Momentos Favoritos del Cine: Teenage Mutant Ninja Turtles
Creados en 1984 por los Estudios Mirage a partir de unas tiras cómicas en blanco y negro en forma de parodia e inspiradas en los trabajos de Frank Miller (Daredevil, Ronin como principales influencias), Teenage Mutant Ninja Turtles despegaron de manera inmediata hacía la fama siendo adquiridos por Archie Comics en 1987, los cuáles dieron un sentido más oscuro y de mejor estructura hacía los personajes, incluyendo más violencia y temas espirituales, ambientales y villanos que eran resultados de cultos religiosos, adquiriendo rápidamente una personalidad propia y culto entre los fanáticos. Su explosión dentro de la cultura pop se complementaría ese mismo año con la salida del primer y formidable serial animado, el cual se expandiría durante 10 temporadas con 193 capítulos hasta 1996, donde las aventuras se basaban más en el humor de sus orígenes paródicos, pero que conforme fue avanzando su historia, se fueron incluyendo algunos tópicos más maduros salidos de los argumentos de sus ahora dueños Archie Comics.
Dicha combinación de estilos procreó la cinta homónima de 1990, Teenage Mutant Ninja Turtles, una aventura tan oscura como divertida que amalgama un thriller social con un cuento de artes marciales sobre venganza y redención, creando una mitología urbana exquisita que para desgracia de todos nunca alcanzaría el mismo nivel u otro clímax narrativo, sino hasta la más reciente versión animada a cargo de Seth Rogen en el guion.
De aquella cinta de culto, sin duda no solo una de las mejores películas dentro del subgénero de superhéroes y/o adaptación de los cómics, sino también la cinta indie más exitosa de la historia, se desprende una historia que brilla por la interacción entre sus personajes, que vieron dentro de la inclusión de Jim Henson Company (y la intervención del mismo Henson), una manera poco usual y magnífica en el que las Tortugas parecieran orgánicas, sumamente reales en cuanto a su expresión y movimientos, y que permitiría a la dirección de Steve Barron encausar una muy realista lucha entre una mafia citadina y los vengadores venidos de las cloacas, sin olvidar.
De entre los adultas y oscuras historias de Teenage Mutant Ninja Turtles en las viñetas, Barron adaptaría de manera enégica (pese a la molestia y consecuente enemistad de Henson, que hizo los diseños de los personajes bajo la promesa de no incluir tanta violencia) algunos factores que desplegarían un sentido narrativo no solo alrededor del honor y la venganza muy propios del cine japonés y de artes marciales, sino temas como la tortura, la violencia, las drogas y su distribución, la corrupción juvenil, la mafia, el crimen, aspectos periodísticos y hasta cierto erotismo en la figura de April O´Neal, combinando su aspecto fantástico con un realismo citadino y una atmósfera ochentera muy tenebrosa.
Así mismo y con un villano también de antología, una labor de efectos, maquillaje y vestuario excepcional, un humor ochentero brillante basado en la buena química de las propias tortugas (especialmente entre Miguel Angel y Donatello), personajes secundarios entrañables y secuencias de acción y artes marciales tan emocionantes como bien coordinadas, Teenage Mutant Ninja Turtles se distingue en especial por su elemento emocional clave alrededor de su tema paternal, que sirvió para encausar lo que a la fecha es una de las mejores y más infravaloradas cintas de los 90. Para muestra una secuencia, el clímax y enfrentamiento final, del cual se desprende una tensión formidable y que, con la aparición de Splinter, redondea una epopeya paternalista excelsa que ya quisieran el 90% de las producciones del UCM o el del DCEU
Cumpliendo 35 años desde su lanzamiento, y sin olvidar lo bien hecho por su reciente remake animado, es hora de redescubrir una de las mayores joyas superheróicas: Teenage Mutant Ninja Turtles