Los 5 Héroes Americanos de Clint Eastwood, del peor al mejor
Nacido el 31 de mayo de 1930, el nacido en San Francisco ha creado un emporio artístico que a sus 90 años lo han llevado a ser uno de los mayores símbolos fílmicos de su nación, o quizá un poco más que eso, siendo tal vez el rostro histórico de “la nación” frente a una industria mundial, porque seamos sinceros ¿Qué hay más americano que Clint? Comenzando a actuar en 1955, su hombre errante rápidamente cabalgaría como la imagen por antonomasia del western en ambos lados del atlántico, poder que de inmediato lo llevarían a construir su propia productora en 1967, Malpaso, de la que han salido 48 largometrajes, 41 de ellos dirigidos por él.
Pero Eastwood no solo tiene 4 Oscar, 5 Globos de Oro, 3 reconocimientos de Cannes y 2 de Venecia de entre sus más de 150 premios, sino también un talento nato como actor y director, en esta última etapa llegando a procrear verdaderos clásicos americanos que por desgracia se han ido extinguiendo tal vez hasta el 2004, cuando Million Dollar Baby cerró una etapa de maestra directiva concebida desde sus últimos vestigios como vaquero en los 80.
De sus casi 50 años como director (y siendo uno de los cineastas más activos y constantes), Eastwood ha dedicado los 6 últimos a plasmar historias sobre héroes americanos poco comunes, gente real por así decirlo, en situaciones que a sus consideración son meritorias para construirles un homenaje atemporal. Si bien esta última etapa de su carrera denota que estamos ante uno de los americanos públicos más patriotas que existen, dicha etiqueta suele ser una de las más objetivas al momento de plasmar historias generalmente ajenas a la propaganda “política” gracias a su notoria habilidad narrativa por inmiscuirse en lo humano, dejando a lo artificial (guerra, sistema legal, narcotráfico, racismo, política, terrorismo) como los elementos y/o males que aquejan al mundo, pero especialmente a su país, dándole el voto a la gente y no a los intereses de la alta esfera con relatos que exponen sin tapujos lo desleal, asesino y/o criminal que puede ser y/o desatar dicho sistema.
Así pues estos 6 años, navegando entre la mediocridad y lo aceptable (y una notoria mierda incrustada por ahí), Eastwood de cierta manera ha recuperado un poco de credibilidad fílmica viniendo de una sequía narrativa que se había prolongado ya una década. Con lo humano como el estandarte de un verdadero “patriotismo”, los 5 héroes americanos que nos ha presentado a lo largo de estos años han logrado crear una accidental y sutil franquicia en una carrera directiva que esperemos aún esté por dar más, porque seamos sinceros, sea mierda, mediocre, aceptable o bueno, siempre será bueno que Eastwood se encuentre activo en este arte.
Vamos revisando de la peor a la mejor dentro de este Universo fílmico de héroes de bajo perfil:
La Peor: The 15:17 to Paris (2018)
La mayor metida de pata en su carrera es haber intentado jugar con el neorrealismo dentro de una serie de relatos que al exponer el heroísmo humano, obviamente se tomen varias libertades creativas para encausar un argumento que resulte empático. Así pues, su peor película (de las 41) es una reconstrucción tan nefasta como innecesaria sobre un atentado fallido que sorprende por su inutilidad no solo actoral, sino estructural y directiva al querer construir trasfondos tan inverosímiles y melodramáticos para intentar justificar lo que parece, al menos en el film, un acontecimiento menor encausado así por él mismo y su constante sensación de desinterés durante los 90 minutos que dure este también aburrido metraje. Una tremenda pifia, en su afán por no querer parecer propaganda, este film es un panfleto ridículo sobre las tropas americanas
La plana: Sully (2016)
Un problema de material y desarrollo narrativo, y es que al simplificar el contexto en un solo suceso, Eastwood nunca es capaz de levantar el interés ni el supuesto suspenso pese a encausar una buena producción de los hechos. El espectador así puede sumergirse en el famoso accidente a través de la única rescatable secuencia del film, sin embargo no es posible percibir algún conflicto que nos envuelva o nos mantenga atentos hacia uno de las conclusiones más sosas de la década pasada. Por lo general uno diría que Hanks salvó el barco (o el avión en este caso), pero la insistencia de Clint por mostrarlo en primer plano viendo al horizonte durante toda la cinta confirma que quizá el director no tenga mucho que contar. Puro relleno, el problema no fue el verdadero héroe que fue aquel piloto, sino que Clint de nuevo lo hace ver… aburrido
El retorno: The Mule (2018)
Diez años de total pobreza narrativa (con excepción de la siguiente en el top), irónicamente tenía él mismo que regresar a actuar para al menos cosechar una historia correcta y bien desarrollada, con el plus de contar ahora con un protagonista “entrañable” a causa de su edad, pero no de sus acciones. Un antihéroe, como a los que le gusta interpretar, Eastwood astutamente deja recaer toda la “novedad” o peso de su cuento en el elemento de la edad o la vejez, convirtiendo a esta fábula sobre el narco en una tragedia humana de avanzada edad sin desarrollo de su entorno, pero si del interior emocional – familiar de su protagónico; muchos pudieran pensar que esto es una excusa para no englobar temas polémicos, pero Eastwood deja establecido con una sutil crítica en el paso de protagónico, que dichos sucesos son pequeños tumores dentro de una sociedad materialista.
La anti bélica: American Sniper (2014)
En el cine bélico existe un tono muy establecido que crítica la campaña mediante el análisis de la estadía del soldado en combate, su psicología posterior y estado emocional; llamado anti bélico, en lugar de ensalzar la batalla, se enfoca en los horrores y consecuencias de esta, proyectándola como insulsa y falsa, una cortina de humo para poder enriquecerse a consta de algunos cuantos sacrificios y poder controlar la población y economía. Pero qué pasa cuando Eastwood no crítica a la guerra, sino al soldado y a la sociedad ¿Hay algo más patriota que la honestidad? Muchos llamaron a esto “propaganda patriotera”, siendo totalmente lo contrario: un relato sobre un soldado en particular y su objetivo: servir sin preguntar ¿Hay algo más horrendo y desgarrador que eso? Cooper hace una extraordinaria interpretación en un relato PERSONAL aún desentendido.
La mejor: Richard Jewell (2019)
Hablemos de lo mejor de Eastwood de los últimos 15 años. Le costaron otros 4 héroes americanos, pero por fin lo logró: establecer un honesto interés sobre su protagonista a partir de la imposición de un correcto tono de suspenso, personajes con trasfondo, carisma y talento, y un entorno y situaciones creíbles, los cuáles giran adecuadamente alrededor de un “Jewell” perfectamente resucitado por Paul Walter Hauser (una injusticia no tenerlo en la paleta de opciones “nominables” a las mejores actuaciones del año). Por momentos intensa y dramática, por otro cautivante y hasta cómica gracias a la entrañable naturaleza del trágico Richard, Eastwood logra un balance entre su loable proyección del heroísmo y la crítica hacía dos de las esferas más ruines del sistema americano: los medios y el buró de investigaciones, sin olvidar también el pasatiempo más constante del gringo, el terrorismo.