Me, Earl and the Dying Girl y el cáncer de los romances juveniles
So if this was a touching romantic story, this is probably where a new feeling would wash over me and our eyes would meet and suddenly we would be furiously making out with the fire of a thousand suns.
Directamente traída de Sundance, donde derrotó a las demás competidoras, Me, Earl and the dying girl se suma a los romances juveniles veraniegos aunque sería injusto catalogarla de esa forma ya que desde el trailer se dejaba ver que el tema romántico no sería tratado como un cliché más; pero aun así está cinta se ve arrinconada a si misma al ser incapaz de mantener el ritmo y lo prometido por lo que debe acudir al sucio recurso del que tanto renegó: al cliché.
Las tapas del Sandwich
La presentación lo es todo y el director Alfonso Gomez-Rejon hace muy bien su tarea al introducirnos al bizarro mundo de los “high schoolers” de una manera interesante a través de dos personajes poco convencionales que sirven como un excelente vehículo a través de esta historia cuyo principal enemigo son las etiquetas que lleva consigo el romance juvenil y la comedia romántica. Las actividades de los personajes principales (de quienes hablaremos más adelante) son el gancho perfecto para todos ya que entre sus pasatiempos poseen el buen gusto de ser todos unos cinéfilos y a la vez hacen películas inspiradas en grandes clásicos como Clocwork Orange y Apocalypse Now a manera de parioda, con títeres de calcetas o figuras de soldados de acción en un muy creativo stop motion.
La obra homónima de Jesse Andrews tienen un arranque muy bueno, eso ayuda a que conectamos con los adolescentes, comprendemos que no todos están idiotas y que los personajes principales son interesantes y divertidos, razón por la que uno se deja llevar por la dinámica entre estos tres amigos y como lidian con todos los problemas que se presentan a su alrededor. Pero de pronto las cosas caen en un ritmo extraño y monótono en donde nuestro director al verse sin recursos para poder mantener al relato a flote, recurre a los clásicos clichés de una historia de adolescentes donde rompe con el encantamiento y puedes ves claramente la típica estructura de un cinta de amor de este tipo.
Padres raros, recurso infaltable en este tipo de cintas
Como diría el Fett, el tipo trató de llenar los huecos con concreto de mala calidad pero le digo que lo que hacen los albañiles es rellenar los hoyos con el papel de los bultos de cementos con algo de mezcla para dar el gatazo, detalle que puede ocasionar termitas y afecta la durabilidad del elemento. En esta cinta las termitas se tradujeron en un tedio incómodo y molesto amenazando la estabilidad final del relato.
¿Entonces Sundance se equivocó?
La verdad no tanto, porque esta película es de extremos en donde tenemos una excelente introducción, que lleva al desarrollo de la cinta que no es muy bueno pero eso ayuda a entregarnos una poderosa secuencia final que sacude todos los sentidos y es difícil no inmutarse ante semejante montaje ¿Fue el propósito del director arrullarnos con un ritmo lento para después sacudirnos como reloj despertador en lunes por la mañana? No lo sé, quizás si, quizás no, después de todo Andrews fue el encargado del screenplay. Ya veremos que dice el resto del mundo de esta película.
Química, no quimioterapia
De acuerdo, si el principio y el cierre son excelentes y la parte media no es exactamente lo mejor entonces ¿como diablos aguanta uno esa parte de la película? Personajes bien estructurados, los cuales en las manos de Tommas Man (Forbbiden Kingdom… si lo se) RJ Cyler y la bella Olivia Cooke (The Signal) quedan muy bien interpretados. Empezando por los dos chamacos quienes son realmente diferentes al resto de sus compañeros (sin ser hipsters) y hacen de todo con tal de no tener contacto con estos.
Como han de imaginar, las familias de donde provienen estos dos prodigios del cine B no son muy normales, pero aquí es el personaje de Earl el mejor estructurado al salirse por completo del clásico estereotipo de “afroamericano adolescente” y ser el elemento que aviva la dinámica entre los chicos blancos y sobretodo con el inseguro de Greg, quien está muerto de miedo por tener lazos con otro ser humano y en especial con una persona como Rachel cuyo futuro es muy incierto.
Claro que llega un momento que el argumento se sale del camino y de pronto parece que va a darse duro contra el muro de los clichés adolescentes cuando el personaje principal empieza a hacer cosas que no van con él en medio de un argumento que se torna un poco caótico, pero para nuestra fortuna enderezan el rumbo en el momento justo para salvar lo que queda del relato.
En resumidas cuentas:
Me, Earl and the Dying Girl es una buena opción que rompe con varios de los clichés en este tipo de cintas de amores de verano y de adolescentes muy hormonales, por la situación en la que se ven envueltos pero principalmente por los personajes y como fueron estructurados a manera de no caer en los aburridos estereotipos. ¿Una película revladora? Quizás, ¿Digna ganadora de Sundance? No lo creo pero como dijo Kim, así han de haber estado las otras.
No olviden leer su Pronóstico Palomero a menos que quieran acabar como la protagonista por ver tanto cine sin protección ¡Hasta la próxima!
