Memoria: Recuerdos acústicos

Las maneras de representar en el cine la melancolía o depresión suelen tener tratamientos predecibles y astados, que van desde el melodrama de superación personal hasta el thriller psicológico con desenlaces fatalistas. Pero el tailandés Apichatpong Weersethakul propone algo diferente. Jessica (una fantasmagórica Tilda Swinton) escucha un ruido de un objeto cayendo y se obsesiona. Esto la lleva a conocer a Hernán, un ingeniero de audio que la ayuda a encontrar el sonido, o bien, a crearlo. Mientras Jessica cuida a su hermana en el hospital, entabla una especie de romance con Hernán, quien también es músico, y probablemente producto de su imaginación.

El diseño sonoro tiene un lugar protagónico para adentrarnos. Y aunque tiene un estilo contemplativo, con muchas cámaras quietas, el sonido se vuelve un elemento inquietante, y bien lo ejemplifica el zumbido que escuchamos en primer plano durante toda la película.

Si bien la función de los diálogos nos explica motivaciones de los personajes, pareciera que Weerasethakul intencionalmente le da poca importancia a estos y concentra nuestro oído a la construcción de paisajes sonoros, y al ya mencionado zumbido.

No importa si existe una mezcla de cosmovisiones o idiomas diferentes, porque lo relevante es la audiovisión, esa mancuerna entre la imagen y el sonido con el fin de producir un efecto de en nosotros.

Jessica empieza a cuestionarse si lo que ve y escucha es real: Nadie sabe quién es Hernán, y el sonido que la obsesiona parece que únicamente ella lo escucha. El misterioso Hernán reaparece, más viejo y con aspecto diferente. Le revela que es un extraterrestre y que ella puede escuchar sus recuerdos.

Weerasethakul toma un rumbo nada convencional en Memoria. Aunque ese elemento de ciencia ficción es confirmado en la secuencia final cuando una nave espacial despega, escuchamos el mismo sonido que escucha Jessica, mientras a una nave vuela entre la selva y aparentemente dejando la tierra. Tal como lo hizo en 2011 con El tío Boonmee que recuerda sus vidas pasadas (película que le valió la Palma de Oro) la presencia de entes sobrenaturales, sean fantasmas o extraterrestres, queda por debajo de los conflictos internos de los personajes.

La travesía de Jessica por encontrar el origen de ese sonido está lleno de paisajes sonoros (la selva, la ciudad) que enriquecen los planos largos, que nos remiten a nuestras memorias acústicas y entramos en esa convención.

La experiencia auditiva se complementa con la cámara contemplativa. Pone por arriba lo sensorial antes de intentar resolver el problema de un personaje (Como sería el insomnio de Jessica).

Memoria camina en una tradición del cine del este asiático (parecido al cine de Tsai Ming-liang). No apto para quienes esperan una conclusión lógica o un desenlace perfectamente explicado, ni para aquellos impacientes con ojos ansiosos de ver movimiento.

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Acerca del autor

Fernando Sullivan     reviumexico.com/

Cinéfilo y creador audiovisual. Amante del cine de terror, el noir y la ciencia ficción. Colaborador en https://www.reviumexico.com/


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