Momentos Favoritos del Cine: La Masacre de Munich
Nos enfrentamos no solo a la faceta más cruda de Spielberg, sino también a la más madura en la que sin dudarlo fue su última gran película y para su servidor, la mejor junto a Schindler´s List. El alguna vez llamado “Rey Midas” del cine se despediría emocional y espiritualmente de las pantallas (Nunca más volvería ni volverá a retomar este nivel), con una epopeya excepcional basada en los sangrientos y trágicos acontecimientos de Munich en 1972, donde durante los juegos olímpicos los atletas israelís fueron brutalmente asesinados por un grupo de terroristas palestinos.
Spielberg no repara en hacer una película “sobre Munich”, sino en sus consecuencias, tomando como base narrativa dichos acontecimientos para ágilmente desarrollar una ficción sobre un grupo secreto de agentes del Mossad a los cuales se les ha encomendado la tarea de vengar su patria asesinando a 11 objetivos del clan que se supone como culpable de la masacre a sus compatriotas. De manera excepcional, el guion de Tony Kushner y Eric Roth transforman lo que en manos equivocadas pudo haber ido una aburrida y repetitiva cinta de espías y política en un drama que oscila entre el thriller y la aventura, digno planteamiento para que Spielberg entre en acción y logre la que innegablemente es la mejor proyección de su dolor como el más conocido representante judío en el ámbito cinematográfico, plasmando un lenguaje y un ritmo con tal intensidad y pasión, que irónica e injustamente se le infravaloraría debido al simple hecho de presentarse como su etapa más completa como director hasta ese entonces desconocida.
Llena de momentos imprescindibles y con un ritmo que justifica totalmente su duración de 165 minutos, Munich se narra en dos planos o ejes: el primero es el thriller centrado en este grupo de agentes, una familia accidental, disfuncional y con diferentes objetivos tanto profesionales como de vida que harán su misión aún más peligrosa. En este punto damos cuenta como el libreto ofrece la tridimensionalidad necesaria para que estos personajes coexistan sin perder credibilidad, forjándoles un pasado acorde a su participación en pantalla y creando una empatía soberbia hacía con el espectador en cada uno de ellos, en especial con el mejor trabajo de Eric Bana, un Geoffrey Rush fenomenal y un Ciaran Hinds entrañable.
En el segundo plano caemos directamente con nuestro momento favorito, y es toda la fastuosa secuencia semi documental sobre los acontecimientos de Munich, materia de lenguaje cinematográfico que da cátedra en todo aspecto, desde el narrativo, visual, actoral y musical hasta el de post producción con un excelso montaje. Ayudándose de acervo audio visual real, Spielberg logra amalgamar y recrear el momento de manera extrema, mostrándose frio, cruento, veraz, realista ¡El mejor Spielberg de todos los tiempos! Impactando en todo segundo con su impresión y una maestría técnica que ni en 1993 cuando ganó el Oscar le conocíamos. Por si esto fuera poco, la fotografía de Janusz Kaminski es de antología, las actuaciones de un reparto desconocido se adhieren perfectamente al tono de los hechos y del relato y John Williams, así como Steven, regala su último esbozo de acordes cinematográficos brillantes.
Notarán que esta edición de video provista por los canales de la red no le hacen justicia al montaje original del film, pues todas estas secuencias se muestran como retazos a lo largo del metraje de una memoria colectiva de los hechos entre el personaje principal y el mismo acontecer transmitido por los medios de comunicación en el momento de la tragedia, esto para crear el motivo u objetivo principal de su narración, que es la empatía de sangre con la deconstrucción mental y física de su héroe, el cual llega a su clímax en una perturbadora escena sexual donde la edición hace lo suyo para comulgar dicho acto con la masacre en el aeropuerto
Disfrutemos en este montaje de todas las escenas solo una pizca, una muy pequeña pizca de lo que nos ofrece Munich, y por favor estimado cinéfilo, si usted se ha perdido de esta infravalorada joya, yo no sé qué hace aquí perdiendo el tempo ¡Vea al mejor Spielberg!
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