Materialists: Tan guapa como vacía
En una de las pocas escenas que cumplen con lo que prometía el sobre expuesto tráiler de Materialists, la experta en citas y autodenominada “casamentera” Lucy (Dakota Johnson), recibe un golpe emocional a su ego laboral al darse cuenta que ha cometido un error con una de sus últimas clientas, a la cuál se ha convertido en todo un reto encontrarle la pareja sentimental adecuada, primordialmente por ausencia de cualidades que la propia Lucy advierte en ella y que se rehusa, no sin un cierto toque de desdén o de lástima, a decírselo a la cara, pues su trabajo le obliga a hacerle creer la promesa de que por su cuenta corre, que se casará con el “amor de su vida”.
Y pareciera que era esa la interesante premisa que iba a dar sustento a la nueva cinta de la cineasta coreano-canadiense Celine Song, pues no puede haber algo más irónico que el ver a un ser tan físicamente bello como Dakota Johnson, el sentirse imposibilitada a ayudar a otra mujer menos favorecida en ese aspecto, a cumplir sus expectativas mágicas y a todas luces fuera de su alcance, en el plano sentimental.
Apegándonos al cliché de la clásica película romántica gringa, Materialists se resume así: “Lucy es una mujer bella y exitosa” (como le encanta a los gringos este estereotipo del capitalismo) la cuál trabaja para una empresa dedicada a ayudar a sus clientes a encontrar a su media naranja (estos neoyorkinos no saben que existe algo llamado Tinder?), cargando a cuestas un rompimiento sentimental con su antiguo novio, mismo que por tener la cartera vacía la lleva a jurar y perjurar que su siguiente pareja será un potentado millonetas.
Por supuesto que cuando luces como Dakota Johnson el famoso “yo merezco” con el que tanto daño se ha hecho la mujer moderna, resulta una sentencia a cumplir, y el esperado principe azul se aparece en la vida de Lucy, encarnado en la piel de Pedro Pascal, justo en la misma noche que se reencuentra con su exnovio, mesero y aspirante a actor, que viene a recordarle que aquello que vivieron en el pasado podría no haber acabado del todo.
Celine Song vuelve a recurrir al elemento “que hubiera sido sí” en materia de amores, como ya lo hiciera en su anterior y mucho más lograda película “Vidas Pasadas”, solo que en Materialists incluye el elemento de la belleza física en su triángulo amoroso, con el fin de dejar en claro que la dificultad para hacer el “match” de manera profunda con otro ser, no es un problema exclusivo de los feos, de los orientales o de los simples mortales, sino también de ricos, de guapos y de “perdedores” con el fisico del Capitán América.
Y es ahí donde lo que pudo ser una muy buena película se pierde en el artificio de su propio discurso, que ni siquiera es tan profundo, ni analítico, dejando al espectador a medias con los “conflictos” expuestos. Resulta entonces que los Materialists no lo son tanto, que Lucy, la que se quiere casar con un proveedor millonario (no lo digo yo ni el Chicharito, lo dice ella) al final ya no lo quiere tanto, sin que sepamos exactamente porqué, ya que a su directora se le olvida profundizar en la psique de su protagonista, dejándonos pensando en que lo que sufre Lucy no es otra cosa que la insatisfacción crónica propia del millennial.
Expectativas mágicas en el amor, relaciones convertidas en intercambios comerciales y demás temas con potencial, que Song deja a la deriva para dirigir su desarticulado y aburrido relato hacia un final condescendiente y complaciente con el público.
Mención aparte para un sorprendente Chris Evans cumpliendo con una muy correcta actuación, superando con creces a Johnson, a quien le sigue faltando ese “algo” para llenar la pantalla por completo, mismo caso de Pedro Pascal, aunque Hollywood y Diego Luna insistan en vendernoslo como lo más maravilloso que le ha sucedido a la humanidad desde el final de la pandemia.
La guapura de Dakota Johnson sigue siendo proporcional a su dificultad para protagonizar una buena película. Parecia que Celine Song le ayudaría con ese pendiente, pero parece que tendremos que esperar. Por lo pronto, Materialists es un paso atrás para Song, una película sumamente decepcionante y del montón