Momentos Favoritos del Cine: This is Some Serious Gourmet Shit
Si bien es cierto que Quentin Tarantino me parece un cineasta y escritor más astuto que brillante, habrá que aceptar que, muy independientemente del uso recurrente de sus elementos casi patentados, su lenguaje cinematográfico ha decaído un poco progresivamente al pasar de los años. Sin embargo, su obra maestra de 1994 Pulp Fiction, que a la vez que se nota lejana de la calidad de una muy empobrecida Django Unchained, irónicamente se siente aún cercana gracias a su revolucionario tono y maestría narrativa con la que fue presentada.
Muchas veces aquí en Cinescopia hemos alabado aquellas largas secuencias semi teatrales en las que Tarantino es capaz de alargar una situación hasta sus últimas consecuencias sin caer en el forzamiento o redundancia; ya sea imprimiéndolas de un trepidante suspenso con el mero poder del dialogo o bien, sirviendo estas como complejos nexos para destapar el o los conflictos en los que pueden caer sus historias, el director sortea de forma precisa los peligros inminentes de la pretenciosidad fílmica para abordar conversaciones que pueden ir de lo convencional a lo complejo y viceversa, casi siempre con buenos resultados
Entonces ¿Qué se perdió en el cine de Tarantino? Poco, pero aun así suficiente para ir de Pulp a Django. Algunos elementos casi accidentales que podrían deberse a la repetición de dichos recursos o bien simplemente al cansancio artístico, como por ejemplo su manejo del humor involuntario, el cual era provisto gracias a una más cohesionada labor histriónica en sus primeros ejercicios y volvamos a repetirlo, una mejor ejecución en el rubro de la dirección.
Y eso vamos a recordar en nuestro momento favorito del día de hoy también gracias a que este día cumple años nuestro colega Mr. Wolf, declarado fan del Sr. Quentin.
¡Sublime! Primero tenemos la colecta – venganza de un mafioso en manos de sus dos sicarios; después un acto circunstancial que uno de los dos toma como la intervención de Dios, la cual da a lugar a una conversación espiritual donde comienza a notarse, bajo la química actoral y un guion catedrático, ese humor accidental al que nos referimos.
En este caso esta conversación sirve como nexo, y es que lo “divino” ya no será el problema cuando Marvin pierda la cabeza:
Pero ese no es nuestro Momento del día de hoy ¡No! Quizá nos pudimos reír nuevamente con la situación “Marvin”, ese “motherfucker” y supuesto bache y los gritos de los dos sicarios a plena luz del día intentando desesperadamente desaparecer todo el sangriento caos de su vehículo, pero lo que viene es mejor ¡Mucho mejor! Pues Tarantino hace su aparición literal, no solo directiva, para encausar esa “situación” en una seria, muy seria amenaza de divorcio de otro tercero que aparece en escena: Jimmy
Y aquí es donde el humor negro e involuntario en su máxima expresión comienza a surgir, esa chispa que se ha apagado un poco en el cine de Tarantino y que aquí, con las falsas alabanzas a un café, la llegada de una esposa del trabajo, dos matones cabrones con cara de regañados y la interrogación sobre un almacenaje de negros muertos se convierten en nuestro Momento Favorito del día de hoy ¡Disfruten!
Al final, todo se resume en un café ¿O no Mr. Wolf? Seamos sinceros… este nivel de Tarantino, tan simple y a la vez tan excelso ya no lo hemos visto, la pregunta es ¿Lo volveremos a ver?
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