Los Rollos Perdidos: Dos catástrofes unidas por el cine

… El aire denso, inmóvil,
el terror, la ignominia.
Alrededor las voces, el tránsito, la vida.
Y el crimen está allí…
Jaime Sabines, del poema, Tlatelolco 68.

Las imágenes transmitieron las esencias de esa batalla de cañones contra las plumas, las de la tinta y las palabras, y las de aquellas palomas que, autómatas, emprendieron el vuelo para anunciar a los dioses del olimpo, que aquí, en la tierra que albergó al esplendoroso parnaso azteca, los juegos de 1968 comenzaban. Mientras que una herida, grande y profunda apenas comenzaba a romper la delgada piel de una loca y soñadora juventud mexicana, una que jamás logró cicatrizar.

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El movimiento del 68 y sus consecuencia fueron y serán un parteaguas en la historia sociopólitica de nuestro país. Incontables relatos y ángulos se han manejado a los largo de estos casi 50 años desde que la tragedia se dio, en ese testigo silencioso conocido como la Plaza de las Tres Culturas. Las teorías van desde simple pero brutal represión del gobierno hasta teorías donde se dice que la misma CIA planeó el movimiento para destruir células de guerrilleros a favor del comunismo (teoría que se fortalece con las recientes revelaciones de documentos de dicha agencia a manos de Trump). Pero entre todos esos rumores, existe uno más sórdido como imposible, uno que coronaría a Gustavo Díaz Ordaz como uno de los seres vivos más despreciables que haya pisado el suelo mexicano. Dicha historia nos dice que el expresidente, enervado de poder y un sentimiento de invencibilidad ordenó a un estudio mexicano profesional a tomar video de la masacre del 68.

Así como lo leen, no solo les bastó con ordenar una de las masacres más crueles e infames dentro de la historia de nuestro azotado país, sino que al parecer, se solicitó por debajo de al agua que se hiciera una película sobre la matanza de estudiantes para beneplácito y disfrute de su ejecutor. Al principio cuando uno escucha semejante idea lo primero que cruza por nuestras mentes es lo irrisorio e imposible de semejante disparate; pero poco a poco como el realizador Girbán Bazán hilvana las pruebas, relatos y testimonios de como fue que semejante pedido fue hecho y que a pesar de lo escandaloso e inhumano de semejante tarea hubo alguien que se atrevió a filmarlo, los cuales fueron el conocido director Servando González junto con los camarógrafos Ángel Bilbatúa y Alex Phillips, quienes se organizaron junto con las fuerzas de choque para tratar de grabar de manera segura y efectiva lo ocurrido aquel día.

¿Pero como es que se tienen pruebas para hacer semejantes acusaciones? Existen varias líneas de investigación pero el más sólido habla sobre todo el material recabado en ese infame día, la película tuvo una duración de 90 minutos a 2 horas pero es obvio que quedó más material de lo que se grabó, como en toda película. Incluso se habla de fotografías de alta calidad para las pruebas de edición que lograron salir de estudio. Dicho material escaparía de las garras del ejército ya que en su desconocimiento del medio se dice que solo exigieron el producto terminado así como las fotografías que se obtuvieron de dicho proceso; pero como robots que acatan una orden a rajatabla sin cuestionar hacia ninguna posibilidad obviaron el resto del metraje obtenido.

En este punto de la cinta, se han recabado testimonios, pruebas físicas, entrevistas, hay personas denunciando a otros directamente y narrando con lujo de detalles como abusaron de ese poder. Esa magia de nuestro México lindo e infame en donde todos saben que cierto vecino es narco o que el tío de tu ex fue diputado pero aun sigue abusando de sus privilegios sin que se pueda hacer algo al respecto.

Las pruebas llevan hasta otro lugar, a un lugar que sería por mucho años la bóveda y el baluarte de una de nuestra mayores riquezas: La Cineteca Nacional.

Esto nos lleva a una de las tragedias más catastróficas de nuestras historia pero como es lo normal, una que casi nadie conoce y es el incendio de la Cineteca, un duro golpe a nuestra cultura equiparado por la prensa internacional con el incendio de la Biblioteca de Alejandría por la pérdida del acervo cultural casi en su totalidad. En esos días, como es ahora, se minimizó la tragedia, se dieron cifras falsas en todo, incluyendo las vidas humanas que se perdieron y toda la grandeza de nuestro cine de antaño se perdió al parecer por una acto de total y completa estupidez.

Los Rollos Perdidos se estrenaron en el año del 2012 y hasta ahora vengo a saber de su existencia. Se dice que es esencial para todo aquel que estudie y aprecie la historia del cine de nuestro país pero yo les digo sin exagerar que más que eso, es necesaria que todas la veamos para comprender como es que al día de hoy se siguen repitiendo los mismos errores.

En este enlace pueden ver la película completa y en HD.