Momentos Favoritos del Cine: Mission: Impossible

En cada ocasión que una Mission: Impossible es expuesta por Hollywood y Tom Cruise yo me pregunto: ¿Y dónde quedó el tratamiento de thriller de espionaje de aquella gran e infravalorada primera parte dirigida por Brian De Palma? ¿En qué momento pasó esto a ser una serie de secuencias de acción donde poco importaba el guion y el desempeño actoral? Quizá con excepción de lo hecho por Brad Bird en 2011 y McQuarrie en el 2018, la realidad es que todas las secuelas de esta saga han caído en una debacle progresiva ¿Habrá alguien dentro de estas nuevas generaciones que recuerde el film de 1996 que originó esta franquicia? o algo más dudoso, ¿sabrán los centennials y millennials más jóvenes que esto fue obra de una serie televisiva de 1966?

Detengámonos en el 96 y analicemos los tres principales pilares de Mission: Impossible; el primero, un Tom Cruise en su mejor década y previo a su apogeo actoral, donde el actor podía echar tanta maroma como drama decente por igual, eso sí, ambos con unas “ganitas” que el cientólogo ha ido perdiendo; el segundo es el reparto con el que Cruise es bendecido, donde Jon Voight, Jean Reno, Emmanuelle Beart, Kristin Scott Thomas, Ving Rhames y la veterana Vanessa Redgrave (en un papel simplemente exquisito) ejecutan papeles tan pintorescos como bien estructurados; y el tercero y quizá más importante es la ejecución de un ahora perdido Brian De Palma, que sin duda vio en esta “Misión” su última buena obra.

Una característica de Mission: Impossible adepta al estilo de su director, es que como Scarface, The Untouchables o Carlito’s Way, De Palma opta por confeccionar y transformar thrillers (gansteriles o de espionaje, como este caso en particular), en ágiles aventuras repletas de suspenso y personajes carismáticos. Fanático de empapar a sus relatos de luces y contrastes de colores dentro de un entorno que embellecen las situaciones criminales (noten los vestuarios, sus constantes usos de planos generales y panorámicos así como la inclusión del elemento romance sin que este sea invasivo en sus argumentos), De Palma explaya al Hollywood más minimalista y espectacular de los 80’s y 90’s sin perder su propio estilo y personalidad.

Quizá el argumento no sea nada original, pero el guion del aún bien ponderado David Koepp puede catalogarse como uno de esos raros casos de “el huevo y la gallina”. ¿Fue esta la iniciadora del mismo cliché por robar, vender y salvar las listas de agentes encubiertos? ¿O solo anterior a esta dicho cuento de espionaje no era tan violado por los guionistas? Como sea el caso, Koepp es capaz de imprimir tensión y congeniar de manera perfecta con el ritmo de su director.

Mirar hoy en día Mission: Impossible incluso puede encausar cierta nostalgia tecnológica, pues dentro de su relato el “mailing”, los disquetes y las computadoras personales con la que los primeros millennials tuvieron contacto, son elementos constantes y de importancia en su narración.

¿Nuestro momento favorito de Mission: Impossible? Simple, la única secuencia de acción del film ¡¿Qué?! ¡¿Cómo?! Algo inconcebible hoy en día para la juventud explosiva; aunque usted no lo crea, el suspenso y la aventura de De Palma son suficientes para mantener el interés durante todo su metraje, y así poder resguardar el despliegue de los efectos y maromas para su gran clímax ¡Y ni siquiera serán tantas! Solo las necesarias para agregar un poco de entretenimiento, absurdo y posicionamiento icónico a la figura de Ethan Hunt, el cual está a punto de perseguir a los malos por el techo del tren bala.

El legendario tema nunca, y escúcheme bien ¡Nunca! Sonó, suena o sonará tan épico como en dicha escena (minuto 4:31), patrocinado por la excelente banda sonora de Danny Elfman y un montaje soberbio que corona ese ritmo triunfal, frenético e intenso del que tanto gozaba De Palma ¡Disfrute usted!

Misión imposible es tratar de volver a la raíz con toda esta parafernalia de acción sin sentido en la que se ha transformado la saga: Jon Woo la convirtió en serie b, J.J. Abrams intentó replicarla sin éxito, y Christopher McQuarrie bueno… la hizo mierda (aunque después levantaría con Fallout). Más que uno de los mejores filmes de espionaje y acción, Mission: Impossible es el último buen film dentro del legado del alguna vez gran Brian De Palma.

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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