Momentos Favoritos del Cine: The Chronicles of Narnia

¡Saludos mis valientes! Dos días seguidos publicando artículos, y con la temática de hoy se podría decir que el Dios del Celuloide obra de formas misteriosas al hacer que retome mi pluma digital.

El día de hoy vengo a hablar de esta escena que quizás no posea ningún mérito cinematográfico sobresaliente, algún efecto especial que desafíe lo antes mostrado o actuaciones de lujo; sin embargo, es una escena que se ha quedado grabada en mi mente desde que la vi en el cine, en la tv y en video.

Es el poder del mensaje que transmite la pluma de C.S. Lewis a través del actor Ben Barnes al interpretar al Príncipe Caspian. Un mensaje quizás trillado y cliché para la mayoría de nosotros. La verdad es que cuando uno se dedica a esto de criticar el cine, tiende a olvidar cual es el objetivo principal de una película, uno se deja llevar por cuestiones como el argumento, actuaciones, producción, dirección, etcétera, que en realidad son cosas importantes y hacen que una historia funcione, pero no podemos olvidar que apelan a algo más primordial y sencillo dentro de nosotros, en este caso a nuestra alma.

La escena de la que les hablo, pasa casi al final de la cinta llamada The Chronicles of Narnia: The Voyage of the Dawn Treader y es la que se muestra a continuación:

No les voy a mentir, esta no es la mejor película que hay sobre el género fantástico, caray, ni siquiera dentro de las tres cintas que llegaron a la pantalla grande dentro de la misma franquicia. Pero esa línea, en ese momento y la manera en la que la entregan, llega derechito a mi kokoro y me lleva directo a pensar en mi difunto padre, lo difícil que es estar sin él pero, que a pesar de todo eso, quizás nos volvamos a encontrar.

Ahí dispensen ustedes si les arruiné el día con mis escritos de adolescentes emos, pero lo tenía que sacar de mi ronco pecho.

Muchas gracias por su atención