Momentos Favoritos del Cine: Goodfellas y Layla

Les cuento que la semana pasada tuve el privilegio de escuchar a Eric Clapton en vivo en la CDMX, uno de esos momentos que pasará a la historia de mi colectivo memorial en mi adicción por acudir a este tipo de eventos cada año. Sabiendo más de su música que de su vida personal y/o amorosa, y aunque conocía un poco acerca del origen del que quizá sea el himno más emblemático de Clapton, “Layla” (el cual compuso en una etapa muy oscura de su vida siendo parte de Derek and the Dominoes), mi ignorancia me hizo crear en mi mente falsas expectativas sobre lo que sentiría al escuchar esa joya musical en vivo, llevándome sino una decepción, si una sorpresa mayúscula cuando Clapton se despidiera sin tocarla ¿Cómo eso era posible?

Habiéndosela compuesto al amor de su vida, la esposa de su amigo George Harrison, Pattie Boyd, en “Layla” siempre ha existido cierta leyenda negra musical en torno a Clapton, primeramente por su fracaso de matrimonio con Pattie, después de que esta se divorciara de Harrison, y en segundo lugar por la lucha de derechos en su autoría, adjudicados oficialmente a Clapton y al tecladista Jim Gordon (que supuestamente le robó la composición a su entonces pareja), que años más tarde asesinaría a su propia madre enfermo de alcoholismo y afectado por la esquizofrenia. Gordon moriría en la cárcel apenas el año pasado, quizá la razón del por qué Eric Clapton decidió no tocar la canción en esta gira.

Una cosa llevó a la otra, y tras una semana me ha abordado una extraña sensación de haberla escuchado en vivo, como si mi mente hubiera reproducido un momento ficticio y lo hubiera almacenado en mis disco duro ¡sin existir! ¿les ha pasado? Quizá sea por qué no he parado de escucharla en los últimos 6 días, o quizá también por que nos lleva y nos recuerda a uno de los mejores momentos del cine, uno que incluso compite para ser el momento más icónico dentro de la filmografía de Martin Scorsese y sin duda una de las uniones fílmicas – musicales más legendarias de todos los tiempos.

La transición que se logra en Goodfellas a partir de esta canción es majestuosa. Sirve para que Scorsese de final para un primer acto mostrando un acto de maldad desproporcionado, pero a que a través de los acordes de “Layla”, el lente del director y esos pequeños grandes planos secuencia, dan una culpable e incierta calma dentro del exterminio manifestado por parte de “Jimmy” hacía con todos los testigos del robo de Lufthansa. Un cambio de tono majestuoso se dará en el trágico giro de estos tres amigos, siendo incluso este momento el aprovechado por Martin y su narración (de Ray Liotta) para explicar el término que corona su obra maestra: “Goodfella”, para terminar en el ya conocido final de Tommy DeVito. Todo eso pasa en 4 minutos, mientras el piano de Jim Gordon y la guitarra de Eric Clapton lloran por la obsesión pasional hacía con la esposa de su amigo.

Definitivamente esto es cine, esto es música, son dos dioses artísticos comulgados en un solo momento.

 

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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