Late Night With The Devil: El Diablo conoce a Yordi Rosado

Late Night With the Devil cuenta con una excelente premisa sobre la obsesión mediática por la generación de vistas e impacto (rating en el lenguaje televisivo). Se centra en la historia de una cinta perdida de un famoso programa de televisión nocturno de variedades, Night Owls with Jack Delroy, cuya última emisión presenta una entrevista con la única sobreviviente de un suicidio colectivo en una secta satánica, liberando un maleficio durante la transmisión en vivo.

Honestamente, hay muchos programas en el mundo del internet, streaming y televisión tradicional que no dudarían en transmitir un exorcismo o una posesión en vivo para captar la atención. Además, Late Night With the Devil critica la búsqueda del morbo y la polarización (como se ve en programas como Futbol Picante, que utilizan estas estrategias para atraer audiencia) con una combinación entre lo paranormal y lo oculto. Esta fusión es interesante, pues haciendo un paralelismo con el personaje de Diane Christensen en la película Network, ella es descrita como la reencarnación de la televisión: fría, calculadora, ambiciosa y sin escrúpulos, lo cual podría ser más un ente maligno que un medio de entretenimiento.

Por otro lado, la ambientación de Late Night With the Devil es intrigante, utilizando el concepto de un metraje perdido fusionado con la estética de un programa vintage de los años 70, logrando la sensación de ver un videotape de una emisión antigua. Combinado con una paleta monocromática en los detrás de cámaras, afortunadamente se evita el típico estilo de cámara en mano tipo “Bruja de Blair”.

Pero a pesar de los aspectos positivos de la película, y aunque el concepto es creativo y propositivo, hay poco que decir sobre el desarrollo de la historia, los personajes y el estilo narrativo. El mayor problema de Late Night with the Devil es que nunca define claramente el tono principal de su historia. En ocasiones parece una sátira absurda y gamberra del mundo de la televisión (con tendencias al cine serie B al estilo Sam Raimi), mientras que en otros momentos se toma demasiado en serio en el arco de un hombre obsesionado con la fama y dispuesto a todo por llegar a la cima, con tendencias al thriller (tratando de parecerse a películas como El Sexto Sentido o Pearl).

Es importante mencionar que donde la película se desenvuelve más cómodamente es en el terreno de lo absurdo y la comedia. Si hubiera seguido este camino, podría haber sido una de las propuestas más entretenidas, divertidas, alocadas y acertadas del cine de terror de los últimos años. Desafortunadamente, en su intento por ser algo que no es, intenta buscar profundidad a través de un intento de drama y suspenso que falla principalmente por dos razones:

Primero, todos los personajes son unidimensionales y hasta caricaturescos, incluyendo a Jack. A pesar de su trasfondo de la pérdida de su esposa por cáncer, nunca se le añade otra capa más allá de ser un hombre sin escrúpulos dispuesto a utilizar el morbo para escalar en lo mediático (porque incluso utiliza el cáncer de su esposa para intentar ganar audiencia). Si se hubiera profundizado en su “dolor” personal, habría sido más interesante e incluso el drama de su obsesión se sentiría más sólido.

Segundo, el final es demasiado predecible. De entre todas las opciones posibles, la historia elige la más obvia y que uno podría inferir desde los primeros minutos con el contexto de Jack. Además, el giro final se intenta vender como impactante, pero se siente forzado con escenas de corte surrealista poco sutiles o enigmáticas, arruinando varios elementos paranormales establecidos anteriormente (el típico truco de “todo estaba en tu cabeza”) y desaprovechando el potencial de desarrollo del personaje de Jack y lo poco interesante de su conflicto, quitándole la magia al juego que proponía (similar al giro en Bardo de Iñárritu), uno de esos casos donde una mala conclusión mancha las buenas intenciones de su creatividad.

Destaca el papel de David Dastmalchian, quien aporta carisma y picardía al personaje de Jack, pero cuya escritura limita el nivel de histrionismo.

Calificaciones:

Guion: 2.3

Dirección: 2.6

Actuaciones: 1.4

Extras: 0.5

Calificación total: 6.8

Gran parte de los errores en este metraje se deben a la notable inexperiencia y falta de habilidad de los directores, quienes no logran equilibrar el tono de este late night show. A pesar de tener un concepto interesante, la falta de definición y una conclusión deficiente pasan factura a su originalidad. No es un desastre, pero si su calidad se comparara con un programa de televisión, estaría más cerca de ser conducido por Yordi Rosado que por Conan O’Brien.

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Acerca del autor

El Cine Actuario   @maxpower_ar?s=09   facebook.com/dvclocblog

Actuario/Economista, Amante del Cine, Devoto de Dios, Intuitivo, Curioso, Rockero de corazón, Fanático de los Libros y del deporte de las tacleadas, quesero, colchonero, diablo rojo. "Las estadísticas son la forma en que las matemáticas cuentan las historias" "El arte es una ciencia y el trabajo del critico al igual que el del investigador es exponer sus axiomas y teoremas al mundo" "Estar de acuerdo, en no estar en desacuerdo es saludable"


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