Los pósters, ¿tan hipsters como sus películas?
El término hipster ha adquirido, paradójicamente a sus “ideologías”, una cierta popularidad mediática a tal grado de ser asociado fácilmente con casi cualquier cosa que salga de lo convencional o establecido; lo que la mayoría de la sociedad ‘no sigue’ también tiene su lugar dentro del séptimo arte, siendo este ámbito el que analizaremos en este post, para no dejar sentido a nadie, pues.
Y no, en Cinescopia no odiamos a los hipsters, pero usaremos este término para referirnos a las películas también llamadas independientes, que no son otra cosa que aquellas cintas NO que gozan de una reproducción en el ámbito comercial (de lo más mainstream, o sea) debido a que no son realizadas por grandes casas productoras y generalmente cuentan con bajo presupuesto, tendencia que actualmente se ha popularizado, esto por lo accesible que se ha hecho adquirir tecnologías para la realización de filmes y que incluso cuenta con festivales importantes dentro del mundo cinematográfico, como el más popularmente conocido Festival de Cine de Sundance.
Entrando en el mundo del arte, por cierto de gran interés para esta subcultura moderna, tenemos los tan queridos pósters que como siempre están ahí para crearnos una idea sobre la temática de la cinta e incitarnos a ser espectadores de la misma, teniendo la total obligación de acaparar nuestra atención o si no para qué se hacían. Como todo siempre existirán clichés por más indie que quieran parecer y de los cuales no se salvan, existiendo una predilección un tanto curiosa dentro de los carteles de este tipo de cintas. Esto es el uso del color amarillo como fondo para los carteles, tonalidad muy llamativa que es asociado con la intelectualidad, de ahí su posible uso para este rubro, pero al mismo tiempo este color primario simboliza emociones como la envidia, la cobardía y los bajos impulsos.
Ahora, esto por el lado discordante dentro de la terminología hipster; por otro lado, encontramos también pósters dignos de admiración por su originalidad y por qué no, extravagancia, características que aplicadas resultan visualmente muy atractivas y en cierto modo más artísticas, discrepando totalmente de los típicos carteles a los que nos tiene tan acostumbrados el mundo hollywoodense y que están tan repetidos ya, que no sabemos si es un perspicaz intento de reflejar lo falto de ideas que se encuentra el cine actualmente, o ya de plano es mera casualidad. A continuación, los pósters, aquellos que nos dan una imagen de que el arte también es aplicado para publicitar el cine, pero ¡por supuesto! Si algo hay que agradecer es que se tenga en cuenta precisamente esto, y darnos un regocijo visual que más que arriesgado yo diría que es simplemente acertado. Ustedes mismos juzguen y digan si en verdad necesitamos más pósters de estos en el cine de cartelera, o de plano nos quedamos con lo que ya sabemos.
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