Momentos Favoritos del Cine: A History of Violence
¡Oh el mes del padre! Ese ente misterioso que ronda por los hogares y que ni siquiera se merece un día fijo de celebración; ese ser incomprendido que provee la semilla de la vida para después reincorporarse inmediatamente a las arduas tareas laborales; esa criatura que con mayor frecuencia en la actualidad es más sensible y equitativo con los sentimientos y emociones de las mujeres, ayudando en las tareas del hogar e incluso cambiando los roles establecidos por el insulso, precario y absurdo sistema machista latino; ese amoroso individuo que pese a todos los pecados y vagancias de su pasado, en el momento de encontrar el verdadero amor de familia en su esposa e hijos, deja toda su violenta, asesina e hija de puta vida atrás, como este caso, en la apoteósica odisea criminal de David Cronenberg, A History of Violence, que bien pudiera renombrarse como “Una Historia de Papá”, aludiendo en este momento favorito a dicha celebración.
De la novela gráfica de John Wagner y Vince Lock, Cronenberg comienza su comunión con Viggo Mortensen llevando a cabo una tremenda adaptación (considerada una de las mejores en cuanto a novelas gráficas se refiere), y que permite al realizador imprimir su más puro estilo en una ágil trama de 90 minutos que nos hace testigos de la transición de un frio asesino y demente ex gánster, en un tierno, trabajador y comprensible padre de familia, un ejemplo paternalista que raya en la perfección.
Una narrativa suculenta que propositivamente Cronenberg inunda de una atmósfera formato serie b, el asesino encubierto en este “padre ejemplar” no resulta ser una fachada, sino una conversión espiritual y física auto convencida y consentida para que el excelente papel actoral de Mortensen esconda por momentos a la loca máquina mortal de Joey Cusack, personaje que bajo la delimitación estructura del guionista Josh Olson, va emergiendo de manera obligada e instintiva frente al peligro que aqueja a su familia, una que se da a raíz de una accidental exposición hacia sus enemigos, clanes mafiosos que siempre han estado en su búsqueda.
Sin adentrarlos en las causas de la reversada conversión del personaje (que tendrán que descubrir por ustedes mismos cuando vean esta joya), pero si en las que colocan a esta olvidada cinta como una de las mejores de Cronenberg (y tal vez la última digna de mencionarse en su filmografía), A History of Violence mantiene un tono de fábula patriarcal por encima su violencia estética y hasta agregados de cierto gore, los cuales sirven como simbolismo no solo del inconmensurable y también infravalorado “amor de padre”, sino también como signos visibles de la inminente aparición del “Joey”, no una mentira encubierta, pero si un pasado desenterrado que el mismo cuento nos lleva a descubrir como un sacrificio para la creación, equilibrio y evolución de una familia: el sacrificio de la violencia, la acción, las mujeres, las drogas, la libertad, la sangre y el éxtasis que dichas dedicaciones le daban, por la responsabilidad, la paz, la convencionalidad y la disfuncionalidad, reflejada en la pobreza, el bullying, el matrimonio y variados arquetipos característicos de una familia.
Si bien no será nuestro momento favorito, para ejemplificar la unión de pasado y el presente del atormentado y amoroso padre, Cronenberg expone una secuencia de sexo ejemplar, violenta y satisfactoria, que sitúa al matrimonio entre Mortensen y Maria Bello (que luce hermosa y fenomenal en esta cinta) en esa delgada línea de aceptación y nueva adaptación a este nuevo proceso e indagación psicológica de aquel ser, uno que de manera equivoca intento esconder los pecados y las huellas del pasado, mismas que también son base para una relación.
¡HORA DE SPOILERS! Dejar de leer si no han visto y gustarán de apreciar esta excéntrica joya
Ahora bien, para nuestro momento del día de hoy habrá que erigir a Cronenberg como un genio de la narración, capaz de manipular los tonos del relato a su merced y a las necesidades progresivas del mismo. En su clímax y secuencia final, el temible Joey decide que para salvar a su familia debe enfrentarse a su principal amenaza y captor, su hermano, un pintoresco jefe del hampa que William Hurt interpreta de manera gloriosa en solo 9 minutos, mismos que le otorgaron nominación al Oscar y variados reconocimientos histriónicos, y que de paso otorgan cierto halo de humor negro y accidentado a la fábula, enmarcados en una decena de minutos exquisita. La expiación ha llegado, psicológica y física, y es que el verdadero Joey deja en claro que su familia y el amor lo es todo para él, y que está dispuesto a asesinar a cuanto hijo de la chingada se interponga he dicho querencia y objetivo.
No hay un video decente que nos muestre esos 10 minutos, pero e verdad les digo que si ustedes quieren celebrar un día del padre con una excelente, sustancial y muy entretenida cinta, A History of Violence será sin duda una de sus mejores opciones.
2 Comments
Perdona… No es William Holden, es William Hurt
Tiene toda la razón estimado. Gracias por la observación, ya quedó corregido