cierto que esta tragicomedia catártica es de las más cursis y en contraparte menos célebres ganadoras del Oscar, no cabe duda que la mera presencia de MacLaine, su temple y gracia en esta interpretación, la convierte tal vez en la madre de todas las chick-flick
1 – The Apartment (Wilder, 1960)
POR EL FETT
Hermoso ejercicio fílmico que tal vez nos revele el punto más alto de la tragicomedia romántica (y en un segundo plano siendo un accidental clásico navideño). Dos almas desdichadas y solitarias, con sombras y luces personales y entrelazadas de manera irónica, consagraron el doble arquetipo cínico y cautivador de Wilder, forjando una joyita de poderosa influencia para la comedia y el romance. Wilder construye así un guion centrado en los aspectos humanos: debilidades, vicios, infidelidades y secretos, que al final son vencidos por la conexión amorosa y la soberbia química actoral entre Lemmon y MacLaine, los cuáles junto con su director procrean un ritmo, momentos y diálogos entrañables, que ven su clímax en su mítica y bella, muy bella escena final.