Momentos Favoritos del Cine: Magnolia
El nacimiento de un maestro, Magnolia puede ser el testimonio cinematográfico más complejo y la vez más claro sobre lo llamado como la estructura y personajes, mismos que aquí se desarrollan bajo 9 sub tramas que a pesar de tener una sutil unión narrativa entre ellas, guardan un vínculo evolutivo dentro de los 3 actos esenciales del planteamiento, confrontación y resolución.
Es notorio el nacimiento de una revolución narrativa dentro de esta obra de Paul Thomas Anderson, y es que a pesar de que el cineasta pudiera denotar varias influencias a través de su carrera, es Magnolia innegablemente su sello autoral más innovador y/o creativo.
El “falso” embrollo en el que PTA se enfrasca al narrar la historia de 9 personajes en un momento crucial de sus vidas (y todas estas en distintas etapas y edades), no puede alejarse más del calificativo “enredado” o “cruzado”, siendo el desarrollo narrativo una experiencia confortable gracias a una soberbia y ágil dirección que conoce a la perfección todas sus fichas y el momento exacto de tiempo para cada una de ellas. De la desaprobación social a la drogadicción o el suicidio, desde el rompimiento relacional hasta la muerte, vergüenza laboral, el engaño marital o los traumas paternales, PTA somete al espectador a un espiral empático tan maravilloso y acogedor como frustrante y estremecedor ¿Quiénes son estas personas? Enfermeros, esposas, celebridades, gente común, que a través de sus emociones y el trepidante ritmo del director, proyectan temas complicados que al contrario de lo que se piense, son el diario dentro de una sociedad.
Más allá de la mencionada sutil unión entre estos 9 seres, lo que en verdad convierte a Magnolia en una convergencia sin igual es el empate emocional de cada uno de los personajes, contextualizado majestuosamente en momentos clave con una tarea de montaje sinónimo de perfección. En este caso, casi por alcanzar el clímax y la catarsis, PTA nos muestra el monologo del arrepentimiento a través del “patriarca” bajo un simbolismo de la muerte, la ficha más cercana a esta que servirá de partida para repasar la paleta de los 9 en situaciones de aflicción, remordimiento, decisiones muy cuestionables y hasta incluso dolor físico. El preludio a la explosión y al arrojamiento.
Sin duda una de las piezas más castigadas e infravaloradas en la historia, esta joya logró solo hacer del Oso de Oro en el Festival de Berlín y de un globo de oro merecidísimo para Tom Cruise como mejor actor de reparto (Para la mejor actuación y año en su vida, pues ese mismo 1999 actuaría bajo el mando de otro viejo maestro, Stanley Kubrick). El reparto es completado por Philip Seymour Hoffman, Julianne Moore, John C. Reilly, Jason Robards, Philip Baker Hall, Melora Walters, Jeremy Blackman y William H. Macy, un excelente casting proporcional a la calidad histriónica acostumbrada en un film de PTA.
Hay que salvar esta pieza del cierto olvido colectivo en el que se encuentra y regalarle el lugar que se merece como uno de los mejores dramas en la historia. Cruda, humana y maravillosa, PTA gracias a su excelsas estructuración y desarrollo (guion y dirección), hasta se da el gusto de incluir no solo una infinidad de personajes alrededor de su flor, sino también fenómenos que rayan en lo surrealista, tanto musicales como oníricos, solo para dejar en claro que su círculo perfecto de 9 es tan sólido que hasta dichos recursos parecen solo lógicos y necesarios ¡Magnífica!
4 Comments
Perfecta de principio a fin.
Tom Cruise en la escena de arriba lo entrega todo.
Aunque mi momento favorito vendria a ser el Wise Up Moment
Perdone por la demora en contestar estimado.
Definitivamente Cruise se entrega al papel. El montaje que menciona es impresionante
Gracias por comentar
Bueno
Mas bien es en una de las escenas que prosiguen a la de arriba jajaja
De hecho jaja
Saludos