Los 20 Mejores Gatos del Cine

Así como lo fue para los egipcios, el gato es un elemento narrativo de bastante relevancia para el lenguaje cinematográfico. Su primera inclusión se dio gracias a un gato animado llamado Félix en 1929 y desde ahí parece haberse asentado y adaptado a diferentes formas y estructuraciones dentro de la historia fílmica: desde ser un potencial icónico secundario para situar al villano en cuestión, situaciones surrealistas, peligrosas, terroríficas y/o de supervivencia, hasta ser el mismo protagonista del film por lo general en el formato animado, siendo Disney su principal impulsor con largometrajes como Cinderella, Alice in Wonderland, Pinocchio  y sucesivamente hasta llegar a clásicos como The AristoCats de 1970 o productos menores pero más actuales como Bolt del 2008.

Claro que los dibujos animados hicieron lo suyo en la televisión con personajes entrañables como Top Cat (y su pandilla), Tom y Jerry y variados seriales nipones, sin embargo su estadía en pantallas evolucionaría a convertirse en un elemento simbólico más sombrío y serio en cintas como The Godfather, Breakfast at Tiffany´s y Dr. No., reflejándose no solo como un material de ambientación, sino como una extensión del protagónico y en algunas ocasiones hasta una metáfora del mismo héroe o amo en escena. Su importancia se complementaría al pasar de los años, incluso para aspectos cómicos (Stuart Little), horror (Mas Negro que la Noche, Cementerio Maldito) o parodia (Austin Powers), hasta llegar incluso a tener que celebrarlo debido a su día, un 8 de agosto.

Sin un orden en especial, repasamos 10 de los mejores gatos del cine

 

Breakfast at Tiffany’s (Blake Edwards, 1961)

Por Kim Tobias

“El gato”, como simplemente lo llamaba Holly, por haber sido encontrado cerca del río, y según decía la protagonista, este animal no le pertenecía por lo que no podía ponerle un nombre verdadero. Sin embargo vivía con ella y era prácticamente su mascota, por lo que se vuelve testigo de todas las situaciones alborotadas en las que se ve envuelta la peculiar chica en esta clásica comedia romántica. Pero es realmente hacia el desenlace cuando el gato toma todas las miradas y el cariño del espectador al ser abandonado por su bipolar dueña en una de las escenas finales más memorables de las comedias románticas. En definitivo este gato es por demás lindo e igualmente entrañable dentro del cine, un gato para recordar.

 

Le Roman de Renard (Irene y Wladyslaw Starewicz, 1930)

Un as bajo la manga, te invito a conocer al mejor gato en la historia del cine (así humildemente). Nadie se pone de acuerdo de una fecha específica de la película pero suena a la década de los 30. Nuestro felino en cuestión es el asesor de la monarquía del rey de la selva, le gusta cantar y además de hacerlo muy bien (Miaow, Miaow) esto va a ser su perdición. Desafortunadamente será presa de la inteligencia del zorro, quien astutamente lo acusa falsamente de intentar enamorar a la reina. Qué tal recorrer tu ciudad en blanco y negro, además escuchas Rhapsody in Blue ¿Dónde te sentirías? Nunca se te olvide que la suerte es fundamental y vas a tener muchos de estos a lo largo de tus 7 vidas.

 

Cat’s Eye (Lewis Teague, 1985)

Por Arquicruz

Adaptación del maestro del Terror Stephen King donde nos cuenta cómo un gato sirve de vehículo narrativo entre tres sórdidas historias en las que se ve envuelto, en las primeras dos no es más que un simple espectador desafortunado para después llegar a la última donde es el héroe y protagonista de todo el evento, con una niña que es asediada por un ser oscuro y fantástico por la noches y es el deber de este Gato salvaguardar la vida de la infante Drew Barrymore. Aquí lo vemos en acción luchando contra aquel troll miniatura. Esta cinta la vi a escondidas por el canal 5 cuando pasaba películas chidas por la noche y realmente me gustó mucho el elemento místico presente pero de manera discreta hasta el final de la cinta, propiciado por nuestro querido gato.

 

Shrek 2 (Andrew Adamson, 2004)

Por Cinescopia

Después de Shrek, el Gato con Botas aparecería como protagonista de su propia cinta, pero fue en realidad en 2004 cuando su encantadora mirada causó enorme ternura en los espectadores y su habilidad con la espada y agilidad en sus piruetas robaron las cámaras en cada escena que aparecía. Sin duda hoy en día cuando se escucha la frase “El gato con botas” lo primero que se viene a la mente es este simpático pero engañoso minino de aquella excelente animación a principios del siglo y no tanto en su fuente original, el cuento europeo del siglo 17. Materializado por la voz de Antonio Banderas, el Gato con Botas, un adorable, atrevido y peligroso felino es un curioso e hilarante ejemplo para celebrar este día.

 

Alien (Ridley Scott, 1979)

Por El Fett

El gato fílmico por excelencia,  Jones o “Jonesy”, el noveno pasajero sin crédito que a través de su supervivencia se convierte en el vínculo narrativo entre el perpetrador y sus víctimas. Scott con gran agilidad sitúa al gato como un elemento de sorpresa y de susto, incluso siendo un personaje de máxima importancia para poder desarrollar la tétrica última secuencia como un símbolo entre la lucha de Ripley y el “Alien” y el apego emocional de la heroína hacía con algo por o con quien sobrevivir. De la misma importancia que una Newt en Aliens o mejor aún, como ese acompañante argumental necesario y cliché en variados films para crear un lazo emocional hacía con el héroe del relato que funge como el elemento en peligro, Jones es el gatuno más complejo del cine.

 

Inside Llewyn Davis (Joel & Ethan Coen, 2013) 

Por El Fett

Llewyn Davis (magníficamente personificado por Oscar Isaacs) no es el héroe del film, sino que su andar errante por el mundo se resume como una metáfora hacía con un gato callejero sin nombre al cual como usted sabe, abandonará en la encrucijada de su vida. Si a esta odisea de tristeza y frustraciones la amedrentamos con melodías folk clásicas y una fotografía por demás excelsa, el gato Llewyn deberá convertirse tarde o temprano en uno de sus mininos preferidos. Si bien no cuenta con el peso de un Jones, los Coen fijan su ya tradicional atención trágica al emparentar los destinos de estos dos seres errantes en cuanto al abandono y desgraciada comicidad que rige sus vidas.

 

Men in black (Barry Sonnenfeld, 1997)

Por Clementine

Divertida y abrumadoramente exitosa cinta cuyo éxito se debió en parte al carisma y a la gran química entre Smith y Lee Jones; nos sorprendió con el enfoque cómico que le dieron a la teoría de la existencia de una Sociedad Secreta encargada de regular a todos los aliens migrantes que habitan en la Tierra. Moviéndose con discreción, van salvaguardando con un arsenal de armas (en especial ese “borramemorias” que ya quisiéramos muchos) ese profundo secreto: vivimos entre aliens. Pero el mayor se encontraba en el “cinturón” de Orión un rechoncho y tierno gatito en cuyo collar se encuentra protegida toda la galaxia. El rotundo éxito de esta cinta dio para unas cuantas secuelas más, pero ninguna ha gozado de la frescura de esta ni del protagonismo de Orión.

 

Majo no takkyûbin (Kiki: Entregas a domicilio, 1989)

Miyazaki como ya es costumbre, toma una historia de lo más sencilla y le aporta un transformo único, solo como él lo puede hacer. Si bien esta cinta es la más “infantil” por así decirlo, el propósito de Miyazaki es mostrar lo difícil y complicado que es el proceso de madurar. Cumple con todos los requisitos de su cine, comenzando por su protagonista, una niña en el proceso de ser una adolescente, y además dotándole con poderes, y donde las escenas aéreas son sumamente interesantes, viendo los recorridos que hace Kiki arriba de su escoba o la secuencia donde deja su casa para ir a buscar un nuevo hogar. Una película bastante disfrutable, un comig of age y una pequeña joya del cine.

 

The Voices (Marjane Satrapi, 2015) 

Por El Fett

La única actuación de Ryan Reynolds decente es gracias a un gato, su voz interior, su instinto asesino, su naturaleza psicópata. Hilarante y oscura, esta infravalorada pieza de un humor punzante y ácido ve en el minino los mejores momentos de su guion, con diálogos que ejecutan a a perfección la posible personalidad y poder que ejercen estos míticos seres sobre sus esclavos, la raza humana, aquí representada por un demente corta cabezas que si bien no responde a los deseos de su “animal”, si se refleja en este para comunicar su desprecio por la vida y por las banalidades que habitan en la misma. Un extraordinaria animal y una cinta que merece una segunda oportunidad.

 

The Ghost and the Darkness (Stephen Hopkins, 1996)

Por Dr. Dark

En esta época de tanta protección animal y videos le leones tiernos y adorables, alguien ha de recordar a los buenoides caga-flores que los leones son poderosos animales salvajes”… Sí, debemos protegerlos, pero no esperemos que salten y nos abracen afectuosamente cuando los salvemos (si no, pregunten a Timothy Treadwell cómo le fue cuando pensó que los osos se pueden comportar como los perros). Garras (su título en español) nos recuerda que, aunque naturalmente emparentados, los leones no son como los fascinantes y bellos gatos domésticos. Un bodrio noventero dominguero, no obstante entretenido y plantea un terror muy real: ser devorado por un poderoso animal de la sabana y no por un fantasma inexistente.

 

The Aristocats (Wolfgang Reitherman, 1970)

Por Cat Movie Lee

París, hermosos gatitos, amor, aventura, el jazz en su máximo esplendor, vino tinto, un poco de leche y una mujer que prefirió, confió y creyó hasta el final en la compañía felina ¿quieren más pretextos para decirles que Los Aristogatos está entre mis favoritas? Sin duda, una de las mejores producciones Disney que se sigue conservándose fresca y oferente ante las nuevas generaciones que no tuvieron la fortuna de vivir otros tiempos. Si a todo lo anterior, agregamos la fantástica particularidad de que en la historia de The Aristocats, cada gato tiene una personalidad propia (como debe de ser) y que a la voz para la versión en español del gato arrabalero, Thomas O´Malley, le da vida ni más ni menos que el genial Tin-Tan.

Resulta desde luego una cosquilla irresistible que a todos nos hacer querer ser gatos jazz, encontrar un amor como el de Duquesita y O´Malley, tener amigos de la barriada que demuestran su camaradería y vivir felices por siempre hasta que la muerte llame a nuestras puertas y volvamos a empezar, porque ¿a quién no le gustaría tener siete vidas?

 

Lightyear (Angus MacLane, 2022)

Por El Fett

Quizá estemos ante el producto de Pixar más infravalorado y a la vez más sobrevalorado. Infravalorado por qué su trama dista de ser mala, proveyendo a la versión “fílmica” de Lightyear de un interesante trasfondo tanto en su personalidad como en su argumento, que desprende yn correcto contexto acerca de los viajes en el tiempo y que por ende encausan un muy decente villano. Sobrevalorado porque su campaña mediática se ve ensombrecida por las estupideces tendenciosas, que esta vez le jugaron una mala jugada y que acabaron enterrando al producto incluso antes de despegar. Sin embargo hay un elemento en el que todos podemos estar de acuerdo, y ese es el gato SOX, un soberbio personaje que nos deja un gran huevo argumental: ¿Por qué Andy decidió comprar el juguete de Buzz y no el gato?

 

Flow (Gints Zilbalodis, 2024)

Por El Fett

Una de las más inventivas películas del año, la animación vuelve a demostrar que puede ser un poderoso aliado para encausar profundas metáforas y reflexiones, primero al buscar la trascendencia y el sentido de la fraternidad a través de un grupo de animales que, a bordo de un barco, debe buscar la supervivencia en un mundo post apocalíptico; en segundo lugar, al prescindir del diálogo en una ficción especulativa, Zilbalodis invita a dialogar sobre el final de la humanidad, sugiriendo, pero no explicando, y al mismo tiempo usando al elemento “salvaje” como un símbolo de redención y cooperación para buscar la paz y la supervivencia, algo que en los actuales tiempos se nota imposible con los actuales e idiotas animales que habitamos el planeta.

 

Cinderella (Wilfred Jackson, Hamilton Luske, Clyde Geronimi, 1950)

Por Leo Idair

Sin duda, la más influyente de todas las princesas. Probablemente no hay nadie en elmundo que no conozca la historia de Cenicienta, y sobre todo, que se haya rendido a la básica, pero enternecedora historia de la chica de alma buena que es recompensada con el amor verdadero después de los abusos de su madrastra (probablemente la villana más humanamente enigmática de los cuentos de hadas) y de la vida. El impacto de esta fórmula es tal que, por ejemplo, en LatAm las telenovelas más vistas y lucrativas fueron las que emularon a Cenicienta. Es el cuento de hadas por excelencia, básico, nada rebuscado y con gran arraigo en la cultura pop. Ninguna secuela o live action le ha hecho justicia, ni mucho menos logrado la mitad del impacto de la princesa azul.

 

Cats Don’t Dance (Mark Dindal, 1997)

Por Uriel Salvador

Un muy animado y divertido homenaje a los inicios de Hollywood y su época dorada de los años 30. Sin embargo, detrás de las referencias al cine clásico, la música de jazz que aviva cada escena y el mensaje sobre perseguir tus sueños, hay una metáfora a la discriminación y los prejuicios a muchas minorías, encarnada en el romance fenomenal entre Danny y Sawyer. Es un poco cursi, pero vale la pena revisitar este olvidado musical, en especial por la malvada, superficial y avariciosa Darla Dimple, uno de los villanos animados más infravalorados.

 

Felidae (Michael Schaack, 1994)

Por Uriel Salvador

Alemania no tiene mucha animación destacable, pero si en algo sobresale, es que no se apega a las normas estrictas de censura del resto del mundo, lo que para los demás es perturbador o explícito ellos lo ven normal. Y no hay mejor prueba que esta historia oscura y punzante, donde los gatos sirven como reflejo a temas como el fascismo, el genocidio y la eugenesia. Readapta los elementos del noir a una sociedad felina complicada y escabrosa (llena de decapitaciones, sangre, tortura, sectas y violencia sexual), y crea momentos de auténtico delirio por la naturaleza salvaje de sus personajes. Una rareza en el mundo de la animación adulta.

 

Coraline (Henry Selick, 2009)

Por Uriel Salvador

Desde la estética macabra con paleta de colores específica empleada en cada mundo hasta una historia con un desarrollo atrapante, Henry Selick adapta y mejora el libro de Neil Gailman al incluir elementos de terror y fantasía de una forma poco convencional sin recurrir a los típicos clichés. Más allá de las imágenes perturbadoras, tiene un claro y bonito mensaje sobre valorar lo que uno tiene, y aunque los personajes puedan parecer algo ensimismados o egoístas (incluyendo a la misma Coraline), saben cuándo se han excedido y están dispuestos a enmendar sus errores. Combinado con un guion carente de cualquier incoherencia o huecos argumentales, permanece como la mejor película de Laika.

 

House (Obayashi, 1977)

Por Uriel Salvador

La película de terror más extraña de la historia no podía tener otro origen más humilde que la mente de una niña de 11 años. Nobuhiko Obayashi traduce la fantasía alocada de su hija Chigumi y mediante la rareza psicodélica de los efectos visuales, abre diferentes interpretaciones sobre lo que puede ser: una crítica a la brecha generacional y el conformismo del presente, una sátira al amor idealizado, la visualización del impacto de la guerra a través del tiempo o establecer que la tragedia de una generación es la burla de la siguiente. Una joya que irónicamente no da miedo, pero no necesita asustar para sobresalir como una de las propuestas más distintivas del género.

 

Night on the Galactic Railroad (Gisaburo Sugii, 1985)

Por Uriel Salvador

Una extraña película que es difícil de digerir, tanto por su temática como por la atmósfera que rodea el contexto. Hay simbolismos alrededor de temas como el universo, el existencialismo, la religión y la trascendencia los que la vuelven única en su clase, pero también se apoya en una ambientación general de misterio capaz de transmitir miedo, perplejidad y maravilla a lo desconocido. Debido a esto, el viaje es fascinante, pero deprimente, la actitud de asombro de sus lindos gatitos protagonistas contrasta con el tono melancólicamente lúgubre del recorrido transdimensional. Puede ser lenta y algo monótona, pero vale la pena echarle un vistazo y verla con la mente abierta.

 

Pet Sematary (Lambert, 1989)

POR EL FETT

En la década de los 80, Stephen King vio como sus relatos fueron puestos a prueba desde la trinchera más prolífica y peor construida de la industria: el serie b. Así pues dentro de sus muchos otros cuentos como Cujo, Christine, Creepshow, The Running Man y Maximum Overdrive (esta tal vez la peor de todas y que coincidentemente está dirigida por él mismo), destacó hacía finales de la década esta pieza de horror y alegoría zombie, la cual a través de algunos escenarios tétricos y elementos perfectamente bien aprovechados por su director, parece ser la única superviviente al paso del tiempo, incluso llegando a tener una horrible secuela el pasado año que carecía tanto del carisma visual y de terror como de la estructura  de su primera adaptación.

 

 That Darn Cat! (Stevenson, 1965)

POR EDGAR DEL VALLE

Hayley Mills y Dean Jones, protagonizan esta cinta de enredos, en donde un grupo de fracasados delincuentes secuestran por equivocación a la criada de unos millonarios, pensando que se trata de la señora de la casa. Típica comedia de Disney de los años sesenta, donde los malos son tontos y los buenos se pasan de encantadores, y lo que sobresalen son los animales que complementan el reparto. Clásica película de corte familiar y palomera para pasar un buen rato y olvidarse de los problemas cotidianos, en Latinoamérica se le conoció como Un Gato del FBI. Como dato curioso, logró una nominación como mejor guion de comedia en el sindicato de guionistas en su año de estreno.

 

Bonus TV – Sabrina the Teenage Witch (Nell Scovell, 1996-2003)

Por Uriel Salvador

¿Quién no recuerda a la carismática bruja adolescente que se ganó el corazón de millones? Quizás puede verse promedio o hasta cursi para los estándares actuales, en especial porque trataba de los problemas típicos de la juventud de su época, pero es innegable que la imagen de Melissa Joan Hart se volvería inmortal como uno de los mayores íconos de los 90. Sin embargo, más allá del compromiso de todo el equipo y las risas garantizadas, la verdadera estrella del programa era el gato Salem, que muchas veces se robada cada escena con los comentarios más espontáneos.

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Equipo editorial de Cinescopia.


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