Mentiras – La Serie: Absurdamente Divertida.
¡Ah, los 80’s! Época de cambios sociales, kitsch, peluche y mucho color rosa, con glam rock y balada pop por todos lados. Un mundo más sencillo y amable que no volverá, pero que realmente no se ha ido, pues la nostalgia lo mantiene con vida.
Mentiras, la exitosa tragicomedia musical homónima presentada en teatro, que a su vez toma su nombre de muy conocidas baladas de la época, llega ahora en formato de serie televisiva a cargo de Amazon Prime y yo, que si bien era apenas un niño en aquellos locos años, no me la podía perder pues ha gatillado gratos recuerdos ¿El resultado? Un destornillante espectáculo tan absurdo como divertido, de esos que alivian las penas del corazón.
¿De qué va? En 1989, Emmanuel Mijares, playboy millonario, ha muerto. A su misterioso sepelio son convocadas su esposa Daniela, su abogada Yuri, su secretaria Lupita y una mujer llamada Dulce, quien también dice ser su esposa. Los enredos y el desastre, por supuesto, no se harán esperar.
Mentiras es protagonizada por el omnipresente Luis Gerardo Mendez, la Barbie humana Belinda, la siempre belicosa Regina Blandón, la fantástica Mariana Treviño y la grata sorpresa Diana Bovio. La ambientación recrea con atinada exageración la estética cutre e inconfundible de los años 80’s aderezado con números musicales excelentemente preparados. Los intérpretes lucen intencionalmente sobreactuados, imitando el estilo telenovelesco de la época y el guión es una locura de sinsentidos perfectamente colocados.
Todo fluye con interminable diversión. Los subtonos aleccionadores son correctamente opacados por la música y la comedia y eso se agradece pues “Mentiras” no pretende tomarse en serio. No es un suntuoso musical de Broadway sino un muy divertido homenaje a la estética y a la farándula de aquellos relajados años. Además, las referencias a los artistas de la época, empezando por los nombres de los personajes, son para lanzar carcajadas, además de muy bienvenidos cameos.
Por supuesto, la trama de Mentiras carece de coherencia, pero esa es la idea precisamente. No esperen un drama lleno de misterio e investigación, solo obtendrán una bocanada de aire fresco con aroma a algodón de azúcar.
¿Hay que verla? ¡Definitivamente! Diversión garantizada para todo público y una pequeña lágrima para quienes tenemos memoria para recordar aquellos lejanos tiempos.
PD: No he tenido la oportunidad de presenciar el musical original, de modo que no tengo punto de comparación. Como producto aislado, es totalmente recomendable.