Lost in Translation vs Her: Dos miradas a la misma historia de amor.
Revisando hace poco Lost in translation (Sofia Coppola, 2003), y debido a que Joaquin Phoenix está de moda, me puse a pensar en algo que había leído hace poco sobre la relación entre esta galardonada película de Sofia Coppola y Her (Spike Jonze, 2013) película en la que participa Phoenix. Y es que estas películas comparten muchas cosas además que ambas fueron premiadas con el Oscar a mejor guion original; y parecieran ser diferentes versiones de una historia de amor en común, y es la que vivieron cada uno de sus directores.
Tras 4 años de casados y unos tantos más de relación, Sofia Coppola y Spike Jonze se separaban en 2003. Y fue precisamente en ese año cuando Coppola estrenaba Lost in translation, película que hablaba sobre la soledad y el vacío existencial que sentían cada uno de sus protagonistas en un choque casual en Tokio, en el que ambos se sentían extraños y ajenos a su entorno, además con mucha incertidumbre sobre su futuro.
Coppola exploraba por medio del personaje de Scarlett Johansson, Charlotte, la soledad e incertidumbre de una joven, casada con un fotógrafo exitoso absorbido completamente por su trabajo, que se encuentra en Japón para trabajar con una banda de música. Mientras que en Her, Jonze nos muestra a través del personaje de Phoenix a un hombre roto, Theodore, que ha perdido la fe en el amor y se cree incapaz de volver a amar, quien sin embargo va desarrollando a lo largo del relato, un lazo afectivo con un nuevo sistema operativo que evoluciona hasta tener sentimientos reales.
Las similitudes entre ambas cintas se pueden intuir comenzando con las parejas. El personaje interpretado por Giovanni Ribisi, esposo de Charlotte en LiT es un fotógrafo exitoso y reconocido, y cuya caracterización se asemeja a Jonze, quien es conocido además por su faceta de director de videos musicales. Mientras que en Her la expareja de Theodore, Catherine (Rooney Mara), es una escritora reconocida, madura y sensata, con un corte de pelo que si nos queremos poner muy analíticos evoca un poco al característico de Coppola. En una escena en la que se reencuentran después de algún tiempo para ver detalles del divorcio Theodore le dice: “Todo lo que haces me hace llorar”, escena muy intimista en donde el personaje se rompe en pedazos cuando ve que su expareja firma los papeles del divorcio, y en silencio recuerda los momentos más felices de su matrimonio, los cuales vamos viendo al igual que escenas de discusiones, durante toda la cinta a modo de flashbacks.
Ninguna de las parejas protagonistas en la ficción tiene hijos, Coppola y Jonze tampoco los tuvieron, y se puede deducir por Her que esto pudo llevar al declive de la relación porque no podían o porque alguno de los dos no quería. Theodore también comenta que Catherine proviene de una familia donde nada era considerado lo suficientemente bueno, lo que la hacía sentirse frustrada al tener esa presión encima. Hay que recordar quien es el padre de Sofia.
Algo que es recurrente en ambas cintas, son esos largos momentos contemplativos de los protagonistas a las ciudades, ella en lo alto de su habitación en un hotel en Tokio, él en su solitario apartamento en un futurista Los Ángeles (que en realidad es la moderna Shangai). Ambos personajes parecen aprisionados desde sus rascacielos, ante la inmensidad de las urbes que tienen a sus pies y que funcionan como un personaje más al ser testigos de la metáfora en la que se resalta la soledad que sienten ambos protagonistas a pesar de estar rodeados de millones de personas.
Es curioso, si se analizan ambas películas, ver como Jonze en Her evoca planos de LiT de manera recurrente con las largas miradas de Theodore al horizonte a través de las ventanas como si quisiera dar respuesta a las miradas de Charlotte del otro lado del mundo en Tokio.
Her, estrenada 10 años después que LiT, comienza y culmina con Theodore escribiendo una carta, SU carta a Catherine: “Querida Catherine, siempre te querré porque crecimos juntos, me ayudaste a ser quien soy y siempre habrá un pedazo de ti en mi, y estoy agradecido por eso”. Una carta más que de amor de perdón, de un hombre que le pide perdón a su exesposa por todo el daño causado y Theodore (o Spike) lo confiesa con estas palabras, para poder continuar con su vida.
Siendo la conexión más evidente y como punto final, no fue casualidad que la voz de Samantha, el sistema operativo que se convierte en el amor de Theodore es… Scarlett Johansson, misma que interpreta a Charlotte en LiT; ya que Spike Jonze la escogió en periodo de postproducción, sin necesidad de casting y ajustándose a la agenda de la actriz. Como decíamos ¿casualidad? No lo creo, era algo que sin duda Jonze tenía en mente desde un inicio.
Pueden ser muchas más las conexiones o similitudes entre estas dos películas, pero lo que es cierto es que ambas comparten la nostalgia, y que pretenden ser dos cartas de dos personas que lo fueron todo para el otro en algún momento, y en donde la última pareciera ser la respuesta a la primera. Que pretenden cerrar el pasado y mirar hacia el futuro.