Late Night with the Devil: Este programa ya se había transmitido  

Hace poco menos de un mes que se cumplían 25 años del estreno de The Blair Witch Project, la referencia del cine found footage por antonomasia. Si bien es cierto que ya desde antes de la cinta de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez había antecedentes de la existencia de este subgénero, como The Connection de Shirley Clarke en 1961 o la constantemente mencionada como pionera Cannibal Holocaust de Ruggero Deodato en 1980, fue el mito de esta bruja en los bosques de Maryland la que supuso el boom de esta forma de hacer cine (así como Halloween de John Carpenter en 1978 fue el boom del slasher aunque antes de ella ya había antecedentes del subgénero en cintas como The Texas Chain Saw Massacre de Tobe Hooper y Black Christmas de Bob Clark, ambas estrenadas en 1974).

A partir de ese hito de 1999, el found footage se convirtió no solo en uno de los subgéneros del terror más explotados, sino también en uno que se vuelve tendencia a la menor provocación cada cierto tiempo cuando aparece algún estreno que empieza a ser el tema de conversación en el público y a generar debates en las tertulias cinéfilas, muchas veces impulsado por unas campañas de marketing exageradas que más que ayudar, crean una expectativa que al final no se cumple. Podría dar muchos más ejemplos de años anteriores, pero tan solo en los años 2020 hemos vivido 3 de esos fenómenos y de manera consecutiva:

  • En julio de 2020, ya sumergidos en lo más oscuro del aislamiento por la pandemia, aparecía Host, de Rob Savage, quien retomaba un poco lo hecho por Levan Gabriadze en su Unfriended de 2014, pero acercándolo a nuestro contexto inmediato, rodando la película completamente por Zoom (la aplicación de moda en esos días) y con un grupo de amigos en confinamiento (como lo estábamos nosotros) intentando celebrar un cumpleaños que de pronto se ve secuestrado por un ente maligno que no deja de aterrorizarlos.
  • Y cómo olvidar en 2021 el ruido que causó desde Tailandia The Medium, de Banjong Pisanthanakun, y esa horrenda publicidad que se inventaron donde, supuestamente, la película se había estrenado en salas con luces encendidas debido a lo aterradora que era la cinta. Yo respeto mucho el cine de Banjong (Shutter es un peliculón) y La Medium no me parece nada mal, pero repito, ese tipo de publicidad pone unas expectativas en el público que no se cumplen.
  • Para 2022 llegaría desde Taiwán, y a través de Netflix, Incantation, a quien le dieron el mismo tratamiento, inventando noticias de que era la película que más abandonaba a la mitad del visionado el público de Netflix debido al estrés que les causaba y que no eran capaces de soportar.
  • Y si bien en 2023 no hubo un revuelo por ningún metraje encontrado, por ahí hubo una entrega de la saga V/H/S de la cual podrán rescatar algún buen cortometraje, aunque en términos generales, la antología sea mediocre, como mínimo.

Ahora que los he puesto un poco en contexto, y que les he dado una turra impresionante, es como llegamos al 2024 y a la película que nos trae aquí: De noche con el diablo, por su título en español, de los Hermanos Cairnes. Un filme que, para sorpresa mía, se le ha catalogado por muchos como original, inteligente, cerebral y que incluso se le ha llegado a comparar con el cine de Polanski y de Argento, lo cual es una total exageración.

En Late Night with the Devil seguimos el andar de Jack Delroy, un presentador de televisión de los 70’s obsesionado con superar el rating de The Tonight Show Starring Johnny Carson con su programa llamado Night Owls. Un tipo sombrío que viene atravesando el luto de haber perdido a su esposa a causa de un cáncer agresivo y que visita constantemente un campamento llamado “The Grove”, al que solo van personas adineradas y de poder, y que intuimos está inspirado en el “Bohemian Grove”, al que también solo acuden personas adineradas y de poder, pero en la vida real, en una reunión que se celebra cada año en el norte de california.

En uno de sus intentos por aumentar su rating, Jack y su equipo se inventan un especial de Halloween con concurso de disfraces para el público y con invitados como Christou, un supuesto psíquico que se comunica con los muertos. June Ross, una parapsicóloga que está estudiando el caso de Lilly, una niña sobreviviente a una secta satánica que parece estar poseida y, como contrapeso, Carmichael Haig, un mago convertido en escéptico que tratará de dar respuestas lógicas a todos los sucesos paranormales que ocurran durante el programa.

Y aquí es donde, al menos para mí, se desmonta cualquier afirmación de que esto es una propuesta original, creativa, nueva, refrescante y lo que se les ocurra, porque este programa ya se hizo, Y EN LA TELEVISION REAL.

En 1992, la BBC transmitió un falso documental llamado Ghostwatch para el Halloween de ese año. Escrito por Stephen Volk y dirigido por Lesley Manning, en este episodio, grabado con antelación, pero emitido como televisión en directo, el presentador Michael Parkinson invitaba a la parapsicóloga Lin Pascoe, interpretada por Gillian Bevan,  para que hablase sobre su nuevo caso sobre una niña que parecía estar poseida en una casa embrujada de Foxhill Drive y, como contrapeso, el Dr. Emilio Sylvestri, un escéptico que tratara de dar respuestas lógicas a todos los sucesos paranormales que sucedan durante el programa. Y las similitudes no paran ahí, pues el presentador de este programa llama a sus espectadores, nada más y nada menos que: “Queridos Night Owls”.

Este episodio causó tanta controversia en su momento porque el público pensó que lo estaban viendo era real y que tuvo consecuencias catastróficas, pues un joven de 13 años se suicidó al creer que el fantasma que se describía en el programa también se encontraba en su casa, en un acontecimiento que solo se puede comparar con la famosa transmisión de radio de Orson Welles narrando The War of the Worlds en 1938.

Con esto no estoy diciendo que sea directamente un plagio, pero digamos que los homenajes o referencias son demasiadas para pasarlas por alto sin que sea sospechoso. Y tampoco estoy diciendo que si algo ya se hizo antes no se debería intentar hacerlo de nuevo y tratar de mejorarlo, nada más alejado de la realidad, pero la verdad que me parece un poco desproporcionado que se le esté llamando “uno de los títulos del año” a un refrito tan vago y perezoso, que incluso tuvo que recurrir a la IA para sacar adelante su tan alabada estética setentera y que deja caer todo su peso sobre las espaldas de su protagonista, y ni siquiera porque sea un personaje extremadamente bien escrito, sino que simplemente el carisma de Dastmalchian es lo suficientemente grande como para llenar la pantalla él solo.

Ya para cerrar esto y de una forma más positiva, si quieren ver otras propuestas que van más o menos en esta misma línea, les recomiendo mucho The Last Exorcism, de 2010, un found footage sobre un pastor que documenta como practica exorcismos falsos, pero que ayudan a la gente a despejar sus ideas sobre el demonio, hasta que le toca tratar a un niña que vive en una granja bajo el yugo de un padre extremadamente religioso y que resulta estar verdaderamente poseida, desmontando así sus investigaciones y haciendo tambalear todo su sistema de creencias.

Y como segunda recomendación: Grave Encounters, de 2011, otro found footage sobre programas de televisión, este sobre el episodio perdido de un show llamado Grave Encounters, en el que el equipo del programa se instala en lugares supuestamente embrujados para grabar sucesos paranormales,  hasta que llegan a un hospital psiquiátrico abandonado que si esta embrujado, llevándolos a una espiral de paranoia y locura que se sostiene demasiado en los jumpscares pero que se complemente muy bien con el aura insidiosa del hospital.

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Acerca del autor

Teddye Zapata   @IlusoDeluso   desencuadre.home.blog

Nací en una isla donde hay muy poco que hacer, así que el cine se convirtió en mi refugio y escribir es mi desahogo. También soy bajista, pero ahorita no ejerzo.


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