Loving Vincent, la película que había esperado toda mi vida
Bon Jour Mes Braves! Si así es, dos días seguidos de vuelta escribiendo en este sitio al que juré jamás regresar… no esperen, eso fue con la Facultad de Arquitectura. Bueno el punto es que esta cinta la había esperado toda mi vida, ni siquiera sabía que se podía hacer pero gracias a Dios, la hicieron y la verdad debo decirles que es justamente lo que necesitaba y es en parte sobre lo que voy a a hablarles.
Loving Vincent es una cinta decente y muy austera en cuanto a su contenido argumental, lejos de tratarse sobre su vida, sus pinturas y muchos detalles más de su tormentosa vida, los escritores y directores Dorota Kobiela, Hugh Welchman y Jacek Dehnel (este último solo es guionista) nos muestran el mundo en el que vivió Vang Gogh pero un año después de su trágico intento de suicidio el cual por desgracia fue exitoso luego de dos días de agonía.
El instrumento narrativo de esta historia es el actor Douglas Booth, quien encarna a Armand Roulin, el hijo del cartero del pueblo donde vivió el atormentado artista por un buen tiempo; este hombre encomienda a su hijo a entregar una carta de parte del cesado pintor a su adorado hermano Teo Van Gogh (Cezary Lukaszewicz) a quien por razones desconocidas ningún cartero ha logrado dar con su paradero. Es través de sus viajes que vamos conociendo la opinión de la gente que convivió con el ahora famoso autor, detalle que contrasta con el punto de vista de este joven quien no es fan de Vincent, de hecho se podría decir que lo desprecia. Pero conforme avanza la cinta y Armand continua con la búsqueda del hermano del pintor, no solo empieza a tomarle algo de cariño sino que termina por seguir los últimos pasos de Van Gogh y no le gusta lo que las evidencias sugieren.
Aparte de Mr Booth, contamos con la presencia y voz de Chris O’Dowd, John Sessions, Eleanor Tomlinson, Aidan Turner, Saoirse Ronan, Jerome Flynn y Robert Gulaczyk, quienes aparte de prestar sus voces, posaron y dieron sus movimientos para que los 125 artistas capturaran sus siluetas y pintaran los cuadros que servirían como base de esta hermosa animación. Si bien, el detalle negativo de la cinta se nota en cuanto a su desarrollo argumental que crea expectativas sobre las investigaciones de Roulin para no llegar a ningún lado.
En el apartado técnico no hay mucho que decir aparte de señalar el excelso trabajo hecho a manos del equipo de Lukasz Zal (Ida) y Tristan Oliver (Fantastic Mr. Fox) quienes capturaron la belleza de esos lienzos en óleo en resolución de 6K con cámaras Canon D20. El fabuloso soundtrack corre a manos del veterano Clint Mansell (The Fountain)
A manera personal
Esta cinta es todo un regalo para mi, ya que desde adolescente he admirado no solo la carrera y persona de Vincent Van Gogh, sino la filosofía y las emocionas que imprimió en sus bellos cuadros. No soy un fan de artistas del impresionismo o del arte moderno (en especial el contemporáneo), me quedé en el renacimiento y no veo razones para salir de ahí. Pero con Vincent era diferente, conocer su historia y comprender lo que hay detrás de cada pincelada me ayudaba a comprender no solo más de él sino de mi mismo.
Así como en la cinta se revela a través de sus muchas cartas, ser un artista, desnudar tu alma a través de tu arte y exponerte al escarnio del desprecio y la inseguridad no es tarea sencilla, en especial en estos tiempos donde las opiniones negativas se vierten como agua en sábado de gloria y por desgracia se escucha más a los que no hacen nada que a los que si; lo sé, suena irónico viniendo de un crítico amateur de cine, pero eso no quita que sea verdad.
En resumidas cuentas
Loving Vincent es una entretenida historia que con su hermoso despliegue audio visual captura hasta al menos entusiasmado y a pesar de su historia poco pulida, logra conmover. Para todos aquellos que nos dedicamos a esta cruel amante que es el arte, es una verdadera carta de amor, una caricia al alma que nos impulsa a continuar con nuestro trabajo aunque el futuro no sea nada prometedor.
¡Hasta la próxima!