Lilo & Stitch: Destruyendo clásicos animados

Parece que hacer un live action es un arma de doble filo. Por un lado, está la opción de recrear la versión animada cuadro por cuadro y “complacer a los fans” que solo buscan ver su clásico favorito de una forma más realista; por el otro lado, existe la opción de “actualizar la historia” y cambiar algunos detalles que le den un toque de modernidad y frescura buscando dar un ligero giro al clásico que ya conocemos.

Ha llegado el momento de que Lilo & Stitch tenga su versión live action, 23 años después del estreno de una versión animada que rápidamente se posicionó como una de las favoritas de la audiencia. Lilo & Stitch (2025) sigue la trama que ya conocida, en donde una niña rebelde encuentra una conexión con un alienígena que adopta como su perro, pero que en realidad tiene una personalidad altamente destructora.

Es claro que una nueva versión busca en gran parte atraer a nuevas audiencias, especialmente a las generaciones más jóvenes, trasladando Lilo & Stitch a la época actual y añadiendo gags que conectan más con dicho público. En definitiva, estoy a favor de cambios que exploren una perspectiva diferente a la narrativa que ya hemos visto antes, siempre y cuando aporten valor y no afecten la esencia de la misma, pero, ¿realmente este remake logra este cometido?

Lo dicho, Stitch es un personaje demasiado querido dentro del mundo de Disney, y siento que puede ser muy difícil separar ambas versiones en cuanto a contexto se refiere. Con esto quiero decir que muy fácilmente se puede confundir lo que ya se sabe de la historia con lo que se está viendo en pantalla, confusión que puede ser derivada de una extrema nostalgia y ese sentimiento tan adorable que puede generar el personaje.

Pero aquí es justo donde más falla este live action, pues deja de lado cualidades fundamentales como la relación entre Lilo & Stitch, que es explorada muy superficialmente y no llega a sentir esa conexión genuina que es construida a base de distintas y variadas experiencias. La palabra Ohana les queda grande, aquí no se ve la desesperación por querer evitar la separación de las hermanas pues no están parecen estar tan solas ni desamparadas como se nos había contado, siendo estos problemas resueltos y reemplazados fácilmente dentro de la cinta.

Y así sucede todo, menos contratiempos, menos empatía, pero eso sí, más cringe. Ni siquiera se tiene un villano tan icónico pero sí uno de cartón, el rol de Gantu es reemplazado por un Jumba que se queda muy corto en demostrar un antagónico que se sienta como una amenaza real dentro de Lilo & Stitch.

Así, Lilo & Stitch se convierte en un relato superficial sobre la unión familiar cuyo mayor sostén es la nostalgia, ese recuerdo que te hace creer por instantes que este filme es mejor de lo que en realidad es. Y aquí la importancia de crear continuidad y enlazar pequeñas secuencias hasta construir un clásico que encante más allá de los chistes pasteleros y la buena música, pues el mayor enfoque de este remake fue añadir personajes para justificar su existencia como live action y eliminar escenas que en verdad aportan valor a la cinta.

Lilo & Stitch se añade a la lista de live actions inútiles de Disney. No se dejen engañar por el recuerdo de un personaje tierno y esponjoso que parece más tangible que nunca, pues su mejor versión se encuentra en su contraparte animada, tal cual y la conocimos por allá del 2002.

Etiquetas:  

Acerca del autor

Kim Tobias   @kimm_tobias  

Enamorada del cine clásico y los guiones astutos. También odio los finales felices... ["La estimulación visual es la razón del cine. De otra manera podríamos simplemente apagar las luces y llamarlo radio" R.A.]


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*

*

*