Momentos Favoritos del Cine: Up, una aventura que vuela
Desde hace unas semanas su atenta servidora, o sea yo, anda poco menos que caminando por la nubes, y andando por las alturas me ha venido a la mente una escena de la película animada “Up”, una producción de Walt Disney Pictures y Pixar Animation Studios del año 2009, que dirige el genial Pete Docter (Monsters, Inc., Inside Out) y Bob Peterson.
Por si no se acuerdan de qué va, les cuento que Carl Fredricksen (Edward Asner) es un viudo gruñón de casi 80 años que, sin planearlo queda “atado” a Russell (Jordan Nagai), un niño explorador quien viaja como polizonte en su casa mientras vuela a las Cataratas Paraíso en América del Sur en busca de la aventura de su vida, o mejor dicho, en busca de la aventura que lo devuelva a la vida.
Todavía me recuerdo sentada en la butaca del cine, devorando palomitas hasta por las orejas, como es mi sana costumbre, cuando el anciano Carl libera los miles de globos multicolores que elevarían su casa por todo lo alto. Sin aliento, así me dejó ver salir un globo tras otro, tras otro y tras otro. El formato HD y 3D de la película ayudaron bastante a esa sensación de realidad que logró sacarme la lagrimita. No fui lo suficientemente rápida para disimularla, así que no me salve de los ojos en blanco de mis hijos, quienes aseguran que soy el único adulto del mundo que llora con las películas animadas. ¡Calumnias!
Con “Up” Docter ya se pintaba sólo para echarle todos los kilos a lograr hacer estremecer al mundo no sólo con la animación, o con la música, sino también con el guion. La producción salvó todos los retos que le requirieron las locaciones, los vestuarios, las plumas y los diez mil globos llenos de helio responsables de mi lagrimita.
Si no me equivoco esta película se llevó todos los premios dedicados a la Mejor Película Animada de ese año, y se alcanzó a colar entre las nominadas a Mejor Película en la ceremonia de los premios Oscar, perdiendo la estatuilla por causa de “The Hurt Locker”.
“Up” es perfecta técnicamente hablando, en ella podemos encontrar rastros de grandes personajes del cine. A los niños les encanta, pero los adultos chillones como yo, encontramos en ella un recordatorio de que la aventura de la vida no se termina hasta que no hay vida para ir detrás de ella. Entendemos que esas ganas de escapar de la realidad nos pueden llevar a seguir un sueño que en este caso no tiene alas, sino miles de globos para volar.