Momentos Favoritos del Cine: The Dark Side of the Rainbow
No se a que “droogie” de principios de los 90’s se le habrá ocurrido (seguramente en un viaje ácido) haber dado a conocer a un diario de Indiana uno de los más conocidos misterios detrás del mundo de la música y el cine, el cual es tan maravilloso como escalofriante, pero al final de cuenta solo una simple coincidencia. Dado a conocer oficialmente en 1995, la sincronización del catalogado por mucho tiempo como el mejor disco en la historia “The Dark Side of the Moon (1973)” con la película clásica y elevada a estatus de culto “The Wizard of Oz (1939)”, se ha convertido en una de las leyendas urbanas más notables de la cultura pop, y de la cual no solo han salido ediciones proyectadas en televisión (TCM) y referencias varias en seriales y/o cartones, sino también albums de covers que han aludido a esta coincidencia como su principal influencia (en febrero de 2003, Easy Star All-Stars emitió a la venta ‘The Dub Side of The Moon”)
Experimentado ya por muchos en variadas ediciones , pareciera como si algunos momentos centrados en el inicio de las pistas que conforman el disco, así como algunas frases que de las propias letras de dichas canciones coincidieran exactamente con algunas secuencias del film, haciendo realmente notable alguna analogía entre los mismos nombres en los momentos de la trama, creando una atmósfera realmente surrealista.
Temas como “Time” “The Great Gig in the Sky” “Money” “Brain Damage” y “Eclipse” son las mas notables, haciendo una sincronía perfecta sobre todo en su inicio, con la secuencia en turno. Asi también la frase “Home, home again. I like to be here while I can” dentro de “Time” tiene un significado especial en esta sincronización.
El grupo desde el año 2000 ha negado rotundamente cualquier relación con el film, e incluso David Gilmour declaró que aquel individuo que descubrió la sincronización seguramente “era una persona con demasiado tiempo libre, ya que el hallazgo es una total coincidencia”.
Es cierto que los momentos auditivos que sincronizan perfectamente en el contenido visual del film son magistralmente coincidentes, pero marcan una minoría con los que no lo son, siendo estos también demasiado evidentes. Aun así el efecto llamado “apofenia”, hace que los entusiastas se centren en los momentos que cuadran y hacen caso omiso de los que no, aunque estos últimos sean más numerosos.
Coincidencia o apofenia, lo que es cierto es que disfrutar este combo de cierta sincronía audio-visual ha sido un ejercicio de “éxtasis” durante casi ya 30 años. Aunque les dejo aquí ya hecha la tarea, si cuentan con estas dos obras maestras en formato físico, pueden experimentarlo por si mismos siguiendo las siguientes y simples instrucciones:
- Darle play a la película de El Mago de Oz
- Darle play al disco de Pink Floyd después del tercer rugido del león de la MGM
- Disfrutar de estas obras maestras en sincronía