Mission: Impossible – De la Peor a la Mejor Película
Sin la longevidad y sofisticación de la saga James Bond ni la complejidad dramática de la franquicia Jason Bourne, Misión Imposible ha logrado posicionarse dentro del gusto de los fans del cine de espías y conflictos internacionales pues al igual que sus sagas, digamos, “hermanas”, ha logrado construirse una identidad propia que le ha procurado su propio nicho de seguidores.
Se trata de la reinvención para el cine de la icónica serie televisiva homónima, transmitida de 1966 a 1973 y revitalizada de 1990, a cargo del siempre polémico Tom Cruise como el agente Ethan Hunt, quien a la postre se ganaría un lugar como referente en cuanto a personajes de acción. Sin la elegante sangre fría de James Bond ni las habilidades casi sobre humanas de Jason Bourne, Ethan Hunt se muestra, paradójicamente, como el más humano de los “súper espías”: visceral, vulnerable, hasta con sentido del humor e inclusive casado, algo que parecería prohibitivo en sagas como ésta.
Mientras que la serie original hacía hincapié en misiones a cargo de un equipo coordinado y con objetivos específicos, la saga cinematográfica viró hacia las peripecias de un “súper agente”, lo cual resultó desagradable para muchos seguidores de la serie. Que el líder del equipo de la serie original, Jim Phelps (Peter Graves en la serie, Jon Voigth en cine) fuese convertido en un villano traidor en la película fue considerado, literalmente, una abominación por los actores originales. No obstante, la película Mission: Impossible (1996, Brian de Palma) fue un éxito de taquilla y crítica que reposicionó el icónico tema musical de Lalo Schiffin en la memoria colectiva.
Una saga que se ha ganado un merecido lugar en el gusto del aficionado al espionaje y la acción, con una identidad propia. Ahora que ha concluido, es momento de repasarla de cabo a rabo y ordenando todas las películas de la peor a la mejor.
La horrible: Mission: Impossible 2 (John Woo, 2000)
Por Uriel Salvador
Sólo un director tan exagerado y excéntrico como John Woo es capaz de convertir un thriller de espionaje en serie B, no en su aspecto visual, pero sí en espíritu y narrativa. Hay situaciones bastante ridículas e incoherentes que desentonan con la historia, la cual empieza interesante y con buenas intenciones, pero se va complicando y volviéndose más absurda conforme avanza, desembocando en escenas de acción tan inverosímiles que parecen hechas para aumentar el ego de Tom Cruise. Uno puede burlarse de lo ridícula que es, pero es inevitable que esta entrega dañó irremediablemente a la saga.
La caricatura: Mission: Impossible – Rogue Nation (Christopher McQuarrie, 2015)
Por EL FETT
Después de un sorpresivo resurgimiento de la saga viene Christopher McQuarrie con guion y dirección a realizar un desastre sin ninguna cohesión narrativa que valga la pena, dejando todo en manos de sus secuencias de acción verdaderamente absurdas y las piernas de Rebecca Ferguson (¡Que los dioses te bendigan, preciosa!). Los primeros minutos hacen creer que veremos una buena, tensa, interesante y nada pretenciosa historia de acción, pero además de la predecible e inútil trama, el giro se destapa a los 20 minutos de inicio. La caricatura de espionaje toca fondo en el momento que las aventuras de Tom Cruise se vuelven sketches cómicos con misiones tan babosas e infantiles que nos harán gritar: ¡Te odio, Perry el Ornitorrinco!
La insípida: Mission: Impossible – The Final Reckoning (Christopher McQuarrie, 2025)
Por EL FETT
Tom Cruise convierte lo imposible en posible, lograr una auto felación – homenaje fílmico de tres horas en la que no necesita a las 7 anteriores cintas para subsistir (gracias a la insufrible cantidad de flashbacks y sobre explicaciones de las predecesoras insertadas a lo largo del metraje), y hace que todos ¡TODOS! Director, guionistas, actores, presidentes, rusos, la iglesia católica y la sociedad lo alaben de manera constante en cada milisegundo del metraje inundado por él, su rostro y carisma Si. Tom Cruise es el único que puede hacer que una película tan, pero tan mala, pueda también ser entretenida, pero también una decepción total.
La mediocre: Mission: Impossible III (J.J. Abrams, 2006)
Por EL FETT
Ya con los éxitos de Lost y Alias bajo el brazo, J.J. Abrams sería el encargado de tomar la batuta de la saga siendo su esperado estreno en el blockbuster. ¿El resultado? Los elementos de espionaje tan bien librados por DePalma en la primera parte y llevados a la exageración por Woo en la segunda, son sustituidos por melcocha romántica tal y como se tratase de un serial televisivo, resultando en una falta de estructura que afecta a todos los personajes, en situaciones desbordadas y ridículas y en agujeros narrativos que indignan hasta a una cinta de acción serie B. Si no fuera por el villano de Philip Seymour Hoffman sería inaguantable.
La palomera: Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One (Christopher McQuarrie, 2023)
Por el Cine Actuario
De manera irónica y paralela a la situación de Cruise en este Hollywood actual, ¿no será acaso esta trama una analogía de la batalla de Cruise contra una forma de hacer cine mucho más plástica y artificial? ¿No será un paralelismo de estos ejecutivos de Hollywood buscando realizar películas mucho más automatizadas, no importando si de paso se cargan a gremios como los guionistas? No va más allá de lo que le permite su género; la construcción de la trama es genérica, cliché, ordinaria y con varios huecos, pero lo más destacable es que todo este éxito ha sido gracias a un hombre que ama la forma tradicional de hacer cine y que entiende el mercado actual.
La reinvención: Mission: Impossible – Ghost Protocol (Brad Bird, 2011)
Por Uriel Salvador
Quién diría que la resurrección de la saga vendría por parte de un director experto en animación y que daría el salto a la realidad con éxito. Brad Bird renueva la serie con una historia inteligente, una buena dirección y sabiendo administrar las escenas de acción, conservado cierto tono realista. Pese a ser más seria que otras entregas, no deja de lado el elemento ilusorio gracias a un ritmo más imprescindible que consigue enriquecer la experiencia con escenas más vistosas e intensas. En lugar de dictar sentencia, esta entrega le da otro respiro gracias a que respeta la base argumental basada en el thriller de espionaje.
La intensa: Mission: Impossible – Fallout (McQuarrie, 2018)
Por El Fett
Con la novedad puesta en la inclusión de un nuevo y misterioso villano – “fantasma”, el tino de McQuarrie está en mantener el interés en su relato gracias a la conexión con unas excelentes secuencias de acción, quizá las mejores de las sagas, y que se valen de elementos ya conocidos de las pasadas: helicópteros, motocicletas, persecuciones en callejones, botes, máscaras y hasta la inclusión de una lucha cuerpo a cuerpo tan brutal que recuerda más a Bourne y a Bond que a Hunt ¿Henry Cavill como villano de la historia? ¡Si, por favor! Un arquetipo que el actor supo solventar con creces y que en mucha parte hizo a esta película hasta ahora la segunda mejor de toda la saga, con gran giro de tuerca incluído en su revelación como el gran antagónico a vencer
La mejor: Mission: Impossible (Brian De Palma, 1996)
Por El Fett
En cada ocasión que una Misión Imposible es expuesta yo me pregunto: ¿Y dónde quedó el tratamiento de thriller de espionaje de aquella gran e infravalorada primera parte dirigida por De Palma? ¿En qué momento pasó esto a ser una serie de secuencias de acción donde poco importaba el guion y el desempeño actoral? Quizá con excepción de lo hecho por Bird en 2011 y McQuarrie en 2018, la realidad es que todas las secuelas de esta saga han caído en una debacle progresiva y proporcional a las arrugas de Tom. ¿Habrá alguien dentro de estas nuevas generaciones que recuerde el film de 1996 que originó esta franquicia? La ejecución de De Palma es impecable dentro de un thriller de espionaje con la seriedad necesaria para instaurarse como uno de los mejores de su “género”