Los niños: Síndrome de Down, infantilización eterna
En la sección Cine Incluyente del FICG32 se llevó a cabo la proyección del documental “Los niños”, de la chilena Maite Alberdi (“La Once”). La cinta tuvo su estreno en Ámsterdam, donde la documentalista chilena ya tiene su bien merecida fama, llevándose por segunda ocasión con este trabajo, el galardón a Mejor Dirección Femenina, IDFA AWFJ Alliance of Women Film Journalists EDA Award, 2016.
Para esta cinta, Alberdi se instala en un taller de repostería, en donde trabajan “niños” con Síndrome de Down. Este grupo de amigos lleva 40 años yendo al mismo lugar, los padres de muchos de ellos han muerto sin imaginar que sus hijos los sobrevivirían. Ahora que sus padres no están pensaron que por fin podrían hacer todo aquello que estaba prohibido como: vivir solos, tener sexo, ser padres, casarse y tener trabajos reales. Pero las cosas no han cambiado para ellos, y deben lidiar con la frustración de vivir como si tuvieran 10 años, siendo que ya tienen casi 50.
A través de este documental vamos a conocer a Ricardo, Anita, Andrés y Rita entre muchos otros asistentes a esta escuela de largo plazo, entreverados en la cotidianidad de sus días encontramos sus sueños y anhelos. Las cosas que para usted o para mí no pasan de ser nuestra realidad, para ellos son metas inalcanzables.
Alberdi retrata una serie de desafíos conmovedores creando una excelente cinta que bien se puede catalogar como cine consciente, de ese que no busca más que acercarnos a la reflexión de cosas que no nos son del todo ajenas, pero sencillamente nos pasan de largo por la vida.
‘Los niños’ es una invitación a un debate de amor, por un lado, los padres (o familiares) que quieren hacer todo lo posible por proteger a sus hijos con Síndrome de Down y por otro lado las personas (me estoy forzando a no utilizar la palabra niños) con esta alteración congénita, que lo único que quieren es una vida normal.
“Lo que más me asusta”, dice Ricardo, “es que la vida es tan corta y compleja.”
Quieren vivir su sexualidad, inclusive ser padres, pero las restricciones van desde esa eterna niñez en donde se les ha encasillado, hasta su capacidad física, mental y económica para atender a un hijo. Quieren su independencia y correr el riesgo de su responsabilidad económica, pero el sueldo por sus trabajos comunitarios es muy bajo. El enamorarse depende de la libertad y las facilidades que sus familias les quieran o puedan dar para vivir ese amor. No todos pueden desarrollar las mismas capacidades, por lo que es imposible generalizar.
Lo bueno de los festivales de cine es que nos dan la oportunidad de tener acceso, al menos por un par de días, a este tipo de películas, lo malo es que no todas llegaran a la cartelera comercial, lo que facilitaría la difusión del tema. Espero que más de algún interesado logre encontrar esta cinta en línea.
4 Comments
me hiciste recordar uno de los cortos que vimos mi novia y yo en el Cinetransformer, donde dos mafiosos van a hacer un pozo en el bosque, con la singularidad de que uno de ellos era discapacitado, mi chica quedo impresionada por ese detalle (tiene una discapacidad) y fue a felicitar al director por ese gesto, pues resulto ser el villano en esa historia que hacia notar que el no poder caminar no te reduce el ser peligroso..
a que voy?.. creo que el tener una discapacidad no te quita el derecho a ser una persona, buena o mala, de hecho creo que a veces sale gente con mejores habilidades por eso, porque tratan de aprovechar lo que si les funciona bien (como a las personas de tu pelicula o al villano de mi corto)… y de ahi no podemos descartar a nadie solo porque tienen algun detalle, hasta me sorprende ver la edad de los personajes en tu cinta (gente maravillosa, por cierto, conoci a un niño y aprendi a respetarlos por su tenacidad… )
Tienes razón en lo que dices. Lo que a mí particularmente me llamó la atención de la cinta (y porque conozco a varias personas con SD) es que justo los vemos como niños, al menos yo lo hago, o la hacía, hasta antes de ver esta película. Y es justo por esa visión infantil que tenemos de ellos que no pensamos en sus necesidades como adultos. En fin, una cinta no sólo linda, sino muy reflexiva. Muchas gracias por tus comentarios. Saludos!