Momentos Favoritos del Cine: Tampopo
La obra más conocida de Juzo Itami fue muy reverenciada durante su estreno en 1985, al punto que volvió populares los establecimientos de fideos, la publicidad a su alrededor le permitió asentarse como el primer “ramen western” y hasta tuvo el lujo de dar pie a un sucesor espiritual (“The Ramen Girl” con Brittany Murphy). Entonces, ¿por qué ha pasado desapercibida en la actualidad? ¿Por qué ha quedado rezagada con el paso del tiempo? ¿Por qué casi nunca es tomada en cuenta al hablar de cine japonés?
Quizás es por la dificultad para poder encontrarla (aplicaría lo mismo para el resto de la filmografía del director), ya que incluso en la era digital, la segregación que ha habido entre muchos servicios de streaming, así como la especialización de varios de estos en ciertos productos, hace que sea más complicado encontrar alguna película de interés sin recurrir a aguas internacionales. Y aún así, no hay garantía de hallarla sin ayuda, pues es sabida la preferencia al cine anglosajón por sobre el resto (no es de extrañar que la piratería y el boca en boca se haya convertido en la salvadora de obras que hubieran quedado en el olvido de otra manera).
En fin, el punto es que la curiosidad por encontrar viejos clásicos me hizo darle un vistazo el año pasado, para posteriormente animarme a comprarla en DVD y revisitarla este mismo mes. Puedo confirmar que esta es una obra que fácilmente podría competir con películas más conocidas sobre el tema (comida y cocina) por el título de “Mejor Película Gastronómica”. A simple vista, la historia de un amor pasional entre una cocinera de ramen que quiere ser la mejor preparando fideos y un solitario camionero (interpretados por Nobuko Miyamoto y Tsutomu Yamazaki respectivamente) no parece muy llamativa, pero lentamente se convierte en una carta de amor a la gastronomía japonesa, y a través de simbolismos tan claros como enigmáticos, también adapta varios elementos del western y el erotismo a un entorno más moderno. Las variadas subtramas, aunque a primera vista parecen no tener relación entre sí, resaltan la principal a manera de sátira que insinúa un posible romance entre los 2.
Las imágenes presentadas en la puesta en escena muestran las diferentes formas que propone para rebelarse contra el sistema y romper las reglas. No sólo en cuestión de normas sociales (un joven ejecutivo pidiendo un plato distinto al resto [quienes son más viejos y chapados a la antigua], señoritas sorbiendo espagueti tras ver a un hombre hacerlo a pesar de estar en una clase de etiqueta, una mujer que le prepara una última comida a su familia antes de morir nuevamente), sino en los paradigmas y estándares del cine occidental para adaptarlos a la cultura nacional. Debido a este enfoque más regional, habrá momentos más agradables que otros, ya que algunos no aguantarán el intercambio de una yema de huevo de boca en boca o la escena de la tortuga (quien ya haya visto la película, sabrá a qué me refiero). Pese a estos problemas, no es suficiente para rebajar la calidad de un plato que, aunque tiene algunas especias que degradan su sabor, se disfruta de inicio a fin. Lo cual da paso al momento favorito de hoy.
Esta grandiosa introducción establece el tono, la temática, el tipo de comedia y el uso que tendrá la comida dentro de la historia. Deja en claro que el espectador va a recibir un platillo gourmet, que podrá no apelar a su gusto o dejarlo indiferente, pero será distinto a la chatarra con ingredientes procesados que está acostumbrado a comer. Además, fuera de cualquier interpretación que uno le dé, creo que cualquiera iría al cine más a menudo si hubiera un servicio interno como éste disponible (¿y quién no quisiera gritarles a los que mastican comida, traen bebés o usan el celular en plena función para que se callaran?).
Este es sólo un ejemplo de varios de que muchos todavía tenemos que aprender, descubrir y apreciar del medio. Tal como dice el yakuza interpretado por K?ji Yakusho, De modo que es cuestión de lo que uno quiera ver y cuánto quiera ver hasta que esté satisfecho.
2 Comments
Coincido contigo, Tampopo es la mejor pelicula que relaciona comida con cine, y para mi esa escena inicial donde vemos al mafioso enfadarse al ver a otro asistente comer botanas es fascinante, dandonos a entender que vamos a disfrutar un plato gourmet de cine (aunque debo decirlo, las salas VIP, aunque no dan platos de chef por lo menos mejoran un poco la oferta alimenticia de los cines). Nota: solo revisa un poco tu redaccion, la señora que va a hacer una ultima comida a su familia estaba enferma y agonizante, pero dudo que haya muerto “nuevamente”
Gracias, lo tomaré en cuenta