Lucy ¿Cuántos alucinógenos necesitas para sobreponerte a esta bazofia?
- Nota: Estrenada el 25 de Julio del presente año
O dicho de otra manera, ¿Qué tan drogado se encontraba Luc Besson mientras filmaba este irremediable bodrio? Hagan sus especulaciones porque Lucy, queridos lectores de Cinescopia, es un desecho fecal de los grandes, de esos que sólo pueden ser expulsados por gentuza como Bay, Emmerich, Scott y otros cuantos. Así de penoso resultó ser este producto del que para ser sincero, no esperaba mucho más allá del morbo de ver a la sensual Scarlett Johansson repartiendo porrazos a diestra y siniestra fuera de su papel marveliano y desde una perspectiva un poco más oscura y atrevida ¡Pero ni eso!
¿Se acuerdan del churro parido por Neil hamburguesa (Divergent, 2014) y protagonizado por Bradley Cooper: Limitless? Digamos que Lucy es PEOR y eso que tiene más acción y a Scarlett.
Fase 1: Luc Besson comienza leve, el viaje acaba de empezar. Introduce a Lucy y plantea el conflicto.
Besson introduce a su protagónico sin mayor delimitación que nombre y situación actual. Lucy está con un hombre que conoce de hace poco y este ahora le pide un favor que parece un poco sospechoso. Debe llevar un maletín del cual desconoce su contenido, a un completo extraño sin razón aparente más allá de que “es un encargo”, eso dice el hombre. Dicho eso, conocemos como se detona el conflicto gracias a los trailers promocionales que se lanzaron previamente. Lucy cae en una red de traficantes de una nueva droga sintética muy poderosa llamada CPH4, y debido a un suceso azaroso la droga se introduce en su organismo; A partir de ahí comienza el derroche de ideas propiciadas por estupefacientes cortesía de Besson.
Fase 2: Luc Besson está sintiendo el alucinógeno hacer efecto y proyecta su alteración psicomotriz. Corte a Morgan Freeman corte a un porcentaje corte a Lucy, la super-heroína, evolucionando.
Aparece el cliché del nuevo milenio para tratar de explicar lo que presenciaremos por 90 minutos en la pantalla grande, esta vez Morgan Freeman disfrazado de científico con una teoría para explicar todo el rollo del porcentaje de uso de nuestro cerebro, sus propiedades cognitivas y las “posibilidades” de poder utilizarlo. Todo con una jerga muy cientificosa. Más allá de las incoherencias científicas en las que este fumado argumento pudiera inferir (que no lo sé con certeza), resulta poco convincente incluso para el mismo personaje quien afirma no conocer los alcances de un cerebro con tanta evolución como el de Lucy, quien conforme avanza el metraje va adquiriendo habilidades cada vez más irreverentes.
Besson, como no podía ser de otra forma, introduce elementos surrealistas que en el papel quedan como un burdo y muy, pero muy pretencioso intento de dotar a su relato de una mística que nunca posee. Repetidas tomas y algunos encuadres son compaginados de forma grotesca con el desarrollo de la acción. Luc Besson está delirando. Así pues, el ritmo del relato es marcado por la trayectoria de la ahora super-heroína Lucy, con una misión en mente que, por supuesto, “desconocemos”. La historia se encajona en una especie de misión contra el tiempo en formato superhéroes de la cual nunca saldrá.
Fase 3: Luc Besson está babeando, con la mirada perdida, ya no tiene control sobre su cuerpo. Sigue la fiesta de clichés y despropósitos.
Conociendo todos estos detalles resulta imposible prever el desenlace del filme, o lo que es peor; resulta bastante decepcionante presenciar un reparto que no hace nada por levantar un poco el sentido de emoción de una cinta que no sabe a dónde dirigirse. Besson no sabe cómo dirigir a sus actores porque es poseído por los efectos del éxtasis y el peyote. Y en cambio los deja jugar en su patio delantero. Morgan Freeman insoportable como últimamente solo él lo sabe hacer y Scarlett simplemente decepcionante. ¿Los demás? Maniquíes agregados para desarrollar una cinta repleta de despropósitos argumentales.
Y es que las escenas de acción ni siquiera causan el impacto necesario para justificar el desvarío de Besson, quien ni a medias logra construir un blockbuster entretenido como lo fueron Edge of Tomorrow o Guardians of the Galaxy. Eso agregado a que personajes de un momento a otro se convierten en devotos amantes de Lucy, una amalgama de superpoderes sacados desde lo más profundo y retorcido del cerebro de Besson, y una pretenciosidad sin tapujos, dan como resultado un ejercicio insultante y por demás aburrido.
Y es que a pesar de que nos encontramos ante una cinta que va al grano desde sus primeros 15 minutos, y prosigue con ciertas pinceladas de buen ritmo; Luc Besson jamás logra maquillar todas las barbaries cometidas tanto en el rubro histriónico como en el del guion. Ninguna secuencia es digna de remembranza, debido a la naturaleza de la cual es dotada el personaje de Lucy, quien después de todo no es tan desgraciada como los trailers querían hacernos creer.
Fase 4: Luc Besson tiene una diarrea mental, es retirado del set de rodaje con una sobredosis. Muchos lo creen muerto. El final es un festín de LCD.
El final se muestra predecible dada la ya comentada naturaleza del film de superhéroes con toques de Sci-fi y surrealismo pretencioso. Aun así, Besson se las arregla para seguir sorprendiéndonos al mostrar de lo que es capaz su mente bajo los efectos de cuantas drogas tuvo que ingerir para concebir este bodriazo. El climax de la cinta no enmienda ni un poquito todo el desastre anterior proyectado y en cambio lo termina por enterrar en lo más profundo del infierno del celuloide. El desenlace va más allá de lo que el espectador cree haber podido soportar. Créanme, ni siquiera Limitless pudo ser más insultante. Para suerte del respetable estará Morgan Freeman para relatar lo que vemos en esa bizarra secuencia final.
¿En realidad todo es tan malo? Bueno, gracias al cielo el metraje final es de solo 90 minutos. Y los efectos especiales tienen algo de rescatable. Una pena que Besson se hunda en su propia pretenciosidad y surrealismo barato para tratar de justificar esta extraña evolución de la humanidad y las posibles consecuencias morales que traería consigo. En ciertos momentos Lucy me recordó a la no menos pretenciosa Three of Life, con todo ese rollo del origen del universo, la evolución de la vida terrestre, el propósito del ser humano en el mundo, etc etc.
Como dije en un comienzo, el morbo es la única razón lógica por la cual alguien querría ver este festín de gilipolleces. ¡Pero nada de eso! Si quieres ver a Scarlett siendo bien malota, poco obtendrás. ¿Conclusiones? Ve a verla solo si antes de entrar a la sala te echas, por lo menos, un honguito alucinógeno.
3 Comments
Hace poco vi el trailer. Ya todos utilizan la misma pendejada de que los seres humanos sólo utilizamos el 10% de nuestro cerebro y que si pudiéramos utilizar el 100% seríamos seres voladores que pueden cambiar de forma, etc. Esos son rollos que ya todos nos sabemos y aunque no he visto que se utilice mucho en las películas, puedo decir que lo he escuchado tanto que la declaración en sí ya se me hace un enorme cliché. Y lo que más me enoja-entristece de Morgan Freeman es que ahora ya sólo lo utilizan de narrador, por que su gloriosa voz sería la única manera de ponerle atención a esta película.
La referencia en cine más inmediata en la que uno piensa al ver Lucy es Limitless, que ya trató este tema pero sin tantas alucinaciones de por medio. Pero los clichés siempre existirán. El problema aqui es que si hablamos de un blockbuster al menos deberia: 1) Saber aminorar el impacto de los clichés y las deficiencias narrativas y, 2) Entretener. Pero Besson no hizo ni una ni otra.
Coincido con usted, ya cansa ver a Freeman haciendo el mismo papel una y otra vez. Salvese de esta!!