Moana 2: Un mar de aventuras tibias
Disney no se cansa de hacer secuelas y en esta ocasión le toca a Moana, un personaje que es considerado por la audiencia como una de las nuevas princesas y que ha conseguido muy buena popularidad dentro del fandom. Moana 2 inicialmente se había considerado como una serie larga para Disney+, pero fue retrabajada para adaptarse como largometraje, el segundo dentro de su universo, pero no el último, pues recordemos que ya se confirmó un live action para la franquicia, a estrenarse en 2026.
Moana 2 ocurre tres años después de los sucesos en su precedesora (2016), y esta vez, Moana recibe un mensaje de sus ancestros por lo que deberá emprender un nuevo viaje por los mares, con nuevos tripulantes y una nueva misión.
Si hay algo que logró Moana en el 2016, fue presentarnos una película con una mujer protagonista un tanto distinta a las que conocíamos de la productora, aquí no había demasiados personajes ni muchas locaciones, y tampoco un claro y espectacular villano. Esto era su valor agregado, pues con estas características logró entregar una cinta bastante entretenida y mejor que la de las hermanas congeladas.
La falla de Moana 2 no es haberse alejado de esos elementos, pues hay más personajes y más personajes, pero sí el dar la sensación que es más de lo mismo, una aventura que a pesar de los cambios se siente muy similar a la primera parte y que no aporta lo suficiente como para justificar su existencia.
Y hablando de las canciones, esa es probablemente la parte más triste, pues ninguna canción destaca dentro de su selección, algunas ni siquiera son entretenidas y se perciben más como un relleno que como un componente que forme parte de la narrativa. ¿Se acuerdan cuando todas las canciones de una película de Disney eran memorables? Parece que esos tiempos quedaron en el pasado, pues tan pronto como terminó el filme, ya había olvidado todas las melodías.
Como dato extra, vi Moana 2 en su doblaje al español, días después escuché el soundtrack en su idioma original para darme cuenta si en realidad era una mala adaptación de las letras lo que hacía las canciones tan olvidables, y para mi sorpresa 1 logró captar mi atención y ahora la tengo pegada. La canción en cuestión es ‘Can I get a Chee Hoo?’ (“Puedo oír un Chee Hoo?”) que canta Dwayne Johnson en su versión original, siendo su interpretación tan carismática que es difícil sacarla de la cabeza después de 2 reproducciones.
Moana 2 cumple perfecto con la conocida frase de “las segundas partes nunca son buenas”, ofreciendo un entretenimiento demasiado simple con clilchés incluidos dentro de los personajes secundarios, un grupo de individuos con poco en común que terminan haciendo equipo y un comedy relief a cargo de sus ya conocidos secuaces Pua y Heihei.
Moana 2 es producto que ya auguraba su calidad desde su casi nula campaña de Marketing, y que probablemente sea mejor disfrutar desde casa si se tiene la curiosidad.